Archivo de mayo 2009

Presentación

mayo 28, 2009
En la puerta del Teatro de Arte de Moscú (Julio 2007)

En la puerta del Teatro de Arte de Moscú (Julio 2007)

 

He escrito mucho a lo largo de los últimos años: en periódicos, revistas, en libros, etc. Me han pedido colaboraciones, las he proporcionado sin que me las pidieran, las he publicado en mis blogs, en libros, revistas, etc. Siempre pensé agruparlas en algún sitio con la pretensión de que no se perdieran del todo. Y, al final, me he decidido a rescatarlas de los diversos rincones en donde se encontraban.

Yo mismo me quedé sorprendido de la cantidad y de la dispersión.

Hay de todo: crónicas de viajes, artículos teóricos, prólogos, adapatciones, discursos, textos pensados para que los alumnos de teatro ejerciten sus capacidades, etc.

A lo largo de los próximos meses iré incorporando todavía más textos. En concreto, los anteriores al momento que el ordenador entró en mi vida. Textos que buscaré, escanearé e incorporaré a este nuevo blog.

En la actualidad soy profesor de la Escuela Municipal de Teatro de Zaragoza en donde doy clases de interpretación. En esta institución fui Director y Jefe de Estudios en periodos diferentes. He escrito en periódicos y revistas, entre ellas “Andalán”, “Pipirijaina” y “Primer Acto”, de las que fui durante años corresponsal en Aragón. He dirigido espectáculos con diferentes compañías, he organizado y puesto en marcha infraestructuras culturales, como la propia Escuela o el Centro Dramático de Aragón, y he sido responsable de la programación de diversos eventos, como la  Feria de Teatro de Huesca, el Festival de Marionetas, el Festival Internacional de Teatro, o la Expo Zaragoza 2008, en donde fui director artístico.

Buscando esa “bola de plata” de la que habla Peter Stein, tuve la suerte de conocer el mundo y conocer a quienes hoy son mis mejores amigos.

Paco Ortega

 

Si quieres ver imágenes, pincha quí.

Galería fotográfica personal de la primera etapa del CDA

mayo 28, 2009
 
 Esto es un recorrido fotográfico por lo que fueron los momentos centrales de mi relación con el Centro Dramático de Aragón, desde que solo era una idea germinal, hasta el momento en el que dejé de ser director del mismo. Por el camino, las primeras producciones, los primeros cursos, las primeras publicaciones, las primeras alegrías, las primeras decepciones… Un periodo de mi vida magnífico, en el que aprendí mucho sobre teatro público en particular, sobre teatro en general, y, como suele decirse, sobre la condición humana. Hay muchos nombres propios, pero yo quiero destacar aquí los de Javier Callizo, Olga Herreros, Ana Muñoz, Juncal Aparisi, Pepa Marteles, Pepe Tricas, Fernando Fernán Gómez, Emma Cohen, Joan Ollé, Jordi Mesalles, Javier Tomeo, Félix Prader, Franco de Francescantonio, Juan Carlos Pérez de la Fuente, Joaquín Hinojosa, Domenech Reixach, Emilio Hernández, Manuel Guede, Emilio Gutiérrez Caba, Mariano Llorente, Félix Martín. Todos ellos tuvieron un papel en esta obra: en la luz o en la sombra.
 
En las oficinas de Independencia

En las oficinas de Independencia

 
Curso de Franco de Francescantonio. Inicio 21 de Octubre de 2002 en el Teatro de la Estación.
Franco de Francescantonio

Franco de Francescantonio Franco

Franco

Franco

 

Jornadas de Teatro Público. (Alcañiz, 21-24 de Noviembre 2002)

Domenech Reixach (Director del Teatre Nacional de Catalunya) y Paco Ortega.

Domenech Reixach (Director del Teatre Nacional de Catalunya) y Paco Ortega.

Joan Ollé (codirector del Teatre Lliure), Paco Ortega y Joaquín Hinojosa (Adjunto a la Dirección del Teatro de la Abadía).

Joan Ollé (codirector del Teatre Lliure), Paco Ortega y Joaquín Hinojosa (Adjunto a la Dirección del Teatro de la Abadía).

Manuel Guede (Director del Centro Dramático Galego) y Paco Ortega.

Manuel Guede (Director del Centro Dramático Galego) y Paco Ortega.

Paco Ortega y Juan Carlos Pérez de la Fuente, director del CDN.

Paco Ortega y Juan Carlos Pérez de la Fuente, director del CDN.

 

Ricardo III, de William Shakespeare, primera producción del CDA. Dirección de Carlos Martín. Estreno 11 Diciembre en el Teatro Principal, de Zaragoza.

Cartel de "Ricardo III"

Cartel de "Ricardo III"

Videograbación para Ricardo III

Videograbación para Ricardo III

Videograbación para "Ricardo III"

Videograbación para "Ricardo III"

Escena de Ricardo III

Escena de Ricardo III

José Luis Esteban y Silvia Gatón en una escena de Ricardo III

José Luis Esteban y Silvia Gatón en una escena de Ricardo III

Margarita Gonález y Miguel Pardo

Margarita Gonález y Miguel Pardo

 

«La agonía de Proserpina», de Javier Tomeo, segunda producción del CDA. Dirección de Félix Prader. Estreno en el Teatro Principal de Zaragoza el 13 de Marzo de 2003.

Félix Prader y Javier Tomeo en las oficinas del CDA

Félix Prader y Javier Tomeo en las oficinas del CDA

Escena de "La agonía de Proserpina"

Escena de "La agonía de Proserpina"

Balbino Lacosta y Beatriz Ortega en una escena de "La agonía de Proserpina"

Balbino Lacosta y Beatriz Ortega en una escena de "La agonía de Proserpina"

 

14 de Abril de 2003: Presentación del libro «Gargallo, un grito en el desierto»

Portada del libro

Portada del libro

 

 Estreno de «La Agonía de Proserpina» en el Teatro de la Abadía, de Madrid, el 10 de Junio de 2003.

Rueda de prensa en el Teatro de la Abadía

Rueda de prensa en el Teatro de la Abadía

 

27 de Junio de 2003: Estreno en el Mercat de las Flors de Barcelona de «El día que no sabíamos nada los unos de los otros», de Peter Handke, coproducción CDA y Festival Grec. Dirección de Joan Ollé.

Escena de "El día que no sabíamos nada los unos de los otros".

Escena de "El día que no sabíamos nada los unos de los otros".

Escena de "El día que no sabíamos nada los unos de los otros"

Escena de "El día que no sabíamos nada los unos de los otros"

 

24 de Julio de 2003: José Luis Esteban por su interpretación en Ricardo III, y el CDA reciben el Premio Clasicos, del Festival de Almagro.

Paco Ortega, la Consejera de Cultura de la Junta de Castilla La Mancha, José Luis Esteban y Juan Cuevas de Radio Surco en el momento de la entrega del Premio.

Paco Ortega, la Consejera de Cultura de la Junta de Castilla La Mancha, José Luis Esteban y Juan Cuevas de Radio Surco en el momento de la entrega del Premio.

Paco Ortega y José Luis Esteban con Teresa Alvarado y el director de Canal Castilla La Mancha TV

Paco Ortega y José Luis Esteban con Teresa Alvarado y el director de Canal Castilla La Mancha TV

 

10 de Noviembre de 2003: Comienzan en Madrid los ensayos de «Vivir loco, morir cuerdo», escrito y dirigido por Fernando Fernán Gómez, coproduccion del CDA y el Centro Dramático Nacional.

Paco Ortega (CDA), Fernando Fernán Gómez y Juan Carlos Pérez de la Fuente (CDN)

Paco Ortega (CDA), Fernando Fernán Gómez y Juan Carlos Pérez de la Fuente (CDN)

Pilar Navarrete, Directora General de Cultura, Eva Almunia, Consejera de Cultura, Paco Ortega, director del CDA, con Fernando Fernán Gómez y los actores de "Morir cuerdo y vivir loco" en uno de los últimos ensayos.

Pilar Navarrete, Directora General de Cultura, Eva Almunia, Consejera de Cultura, Paco Ortega, director del CDA, con Fernando Fernán Gómez y los actores de "Morir cuerdo y vivir loco" en uno de los últimos ensayos.

 

14 de Noviembre de 2004: Estreno en Zaragoza de «El día que no sabíamos nada los unos de los otros».

Cartel del espectáculo diseñado por Isidro Ferrer

Cartel del espectáculo diseñado por Isidro Ferrer

Paco Ortega y Joan Ollé, director de "El día que no sabíamos nada los unos de los otros" minutos antes del estreno en Zaragoza.

Paco Ortega y Joan Ollé, director de "El día que no sabíamos nada los unos de los otros" minutos antes del estreno en Zaragoza.

 

13-18 de Enero de 2004: Estreno en el Teatro Principal de Zaragoza de «Morir cuerdo y vivir loco», escrita y dirigida por Fernando Fernán Gómez.

Escena de "Morir cuerdo y vivir loco".

Escena de "Morir cuerdo y vivir loco".

Escena de "Morir loco y vivir cuerdo"

Escena de "Morir loco y vivir cuerdo"

Enrique Menéndez y Ramón Barea

Enrique Menéndez y Ramón Barea

 

Día 2 de Febrero de 2004: Comienza en Madrid el Primer Ciclo de Lecturas Dramatizadas, organizadas por el CDA en colaboración con la SGAE y la CAI. Lectura de “La intertextualidad”, de Alfredo Castellón. Dirección: Alfonso Desentre.

Presentación de las Lecturas dramatizadas

Presentación de las Lecturas dramatizadas

 

29 de Febrero de 2004: Estreno de «Morir cuerdo y vivir loco» en el Teatro María Guerrero, de Madrid.
Fernando en la rueda de prensa

Fernando en la rueda de prensa

Cartel anunciador en la fachada del María Guerrero

Cartel anunciador en la fachada del María Guerrero

Paco Ortega, diretor del CDA, y Juan Carlos Pérez de la Fuente, director del CDN.

Paco Ortega, diretor del CDA, y Juan Carlos Pérez de la Fuente, director del CDN.

 

29 de Marzo de 2004: Presentación del libro «Conversaciones con Mariano Cariñena», de Antón Castro.
Portada del libro "Conversaciones con Mariano Cariñena".

Portada del libro "Conversaciones con Mariano Cariñena".

 

Del 11 al 20 de Mayo de 2004: Curso de Verso Dramático a cargo de Emilio Gutiérrez Caba.

Emilio Gutiérrez Caba y Paco Ortega en el Parador de Alcañiz

Emilio Gutiérrez Caba y Paco Ortega en el Parador de Alcañiz

 

Día 3 de Agosto de 2004: Comienza la participación del Centro Dramático de Aragón en el “Proyecto Europeo Thierry Salmon”. Presentación y comienzo en Zaragoza del Curso de Jean Fabre “Sangre, sudor y lágrimas”. Paralelamente comienza en Fagagna (Italia) el curso impartido por Denis Marleau “Maeterlink, presencia/ausencia del actor”.

Paco Ortega y Jean Fabre en Fuedetodos (Zaragoza)

Paco Ortega y Jean Fabre en Fuedetodos (Zaragoza)

 

14 de Febrero de 2005: Comienzan los ensayos de «Misiles melódicos», de José Sanchis Sinisterra y dirección de David Amitín.

José Sanchis Sinisterra y Paco Ortega

José Sanchis Sinisterra y Paco Ortega

 

16 de Febrero de 2005: Presentación de la publicación «Teatro completo», de Víctor Mira.

Portada del libro de Víctor Mira

Portada del libro de Víctor Mira

 

14 de Marzo de 2005: Fernando Fernán Gómez gana el Premio Max al mejor texto teatral de año. Lo recoge en su nombre Paco Ortega, director del CDA.

Olga Herreros, Juncal Aparisi, Paco Ortega, Pepe Tricas, Pepa Marteles y una becaria, con el Premio Max.

Olga Herreros, Juncal Aparisi, Paco Ortega, Pepe Tricas, Pepa Marteles y una becaria, con el Premio Max.

 

Día 16 de Marzo de 2005: Se reúne el jurado del Premio Lázaro Carreter. Está compuesto por Guillermo Heras, José Luis Miranda, Rafael Campos, Mariano Cariñena, Alfonso Plou y Francisco Ortega. Por la tarde se anuncia en rueda de prensa que la obra premiada es “Nadie canta en ningún sitio”, de Mariano Llorente Frusán.

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José Luis Miranda, Pilar Navarrete y Paco Ortega anuncian el ganador de la primera edición del Premio Lázaro Carreter.

José Luis Miranda, Pilar Navarrete y Paco Ortega anuncian el ganador de la primera edición del Premio Lázaro Carreter.

 

 15 de Abril de 2005: Estreno de «Misiles melódicos» en el Teatro Principal de Zaragoza.

Escena del espectáculo

Escena del espectáculo

Carlos Fau y Jorge Usón

Carlos Fau y Jorge Usón

José Luis Estéban y Camino Miñana

José Luis Estéban y Camino Miñana

26 de Abril de 2005: Estreno en la Feria de Teatro de Huesca de «El hombre cigüeña», coproducción de Titiriteros de Binéfar y CDA.

Cartel de "El hombre cigüeña"

Cartel de "El hombre cigüeña"

 

29 de Abril: Presentación del texto «Misiles melódicos» en Caspe.

Portada del libro

Portada del libro

 

Día 28: Presentación de “Nadie canta en ningún sitio”, de Mariano Llorente, premio de la primera edición del Premio “Lázaro Carreter”. En ese acto la Directora General de Cultura, Pilar Navarrete, anuncia que en breve Francisco Ortega dejará la dirección del CDA.

Portada del libro

Portada del libro

Mariano Llorente, Pilar Navarrete, Guillermo Heras y Paco Ortega

Mariano Llorente, Pilar Navarrete, Guillermo Heras y Paco Ortega

Paco Ortega le explica a Antón Castro los detalles de su marcha del CDA

Paco Ortega le explica a Antón Castro los detalles de su marcha del CDA

 

Dejé en marcha la producción «La vida es sueño», de Calderón de la Barca, y dirección de Maniano Anós, y la coproducción con la compañía Luna de Arena de «El cielo de las mujeres», de Víctor Mira, con dirección de Félix Martín, que se estrenaron al poco tiempo de dejar la dirección del CDA.

 

 

Cartel de "La vida es sueño"

Cartel de "La vida es sueño"

 

 

Cartel de "El cielo de las mujeres"

Cartel de "El cielo de las mujeres"

 

 

Me acordaré siempre de ellos:

Olga Herreros

Olga Herreros

 

Ana Muñoz

Ana Muñoz

Juncal Aparisi

Juncal Aparisi

Olga Herreros, Juncal Aparisi, yo, Pepe Tricas, Pepa Marteles, Ana Muñoz

Olga Herreros, Juncal Aparisi, yo, Pepe Tricas, Pepa Marteles, Ana Muñoz

Primera intervención del Director-Gerente del CDA ante el Consejo de Administración (9 de Julio 2002).

mayo 28, 2009

Señor Consejero, Señores miembros del Consejo de Administración:

Como dije el día en que se presentó en sociedad este Centro Dramático de Aragón, agradezco profundamente la confianza que Vds. han depositado en mí para llevar a delante esta aventura durante el primer periodo de su existencia. Sé que al hacerlo, además de mi propia trayectoria como profesional del teatro, han valorado de manera especial mi relación con el esfuerzo colectivo de muchos hombres y mujeres que desde hace más de treinta años intentan dignificar y extender nuestra actividad escénica. Espero no defraudar esa confianza de Vds. y ese esfuerzo de todos, y a ello voy a consagrarme en cuerpo y alma durante los próximos cuatro años.

 Muy brevemente quisiera exponerles ahora las líneas fundamentales de lo que pretendo sea mi trabajo.

 

1 Las líneas de actuación éticas y estéticas deben ser las siguientes:

Teniendo en cuenta que la práctica teatral está a lo largo de la Historia inevitablemente marcada por una serie de polaridades francamente paradójicas y hasta contradictorias entre sí -la precariedad habitual en los medios, lo efímero en la naturaleza del hecho teatral en sí, y la tendencia a lo excesivo-, desde un teatro público que pretrende corregir y encauzar estas tendencias y a tratar de estabilizar una práctica continuada en el espacio y en el tiempo, debemos intentar movernos en el ámbito de la prudencia y el equilibrio. Es decir, el Centro Dramático de Aragón, como con cualquiera de los que nacieron con idéntica vocación de continuidad, y hasta un cierto punto exentos del imperativo de las modas pasajeras, de la tentación del oportunismo, y de las servidumbres de las coyunturas concretas (políticas, estéticas, etc.), debemos intentar dosificar lo contemporáneo con lo clásico, lo particular con lo universal, lo renovador con lo ya conocido, los nuevos hallazgos con lo que de permanente y eterno tiene la profesión teatral.

Para ello y como voluntad estética, debemos buscar siempre la calidad, el buen acabado, la defensa del matiz, intentando encontrar una línea de trabajo propia que nos haga reconocibles y, hasta cierto punto, diferentes, sin despreciar las enseñanzas que desde otros lugares y otras experiencias se nos ofrecen en este sentido. No nos olvidemos de que finalmente sólo se mantienen los teatros que han afianzado claramente un modelo artístico y de producción, es decir, unas señas de identidad propias, un estilo de hacer las cosas, inmersos en un contexto social concreto que, en cierta manera, los determina pero al que se dirigen con voluntad de servicio cultural.

Para conseguirlo, me parece necesario introducir desde el primer día en el propio equipo del CDA esa misma voluntad de perfeccionismo y autoexigencia, que debe tener su correlato exterior en una imagen consecuente. De la misma manera, adoptar una extrema corrección en el trato interno (en el personal del CDA) y externo (entre éste y los profesionales y, por supuesto, el público). Igualmente, mantener una exquisita relación con los medios de comunicación.

Que nuestra línea de actuación carezca del menor atisbo de prepotencia, pero que posea la firmeza que se deriva de esta oportunidad histórica de mejorar el teatro aragonés en su conjunto, incluyendo las expectativas y la capacitación del propio público, y que yo asumo como obligación propia de mi cargo como Director Gerente. Tomar decisiones equilibradas y justas, pero al mismo tiempo valientes, asumiendo desde el principio que es imposible contentar todas las sensibilidades y todos los intereses. En cualquier caso, y, al mismo tiempo, intentando pulsar de manera constante la opinión mayoritaria de la profesión. Esto, de manera especial, a partir del momento en el que comencemos las coproducciones, en donde la Mesa del Teatro, impulsada desde la Dirección General de Acción Cultural, debe convertirse en un permanente Organo Asesor.

 

2.Tareas inmediatas.

El CDA nace en un contexto estatal en el que existen en funcionamiento tres centros dramáticos regionales y uno de carácter y ámbito nacional, y en otro más amplio, europeo, de una todavía mayor y más asentada tradición en la creación, implantación y desarrollo de modelos de gestión teatral pública. Esta realidad no podemos olvidarla, mucho menos inmersos en ese referente europeo que derriba aceleradamente sus fronteras sociales, políticas y culturales y que hace cada vez más verdad el diagnóstico de Kant cuando aseguraba que “estamos inevitablemente juntos”, como ayer mismo recordaba David Held en el periódico “El País”. Por ello, en este primer momento debemos plantearnos como estrategia preferente la  tarea de trazar y posteriormente afianzar las líneas de colaboración exterior, en varios niveles:

A nivel nacional: con el inicio de relación y planteamiento de acuerdos de colaboración con los centros dramáticos españoles actualmente existentes: Centro Dramático Nacional, Centro Dramático Galego, Centro Andaluz de Teatro, Teatre Nacional de Catalunya. Y de manera preferente, con el Teatro de la Abadía, de Madrid, y Teatre Lliure, de Barcelona, tratando de impulsar lo que podríamos llamar “eje Madrid-Zaragoza-Barcelona”. Igualmente, pulsando también la opinión de Festivales coproductores como Festival de Teatro Clásico, de Almagro, Festival de Otoño, de Madrid, Grec, de Barcelona, Sitges Teatre Internacional, etc.

A nivel internacional, de manera también preferente intentando plasmar acuerdos con la Convention Theatrale Européen, a la que pertenecen más de veinte teatros públicos europeos, o el Instituto Internacional del Teatro del Mediterráneo (IITM), de amplia influencia y reconocido prestigio en la rica tradición de teatros del Este y del Sur de Europa. Tampoco deberíamos desatender nuestros vínculos con teatros públicos de algunas zonas francesas con los que ya existen acuerdos de colaboración, como la Scene National, de Bayona, y otras, y algunos festivales coproductores, como Almada, Avignon, Edimburgo, etc. Por último, por imperativos de carácter cultural no deberíamos olvidar la riqueza de la tradición teatral latinoamericana con la que tantas coincidencias tenemos y de la que tanto podemos aprender.

Con estas relaciones debemos pretender conseguir a corto, medio y largo plazo, además de plantearnos la posibilidad real de realizar coproducciones con sus principales teatros, la difusión de nuestros propios espectáculos en sus salas y circuitos de exhibición, el intercambio de experiencias y de personas, y múltiples actividades conjuntas, como por ejemplo la organización de Cursos para Profesionales, etc., con el consiguiente abaratamiento de los costes.

En este sentido no conviene olvidar tampoco que esta es la línea de trabajo que en Europa está estabilizándose desde hace algunos años, y que en España comienza a tener las primeras concreciones. Por ejemplo, el Centro Dramático Galego acaba de organizar su primera coproducción en castellano con el Centro Dramático Nacional a partir del texto de Ramón Castelao “Los viejos no deben enamorarse.

 

3. Proyectos de la primera temporada.

Por imperativas razones de calendario nos encontramos en la práctica con que la primera temporada del CDA va a durar apenas cuatro meses (Septiembre-Diciembre). Es preciso intentar que toda la tramitación administrativa y, en especial, la urgente convocatoria del concurso-oposición para cubrir las plazas del personal reflejada en los documentos presentados hasta este momento, haga posible que para principios del próximo mes de Septiembre el CDA pueda ponerse a funcionar a pleno rendimiento.

Si ello se cumple, sería voluntad de su Director Gerente que se pusieran en marcha, aunque algunas de ellas de manera embrionaria, la mayor parte de las actividades para las que ha sido diseñado, y que de todas ellas hubiera antes de final de año un botón de muestra que marque nítidamente una línea de actuación cultural que tendrá en la segunda temporada su plena plasmación, con el tiempo y los recursos materiales y económicos imprescindibles para ello. Con eso se pretende que en la realidad y ante la opinión pública se entienda desde el primer momento que los objetivos y las tareas del CDA contemplan globalmente el hecho teatral, y que, en consecuencia, comenzamos a impulsar, al mismo tiempo y de una manera coherente, la producción, la difusión y la documentación de la actividad escénica en nuestra región.

 

3.1. Los proyectos complementarios

En consecuencia, antes de hablar de los espectáculos propiamente dichos, los proyectos de la primera temporada (reducida a un cuatrimestre) serían:

-Presentación a principios de Octubre de un cuidado folleto-libro divulgativo precisamente sobre el sentido, la tradición y la necesidad en nuestra tierra de la existencia de un centro dramático. Para la realización de este folleto se solicitará la colaboración literaria de al menos cuatro directores de centros dramáticos y teatros públicos españoles, y la de especialistas internacionales en el tema, junto con abundante material gráfico y documental. La publicación irá acompañada del anuncio de los primeros proyectos del CDA y sus objetivos.

-La presentación del primer ejemplar de la Colección “Libros”, aproximadamente para esas mismas fechas.

-La presentación del catálogo-programa de los dos primeros espectáculos propios del CDA coincidiendo lógicamente con sus estrenos.

-La organización de uno o dos Cursos para Profesionales durante los meses de Noviembre y Diciembre (probablemente uno de reciclaje actoral y otro de escritura dramática), dependiendo de sus costes, impartidos por prestigiosos maestros internacionales en sus respectivas materias.

-La organización de un Ciclo de Conferencias y Debates sobre  el concepto de “teatro público” en España y en Europa con asistencia de destacados expertos, haciéndolo coincidir con el primer estreno oficial del CDA.

-La organización de presentaciones previas o posteriores en las localidades en donde se muestren las primeras producciones del CDA, con asistencia de los directores, actores, autor, etc., de las mismas.

-El comienzo inmediato de los estudios encaminados a conocer y comprender la realidad, las necesidades y los problemas del público teatral aragonés, de cara a poner en marcha campañas de animación socio-cultural en espacios rurales y urbanos, la política de precios, las campañas de acercamiento del público infantil y juvenil al teatro, etc., tratando de aplicar, a partir de la segunda temporada, las conclusiones de ese estudio y algunas experiencias puestas en marcha en algunos centros europeos similares al nuestro.

-El comienzo inmediato del estudio sobre los objetivos que a corto, medio y largo plazo debe plantearse el Departamento de Documentación Teatral de cara a confeccionar un fondo documental del patrimonio teatral aragonés.

 

3.2. Las coproducciones.

Aunque no reviste gravedad alguna, una de las consecuencias del comienzo tardío de nuestra actividad es la imposibilidad material de llevar a cabo ninguna coproducción con compañías profesionales aragonesas ni poner en marcha hasta la temporada 2003 los proyectos que incluiríamos en el apartado “Teatro abierto”, y que también requiere del concurso de éstas.

Y esto es así, en primer lugar, porque para ellas supone en realidad un imposible en la práctica alterar sus objetivos artísticos y empresariales para los próximos seis meses. Todas las compañías tienen sus planes trazados y la mayoría ya han estrenado los espectáculos en las pasadas ediciones de la Feria de Aragón en Huesca o el Festival de Teatro de Alcañiz, que deben intentar introducir en el mercado como objetivo prioritario. Pero en segundo lugar, porque la decisión de coproducir con el CDA debe ser meditada artística y empresarialmente con tiempo suficiente por ambas partes. Por tanto, la primera de las coproducciones podrá tener lugar avanzada la segunda temporada, tras el estudio de los proyectos presentados y valorados de manera exhaustiva tanto su viabilidad empresarial como su rigor artístico.

 

3.3. Las producciones propias.

Es propósito de la Dirección del CDA poner en marcha dos producciones propias de las que al menos una se estrene antes de finales de 2002. La segunda podría estrenarse en los primeros meses del año 2003 aunque las tareas de selección de actores y diseño artístico y de producción comenzaría igualmente en el año en curso.

Estas producciones serían, como manifestábamos al principio, complementarias entre sí, tanto en diseño de producción (formato, número de actores, etc.) como en el propio planteamiento estético. La cronología de sus estrenos irá condicionada por las circunstancias concretas que concurren en las mismas y que en este momento es imposible precisar, pero no podemos olvidar que es muy tarde para tratar de incorporar a ciertos profesionales cuya participación hubiera sido muy conveniente, y que, al menos una de ellas parte de un texto que es preciso encargar a su autor y que debe concluir en unos plazos temporales muy estrechos.

En cualquier caso, en ambas se intentará que la gran mayoría de participantes (actores, escenógrafos, músicos, iluminadores, vestuaristas, técnicos, empresas de servicios, etc.), sean aragoneses o desarrollen aquí su trabajo de forma habitual.

-Una de las producciones propias se realizará a partir de un texto de Javier Tomeo –casi con toda seguridad una adaptación teatral realizada por él mismo a partir de su novela “La Agonía de Proserpina”-.

Tomeo es, como todo el mundo sabe, un afamado novelista aragonés, nacido en Quicena (Huesca) en 1935.  Como en su momento dijo el crítico Joan de Sagarra, hoy en día es el autor teatral español más estrenado en todo el mundo después de Federico García Lorca, como consecuencia de la adaptación que se han hecho de algunos de sus textos narrativos en multitud de escenarios internacionales de altísimo nivel y prestigio. No se entendería que, dada esta notable circunstancia, una de los primeros espectáculos del CDA no tuviera uno de sus textos como soporte literario. El director/directora del mismo sería elección personal del propio Tomeo entre los profesionales que han estrenado sus producciones de manera frecuente en los principales teatros europeos (Comedie Fraçaise, de Paris, Schaubühne, de Bonn, etc). Incluiría dos actores y un magnífico, aunque sencillo, dispositivo escénico.

-La otra producción de la primera temporada será una adaptación de la extraordinaria obra de William Shakespeare, “Ricardo III”, llevada a la escena por el director aragonés que en este momento goza de una mayor proyección nacional e internacional: Carlos Martín.

Exalumno de la Escuela de Teatro de Zaragoza y de la “Scuola Paolo Grassi” del Piccolo Teatro de Milano, Martín ha obtenido recientemente un éxito notable en el Queens Theatre, de Nueva York, en Brasil y Miami, con su espectáculo “Buñuel, Lorca y Dalí” que, por cierto, quedó también finalista a la mejor producción del año 2000 en los “Premios Max” de Teatro. Recordemos también que con un anterior espectáculo sobre la biografía de Goya su compañía recorrió once países latinoamericanos cosechando un éxito sin precedentes, incluyendo en su reparto como protagonista al actor José Luis Pellicena. Su puesta en escena de “Ricardo III” contará con un gran número de actores y actrices aragonesas y pondrá, en este sentido también, un contrapunto de espectacularidad, de fuerza interpretativa y de sutil voluntad de contemporaneidad a la mencionada anteriormente, en donde el humor, la ironía y el trazo sicológico son, sin duda, sus principales atractivos.

 

4. La estabilidad y la capacidad de adquirir compromisos a medio y largo plazo como única forma de herramienta de trabajo en un Centro Dramático de estas características. La importancia de la descentralización de nuestros proyectos.

Me parece imprescindible subrayar, para acabar esta sucinta exposición sobre objetivos y proyectos que de manera inmediata pondremos en marcha, que, en mi opinión, aunque poseen una indudable interés en sí mismos, y van a crear no sólo una gran aceptación sino una profunda expectativa en el medio profesional y en los medios de comunicación, están inevitablemente marcados por la celeridad en su diseño y  ejecución debido a los imperativos del calendario. En este sentido quisiera dejar claro en esta mi primera intervención ante este Consejo de Administración que para poder acometer todas las tareas que nos proponemos en un futuro inmediato, y en especial, para llegar a acuerdos de colaboración con destacados y prestigiosos directores de escena nacionales e internacionales a lolargo de las próximas temporadas, se hace imprescindible llegar a acuerdos, y en su caso, firmar los correspondientes contratos, con un margen de tiempo de al menos dos o tres años. Rogaría, por tanto, que se arbitraran las fórmulas administrativas adecuadas para hacerlo posible.

Por último, quisiera expresar mi deseo de que el Centro Dramático concrete muy pronto su voluntad descentralizadora en nuestra propia tierra y desde las instancias que les corresponde hacerlo se pusieran en marcha las propuestas para que muy pronto contara con una sólida red de sedes auxiliares por toda la región.

                                                    En Zaragoza, a 9 de Julio de 2002.

Adhesión del actor José Luis Pellicena

mayo 28, 2009

PellicenayCuetos

(José Luis Pellicena quiso adherirse al acto de presentación y envió este hermoso texto que se leyó en público)

Yo debería estar hoy aquí con vosotros en carne mortal. Fui invitado gentilmente y hubiera sido mi mayor deseo. Pero por una de esas travesuras del destino me encuentro hospitalizado en una clínica de Madrid de la que no os doy el nombre para no hacer propaganda. Y supongo que tendré ocasión de resarcirme con creces de esta frustración en un futuro próximo porque la puesta en marcha del Centro Dramático de Aragón nos brindará a todos los que pertenecemos al teatro muchas ocasiones para futuros reencuentros.

Lo que quiero deciros a través de estas palabras es que me siento muy orgulloso de la realidad que hoy ya tenemos entre las manos. La falta de un Centro Dramático era algo que me dolía íntimamente y no terminaba de acostumbrarme a esta carencia. A veces pensaba que quizá no nos lo merecíamos por no haber sabido luchar mejor para conseguirlo, y yo, aunque alejado por mi trabajo de todo lo que aquí se hacía, no por eso dejaba de reprocharme mi falta de aportación al teatro de Aragón en general y al de mi ciudad en particular.

Ahora pienso que el CDA puede ser muchas cosas, entre otras un foro para debatir, canalizar y solucionar problemas de todos; un trampolín para que muchos puedan demostrar por primera vez, o seguir demostrando su talento y posibilidades; una apertura al exterior para aumentar la presencia y el carisma de nuestro teatro, dentro y fuera de España, y, en fin, un logro del que todos vamos a poder beneficiarnos.

Siento un profundo respeto personal y profesional por el nuevo director de este Centro y una gran admiración por haber aceptado el reto que supone asumir lo que se le viene encima en cuanto a trabajo y responsabilidades de todo tipo. Este cargo es un regalo que puede estar envenenado y que no todos estarían dispuestos a aceptar fácilmente.

Para él, para Javier Callizo, y para todos nosotros una gran enhorabuena y mis mejores augurios para el futuro del teatro en Aragón. Un gran abrazo. José Luis Pellicena.

Adhesiones

mayo 28, 2009

En la mañana de hoy es necesario agradecer a las personas que se han desplazado desde diferentes puntos de la geografía española para estar con nosotros en la presentación del CDA. En especial a los actores Gabriel Moreno, Margarita González, la productora Clara Pérez y Joaquín Hinojosa, adjunto a la dirección del Teatro de la Abadía.

Además de estos compañeros, y las ya mencionadas adhesiones de José Luis Pellicena y de Javier Tomeo, hay que añadir la de diferentes personas que por diferentes razones personales y coyunturales no han podido estar hoy aquí contra su expresa voluntad, relacionadas con el teatro y en bastantes casos, de raíces aragonesas, tales como:

Emilio Hernández, Director del Centro Andaluz de Teatro.

Manuel Guede, Director del Centro Dramático Galego.

Domenech Reixach, Director del Teatre Nacional de Cataluña.

José Luis Gómez, Director del Teatro de la Abadía.

Joan Ollé, Director del Teatre Lliure.

Gerardo Malla, Director teatral.

Jordi Mesalles, Director teatral.

José Sanchis Sinisterra, autor y director teatral.

José Monleón, Director del Instituto Internacional del Teatro del Mediterráneo.

Pau Monterde, Director del Institut del Teatre de Barcelona.

Félix Romeo, escritor.

Jean Pierre Miquel, director de escena y antiguo director de la Comedie Française.

Ana Labordeta, actriz.

Emilio Gutiérrez Caba, actor.

Santiago Sueiras, distribuidor.

Reivindicación del teatro de Víctor Mira

mayo 28, 2009

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(Escribí este texto como prólogo al libro que dedicamos a la producción teatral del pintor aragonés Víctor Mira. Se presentó en el Salón de Té del Teatro Principal de Zaragoza el 16 de Febrero de 2005.)

 

Los acontecimientos se suceden a veces con una vertiginosa lentitud. En “Arco 2003” Víctor Mira presenta su pieza teatral “Antihéroes” de la mano de Félix Martín y su compañía Luna de Arena, integrada entonces por los actores Ricardo Joven, Cristina de Inza y José Carlos Alvarez. Cuando el propio Félix se disponía a acometer su segunda incursión en los textos del pintor, en concreto en “El cielo de las mujeres”, él y todos los demás nos enteramos de su muerte.

¿Es necesario explicar más sobre las razones de justicia y de urgencia que nos han motivado a realizar este libro?

Hace unos meses tuve la inmensa suerte de presenciar en Berlín, junto con Ester Romero, compañera de Víctor Mira, el último ensayo de la versión alemana de esa segunda pieza, allí titulada “Himmel der Frauen”, con dirección de Ulrike Keller. El espacio era sencillamente maravilloso: una suerte de patio interior que unía el Deutsches Bank y el Museo Guggenheim, al comienzo de la mítica calle Unter den Linden, y a cien metros de la catedral y de la famosa isla de los Museos. La puesta en escena de Ulrike, pulcra y medida, destacaba con vigor interpretativo los aspectos simbólicos de la obra. Allí me percaté con claridad de algo que muchos ya sabían: aquel delgaducho jovenzano de ojos vivos –para más señas camarero de la todavía existente cafetería “Gora”-, al que por aquí no se le hacía demasiado caso durante los últimos años del franquismo, es ahora considerado en la ciudad de Bertold Brecht y de las vanguardias artísticas, como uno de los nombres claves de la pintura europea contemporánea. Para probarlo, durante esos días, coincidiendo con las representaciones de la obra, el Guggenheim exhibía además algunos cuadros de Víctor, de las decenas que posee en su fondo.

Por razones de agenda, no estuve en las representaciones, y me perdí esa orgía cultural que supone todos los años la llamada “noche de los museos”, pero he sabido con posterioridad que constituyeron un gran éxito. Un público numeroso y culto, seguramente buen conocedor de la obra pictórica y, en menor medida, de la obra teatral de nuestro paisano, abarrotó el patio y agotó las localidades.

El Centro Dramático de Aragón, a través de su Departamento de Documentación, presenta ahora por vez primera la obra teatral completa del pintor aragonés.

Una obra personal, sugerente, inquietante, que merece ser leída, primero y estudiada con rigor y atención después. Tres textos que, como no podía ser de otra manera, están indisolublemente unidos a esas imágenes desgarradoras de los cuadros de su autor, a esos colores fuertes y, a veces, sombríos. Personajes que deambulan, se explican, solicitan a su vez explicaciones, se recriminan viejas pendencias, antiguos conflictos entre ellos no resueltos, en ambientes reales y psicológicos brutalmente claustrofóbicos, que a mí me recuerdan los ideados por otro gran poeta y artista plástico, Jean Cocteau, en obras como “Los padres terribles”, los de Lorca en “La casa de Bernarda Alba”, y la desolación paisajística y espiritual por la que transitan las criaturas que Samuel Becket quiso que protagonizaran su ya imprescindible y canónica “Esperando a Godot”.

Tal vez el teatro de Mira adolezca de imperfecciones formales. ¡Qué manera tan extraña y heterodoxa de puntuar y de construir las frases! ¡Qué falta de atención por la estructuración teatral tradicional! ¡Qué innecesarias reiteraciones en algunos parlamentos! ¡Qué carencias tan extrañas en algunas descripciones!

Todo eso puede ser verdad. Pero les sugiero que vean algunos de sus cuadros y se empapen de sus cruces, de sus personajes entrevistos y martirizados, de ese color sanguinolento de algunos cristos yacentes que sirvieron para aterrorizarnos durante nuestra infancia, y lean ustedes estas tres obras.  Piensen después si no estamos ante otra forma de escribir una nueva forma de tragedia: inevitablemente plástica, rabiosamente contemporánea, impúdicamente autobiográfica, radicalmente subversiva, extrañamente simbólica y visionaria.

Los textos solicitados a Alejo Lorén, cineasta y amigo de la adolescencia de Víctor, y los de Ulrike Keller y Félix Martín -las dos personas que tanto en Alemania como en España mejor conocen las alegrías y los sinsabores de intentar encauzar esa desbordada imaginación poética en los límites prosaicos y materiales de un espacio escénico-, nos van a servir, sin duda, para empezar con buen pie a caminar de la mano de un hombre que, como decía Rimbaud, tenía siempre puesta la mirada en el infinito.

Para comprender los entresijos de esa mirada nos han sido muy útiles las horas de conversación personal y telefónica con Ester Romero, verdadera inspiradora de este libro que ahora presentamos, y ya, para siempre, amiga entrañable.

Francisco Ortega.

Director-Gerente del Centro Dramático de Aragón.

 

Si quieres entrar en la web oficial de Víctor Mira, pincha aquí.

Cronología de los primeros años del Centro Dramático de Aragón

mayo 28, 2009

2000

Marzo

Día 13. Pedro Lapetra, Director General de Cultura del Gobierno de Aragón, me encarga el Proyecto de Creación del Centro Dramático de Aragón.

Mayo

Día 22. Entrego el “Informe para la creación del Centro Dramático de Aragón”.

 

2001

Noviembre

Día 15. Javier Callizo, Consejero de Cultura, comparece en la Comisión de Economía y Presupuestos del Gobierno de Aragón. Destinará 50 millones al futuro CDA.

Día 20. El Consejo de Gobierno aprueba la Constitución de la Fundación Gran Teatro Fleta.

Día 27. Primera reunión de la Mesa del Teatro. Se expone el proyecto CDA.

Diciembre

Día 28. Rueda de Prensa de la Plataforma en defensa del CDA.

 

2002

Enero

Día 30. Reunión técnica. Se confecciona un calendario de actuaciones para crear el CDA.

Marzo

Día 11. Reunión de la Mesa del Teatro. Se presenta el proyecto de CDA.

Día 26. Se constituye el Patronato del Gran Teatro Fleta.

Abril

Día 30. El Consejo de Gobierno aprueba un decreto de creación de la empresa pública “Centro Dramático de Aragón” para la que se fija un capital social de 360. 000 Euros.

Mayo

Día 17. Se presenta el Sindicato de Actores.

Junio

Día 18. Constitución del Consejo de Administración del CDA. Se nombra director a Francisco Ortega.

Día 21. Acto de presentación del Centro Dramático y de su Director-Gerente.

 Julio

Día 9. Reunión del Consejo de Administración del CDA con su Director-Gerente. Se aprueban los perfiles de personal a contratar, el Reglamento y el Plan Artístico de la Primera Temporada.

Día 26. Termina el plazo de presentación de solicitudes para concursar por las plazas del CDA.

Día 30. Reunión del Director-Gerente y ARTEAR a petición de ésta.

Día 31. Mesa del Teatro. Se presenta el borrador del CDA.

Septiembre

Días 2 y 3. Entrevistas de los candidatos a cubrir las plazas del CDA.

Día 3. Reunión del Consejo de Administración del Centro Dramático de Aragón.

Día 21. Primera reunión de Jefes de Departamento en los locales de la Escuela Municipal de Teatro.

Día 26. Se reúnen el Sindicato de Actores y una representación CDA para acordar niveles salariales.

Día 30. Primer día de casting de “Ricardo III”.

Octubre

Día 1 y 2. Casting de “Ricardo III”.

Día 3. Acuerdo salarial con el Sindicato de Actores.

Día 15. Comienzan los ensayos de “Ricardo III”.

Día 21. Comienza el curso de Interpretación impartido Franco de Francescantonio en el Teatro de la Estación.

Noviembre

Días 11, 12 y 13. Casting de “La Agonía de Proserpina”.

Día 15. Reunión de Pedro Lapetra y Francisco Ortega con concejales de cultura para crear las sedes auxiliares del CDA.

Días 21 al 24. Alcañiz: Semana de Teatro Público organizado por el CDA. Asisten Juan Carlos Pérez de la Fuente, director del Centro Dramático Nacional, Domenech Reixach, director del Teatre Nacional de Catalunya, Manuel Guede, director del Centro Dramático Galego, Joan Ollé, codirector del Teatre Lliure, y Joaquín Hinojosa, adjunto a la dirección del Teatro de la Abadía.

Día 23. Mesa del Teatro en Alcañiz. Se presentan las líneas generales de las coproducciones con empresas privadas.

Diciembre

Días 11 al 15. Estreno de “Ricardo III” en el Teatro Principal de Zaragoza. Presentación de un Folleto sobre el CDA.

Día 15. Se destina la recaudación de taquilla de ese día a la Cofradía de pescadores de Muxia (Galicia).

 

2003

Enero

Día 21 y 22. Estreno de «Ricardo III» en Huesca.

Día 26. Comienzan en París los ensayos de «La Agonía de Proserpina».

Febrero

Día 4. Comienza en la Sala Arbolé el Curso de Dramaturgia impartido por Antonio Onetti.

Día 7. Conferencia-debate en el Corte Inglés sobre “dramaturgia andaluza” con la participación de los autores teatrales Antonio Onetti, José Luis Miranda y Sergio Rubio.

Día 14. Estreno en Ejea de «Ricardo III».

Día 20. Mesa del Teatro. Se presentan las coproducciones.

Día 21. Reunión del Consejo de Administración. Actuación en Tarazona de «Ricardo III».

Día 24. Continúan los ensayos de «La Agonía de Proserpina» en Zaragoza.

Marzo

Día 13. Estreno de «La Agonía de Proserpina» en el Teatro Principal. Presentación de la primera publicación.

Día 14. Actuación en Monzón de «Ricardo III».

Día 17. Se publica en el Boletín Oficial de Aragón (BOA) y en los periódicos Heraldo de Aragón, y El Periódico de Aragón la convocatoria a las compañías aragonesas para la realización de dos coproducciones: espectáculo para títeres y espectáculo a partir de un texto de autor internacional contemporáneo.

Día 21. Actuación en Teruel de «Ricardo III».

Día 26. Actuación en Santander de «Ricardo III».

Días 27 y 28. Actuaciones en Baracaldo de «Ricardo III». Comienza el Curso «La máscara neutra» de María del Mar Navarro.

Abril

Día 11. Presentación de «Gargallo, un grito en el desierto», segunda publicación del Centro Dramático de Aragón.

Día 12. Audiciones en Zaragoza para «El día que no sabíamos nada el uno del otro», de peter Handke, coproducción del CDA y el Festival Grec de Barcelona.

Día 21. Se abren los sobres en donde están presentadas las propuestas de coproducción por parte de compañías profesionales aragonesas. Se presenta el proyecto «Cigüeñas», de Titiriteros de Binéfar, y «Dirección Gritadero», de Guy Foissy, presentado por Tranvía Teatro, Teatro de la Estación y Noba Producciones.

Mayo

Día 2. Presentación en Caspe de «La Agonía de Proserpina», de Javier Tomeo. Presentación de Caspe como Sede Auxiliar.

Día 5. Comienzan en Barcelona los ensayos de «El día que no sabíamos nada el uno del otro».

Día 7. Presentación de «La Agonía de Proserpina» en la Feria de Teatro de Aragón en Huesca.

Día 28. Reunión de la Mesa del Teatro: se presentan las coproducciones seleccionadas: «Cigüeñas», de Los Titiriteros de Binéfar, y «Dirección Gritadero», por Tranvía Teatro, Teatro de la Estación y Noba Producciones.

Junio.

Día 10. Presentación de «La Agonía de Proserpina», en el Teatro de la Abadía, de Madrid.

Día 17. Reunión de la Mesa del Teatro.

Día 26. Reunión del Consejo de Administración.

Día 27. Estreno en el Mercat de las Flors Barcelona de la coproducción «El día que no sabíamos nada los unos de los otros», de Peter Handke.

Julio

Días 3 al 6. Representaciones de «Ricardo III» en el Festival de Teatro Clásico de Almagro.

Día 9. Actuación en Chinchilla de «Ricardo III».

Día 15. Representación de «La Agonía de Proserpina» en el Teatro Liceo de Salamanca.

Días 21 al 24. Audiciones en Zaragoza (Teatro de la Estación) para completar el reparto de «Morir Cuerdo y Vivir loco».

Día 24. El CDA y José Luis Esteban reciben el Premio «Clásicos» que otorga «Radio Surco» y «Canal La Mancha TV» por su participación en el Festival de Almagro.

Agosto

Día 13: Segunda audición en Madrid para «Morir cuerdo y vivir loco».

Noviembre

Día 10: Comienzan los ensayos en Madrid de «Morir cuerdo y vivir loco», escrito y dirigido por Fernando Fernán Gómez.

Día 14: Estreno en Zaragoza de «La hora en que nada sabíamos los unos de los otros», de Peter Handke y dirección de Joan Ollé.

Día 21: Presentación de «La Agonía de Proserpina» en el Festival de Autores contemporáneos de Alicante.

Día 28: Actuación en el Festival Temporada Alta de Girona de «El día que nada sabíamos los unos de los otros».

Diciembre

Día 4: José Tricas es elegido como nuevo Jefe del Departamento de Producción.

Día 10: Constitución del nuevo Consejo de Administración del CDA.

 

2004

Enero

Días 13 al 18: Presentación en el Teatro Principal de Zaragoza de «Morir cuerdo y vivir loco», escrito y dirigido por Fernando Fernán Gómez, y coproducido con el Centro Dramático Nacional.

Febrero

Día 2: Comienza en Madrid, el Primer Ciclo de Lecturas Dramatizadas, organizadas por el CDA en colaboración con la SGAE y la CAI. Lectura de «La intertextualidad», de Alfredo Castellón. Dirección: Alfonso Desentre.

Día 6: Lectura de «La intertextualidad» en el salón de Actos de la CAI.

Día 9: Lectura en Madrid de «Los caballos cojos no trotan», de Luis del Val. Dirección: Manu Berastegui.

Día 13: Lectura en Zaragoza de «Los caballos cojos no trotan».

Día 16: Lectura en Madrid de «Cierzo», de Luis Merchán. Dirección: Luis Merchán.

Día 20: Lectura en Zaragoza de «Cierzo».

Día 23: Lectura en Madrid de «Exuro», de Miguel Angel Ortiz. Dirección: Joaquín Murillo.

Día 24: Reunión del Consejo de Administración. Se aprueba el presupuesto del año 2004 y las actividades del 2005.

Día 27: Lectura en Zaragoza de «Exuro».

Día 29: Estreno de «Morir cuerdo y vivir loco» en el Teatro María Guerrero, de Madrid.

Marzo

Día 29: Presentación del libro «Conversaciones con Mariano Cariñena», escrito por Antón Castro.

Mayo

Días 11 al 20: Curso de Verso Dramático impartido por Emilio Gutiérrez Caba en Zaragoza y Alcañiz.

Día 26: Aparece en el BOA la Convocatoria dirigida a Compañías artísticas aragonesas de carácter profesional para la realización de coproducciones. Comparecencia del Director-Gerente del CDA en la Mesa de la Comisión de Educación y Cultura de las Cortes de Aragón a petición del grupo parlamentario de la CHA.

Agosto

Día 3: Participación del Centro Dramático de Aragón en el “Proyecto Europeo Thierry Salmon”. Presentación y comienzo en Zaragoza del Curso de Jean Fabre “Sangre, sudor y lágrimas”. Paralelamente comienza en Fagagna (Italia) el curso impartido por Denis Marleau “Maeterlink, presencia/ausencia del actor”.

Día 23: Presentación de los talleres impartidos por Jean Fabre y Denis Marleau en el teatro Principal de Zaragoza y en el Palazzo Picco de Fagagna respectivamente.

Día 24: Termina el plazo de presentación de proyectos de coproducción para compañías profesionales aragonesas.

Septiembre

Día 15: Proyecto Thierry Salmon: presentación en el Centro Cultural de Belem (Lisboa) y en el Theatre de la Place de Lieja respectivamente de los talleres dirigidos por Jean Fabre y Denis Marleau .

Día 20: Presentación en Theatre L´Union, de Limoges, de ambos talleres.

Días 23 y 24. Presentación en el teatro Valle de Roma de los talleres dirigidos por Jean Fabre y Denis Marleau, como colofón del Proyecto Thierry Salmon.

Octubre

Día 7: Estreno de la coproducción del Centro Dramático de Aragón y Los Titiriteros de Binéfar “El hombre cigüeña” en la Feria Internacional de Teatro de Huesca.

Día 27: Se realiza la selección de coproducciones para el año 2005. Serán “El Tartufo”, de Moliére, presentado por Noba Producciones, con dirección de Luca Franceschi, y “El cielo de las mujeres”, de Víctor Mira, por Luna de Arena, con dirección de Félix Martín. Reuniones de pre-producción de “Misiles melódicos” y “La vida es sueño”.

Noviembre

Día 30: Reunión del Consejo de Administración. Termina el plazo de presentación de originales para optar al Premio “Fernando Lázaro Carreter”, de Literatura Dramática.

 

2005

Enero

Día 24: Comienza la selección de actores y actrices para “Misiles melódicos”, de José Sanchis Sinisterra y dirección de David Amitín.

Febrero

Día 14: Comienzan en Zaragoza los ensayos de “Misiles melódicos”.

Día 16: Presentación en el Teatro Principal de Zaragoza de la publicación “Teatro completo de Víctor Mira”, quinta del CDA.

Día 23: Comparecencia voluntaria del director del CDA en la Comisión de Cultura de las Cortes.

Marzo

Día 14: Fernando Fernán Gómez gana el Premio Max de Literatura Dramática por “Vivir loco y morir cuerdo”. Lo recoge Francisco Ortega, director del CDA.

Día 16: Se reúne el jurado del Premio Lázaro Carreter. Está compuesto por Guillermo Heras, José Luis Miranda, Rafael Campos, Mariano Cariñena, Alfonso Plou y Francisco Ortega. Por la tarde se anuncia en rueda de prensa que la obra premiada es “Nadie canta en ningún sitio”, de Mariano Llorente Frusán.

Abril

Día 1: Lectura Dramatizada en la CAI: “Pericles y el Manzano”, de Damián Torrijos, con dirección de María Angeles Pueo.

Día 8: Lectura Dramatizada: “El mar”, de Julián Fuentes, con dirección de Carlos Martín.

Día 15: Firma del Acuerdo de Donación de los fondos documentales de Antonio Zapatero. Estreno en el Teatro Principal de “Misiles melódicos”, de José Sanchis Sinisterra y dirección de David Amitín.

Día 25: Comienza el Curso para actores impartido por la directora Helena Pimenta.

Día 26: Presentación de “Hombre cigüeña” en la Feria de Teatro de Huesca.

 Día 28: Estreno de “El Hombre Cigüeña” en el Teatro Principal.

Día 29: Presentación del libro “Misiles Melódicos” en Caspe. Mayo

Día 31: Anuncio verbalmente a los responsables del Departamento de Cultura del Gobierno de Aragón mi renuncia como Director del CDA.

Junio

Día 15: Presento por escrito mi dimisión como Director-Gerente del Centro Dramático de Aragón.

Día 28: Presentación de “Nadie canta en ningún sitio”, de Mariano Llorente, premio de la primera edición del Premio “Lázaro Carreter”. En ese acto la Directora General de Cultura, Pilar Navarrete, anuncia que en breve Francisco Ortega dejará la dirección del CDA.

Escuelas de Teatro en Israel y Palestina: aprender un oficio en mitad de la guerra

mayo 23, 2009

(Escribí este resúmen de mi viaje por Israel y Palestina en Enero de 1998 en «La Butaca», la revista que crearon los alumnos de la Escuela Municipal de Teatro, de Zaragoza).

 

Espectáculo de la Escuela Asthar

Espectáculo de la Escuela Asthar

 

 

1.

Maldita sea. Me lo habían advertido: salir de Israel es más complicado que entrar. Efectivamente. Una pareja de jovencitas -me recuerdan a Zipi y Zape-, me retienen durante tres cuartos de hora en el aeropuerto Ben Gurion de Tel-Aviv, y llegan a ponerme francamente nervioso. Una     sonríe, la otra no. Son una versión femenina y juvenil del policía bueno y el malo y quieren saber pormenorizadamente todos los detalles de mi viaje.

 ¿Cómo explicarles que una delegación del Instituto Internacional del Teatro del Mediterráneo (IITM) formada por Robert Bedoss, pedagogo y director de escena, Natalie Guimond, una periodista y crítica teatral parisina, y yo, nos habíamos personado en Ramallah, en plena Cisjordania ocupada por su propio ejército, para asistir a un Seminario sobre formación actoral? Mi maleta estaba repleta, además, de folletos, de regalos de los amigos palestinos, de materiales de trabajo sobre el tema en cuestión, pero mi cabeza, a las tres de la mañana, se resentía de siete días seguidos de experiencias, de imágenes, de las tediosas traducciones del hebreo al inglés y del inglés al francés, que era el mecanismo por el que yo había conectado con los demás. Mi cansancio era el lado inverso de la moneda de la frescura matinal de estas jovencitas, de su implacable entrenamiento para sacarle al viajero las verdaderas razones por las que ha decidido visitar un país permanentemente amenazado y en donde la Intifada y los socabones causados por los misiles que Sadam Husein les enviara durante la guerra del golfo son el recuerdo permanente de que siguen en guerra con árabes, palestinos, etc, dentro y fuera de sus fronteras, a pesar de los tratados de paz que el actual gobierno de Netanyahu tiene prácticamente congelados y de los que los palestinos, por cierto, no se creen ni una palabra.

 Ramallah (que significa «La altura de Dios» o algo parecido) es una ciudad dispersa: casas y montes, montes y casas. Un magnífico hotel totalmente occidentalizado en el centro, con un cuadro, sencillamente ridículo, de Yaser Arafat presidiendo su salón principal, y, en las habitaciones, las televisiones llenas de canales internacionales. Me entero por uno de ellos, sin pretenderlo, que el Zaragoza le ha ganado al Celta de Vigo por uno a cero y me pongo muy contento…

 Y además de todo eso, un proyecto teatral: la escuela Asthar. Los palestinos nos han invitado para que les expliquemos cómo se hace una Escuela de Teatro. Así, como suena. Pienso que es mentira: nos han invitado realmente para que les proporcionemos proyección internacional y, si fuera posible, ayuda económica. Suecos, canadienses, alemanes, ingleses, franceses y españoles les vamos diciendo lo mismo: son ellos quienes deben pensarse una escuela acorde con sus necesidades. Algunos adornamos nuestra reflexión con argumentos teóricos (les hablo de Meyerhold, de Stanislavski, de Brecht), otros como Oleg Kisseliov director del «Creative Impulse» Laboratory de Montreal les da una pequeña lección práctica, y otros como el sueco Goran Tunstrom les proyecta unas imágenes de Juloratoriet, un trabajo excelente del que es responsable como dramaturgo y director.

 El día anterior los palestinos nos habían mostrado, en una pequeña sala que emplean como aula, un espectáculo titulado Marthyrs are coming back…, puesto en escena por Sameh Hijazi e interpretado por el alma mater de todo esto: la actriz Iman Aoun. Necesitan una escuela, ciertamente… El trabajo es muy malo, lleno de intrincados simbolismos sobre la guerra, y sobre la tragedia de su pueblo. Iman es pequeña, enérgica, con rasgos y mirada inequívocamente palestinos, con fortaleza de mujer de teatro curtida por la vida, la guerra y el escenario. El rebufo del centenario de Lorca ha llegado hasta este recóndito lugar del planeta: quiere montar Yerma este año y seguramente lo hará. Primero porque es ambiciosa, astuta e inteligente. Segundo, porque es buena actriz. Los demás actores no dan la talla. La puesta en escena es pueril, además de pobre en ideas y en medios.

 Con los palestinos nos vamos a Jerusalen. Como si fuéramos un paquete internacional nos entregan al enemigo no sin antes enseñarnos la ciudad de cabo a rabo -¡qué maravilla!-, y ofrecernos una comida libanesa extraordinaria, regada con abundante cerveza. Joseph, el hermano de Iman regenta una especie de albergue internacional, limpio, amplio, confortable, desde donde se contempla una vista de la ciudad sencillamente asombrosa. Hablamos mucho de teatro mientras a los postres nos obsequian con una especie de anís mezclado con agua. Abrazos, intercambio de tarjetas, de teléfonos… Nos despedimos de ellos con el corazón quebrado al dejarlos otra vez a su suerte: inmersos en sus apasionadas reflexiones, sumergidos en un mundo externo e interno del que no podríamos asegurar que hemos comprendido algo, aferrados a ese personaje colectivo de «víctima» que han decidido encarnar seguramente para siempre.

2.

Mis interrogadoras no bajan la guardia. La situación es absurda. Me muero de sueño y la impaciencia y los nervios me van secando la boca. «¿Quién le ha invitado usted a venir? ¿Cuándo? ¿Por carta o por teléfono?      ¿Piensa usted volver pronto a Israel? ¿Ha conocido a alguien sospechoso de colaborar con los terroristas?»

 Nos agasajan en el mejor restaurante de Jerusalen y coincidimos allí con el expresidente del gobierno y actual jefe de la oposición, Simón Peres. Somos presentados amablemente. Al día siguiente por la mañana continúa el protocolo. De la mano de Erez Biton, poeta ciego que es nuestro anfitrión en todo momento, nos recibe el Secretario de Estado, señor Shevah Weiss, en su oficina del Parlamento hasta donde hemos llegado después de pasar infinitos controles. Los soldados tienen cara de niños en todas partes, tanto los que patrullan por las calles como los que custodian edificios, mercados, centros oficiales, aeropuertos, etc.

 Por fin comienza la parte profesional. A Israel hemos venido a conocer dos escuelas de Teatro y a ponerlas en contacto con la Red de Escuelas del IITM. Visitamos junto a Andrea Lupu, director teatral rumano y también miembro del IITM que se ha incorporado a la expedición, el «Acting Studio» una de las dos mejores escuelas de Israel, con una fuerte subvención estatal. Las instalaciones son algo destartaladas pero todo respira rigor y seriedad. Nissan Nativ, un hombre de enorme prestigio profesional, la dirige y nos da detalles sobre su funcionamiento: todos los años pretenden entrar ¡seiscientos aspirantes! y sólo consiguen entrar quince. Allí se enseña actuación para teatro, cine y televisión y los talleres siempre están montados por directores profesionales contratados para ello. Las enseñanzas están estructuradas en tres años, y los alumnos reciben 40 horas semanales en primero, 42 en segundo, y 65 en tercero. Vemos un ensayo de El despertar de la primavera, de Frank Wedekind, un taller que está a punto de estrenarse. El nivel no me entusiasma demasiado.

 Al día siguiente estamos en Tel-Aviv. Por la mañana visitamos el «Yoram Loewenstein Studio». Desde el principio hay algo que me seduce: un clima especial de trabajo, una forma de estar diferente. Aquí los medios son muy distintos: cada alumno se paga sus estudios y, además, debe trabajar para los más necesitados del barrio en el que están situadas sus aulas, al este de la ciudad. Entramos en clase de Improvisación de Segundo Curso. La joven profesora ha estudiado en Estados Unidos y, al final de la clase, intercambiamos experiencias e información. Yo le hablo de las improvisaciones que trabajamos en Segundo Curso del año pasado y que son parecidas a las que sus alumnos preparan minuciosamente. Después vamos donde se está preparando un taller sobre El rey Lear, de Shakespeare. Los chicos y chicas de tercero me encantan. Todos tienen cuerpos y voces entrenadas, son expresivos y simpáticos. Alguno habla bien español.

 Establecemos una comunicación especial con Yoram. Es un joven director de escena formado en la Universidad de Tel Aviv. El resto del profesorado es joven y han recibido su formación principalmente en Nueva York y París, muchos en la escuela de Lecoq. Yoram nos habla de los problemas de su escuela, yo le cuento los de la nuestra. Son bastante parecidos.

 Todavía tenemos tiempo para ir al teatro. Visitamos el Teatro Nacional, o Teatro Habima, con sus cinco salas, fundado en los años cuarenta por actores judíos llegados desde Rusia; el Mann Auditorium, en donde actúa estos días el mítico Topor, protagonista de El violinista sobre el tejado; el Cameri, en la calle Dizengoff, que es la arteria más concurrida de la ciudad. Vemos también, por último, una magnífica versión de ¿Quién teme a Virginia Wolf? en una sala contigua al Museo Eretz, al norte de la ciudad y situado en terrenos de la Universidad. El tiempo se acaba y pronto estaremos en nuestras ciudades. La expedición se dispersa y yo soy el último en coger el avión que me llevará a Madrid después de una insoportable espera en Roma de más de cuatro horas.

 

3.

 Y estas individuas no se cansan… Me habían advertido que era necesario llegar con tiempo suficiente para pasar este interrogatorio. Como he llegado el primero estas chicas se ensañan conmigo. He debido de llegar tarde a este lugar, como hace todo el mundo en Palestina e Israel. ¿Quién me habrá enseñado a ser tan malditamente puntual? Por cierto: otro canal me acaba de informar de que el Zaragoza le ha ganado por dos a cero al Atlético de Madrid. Tal vez esta noticia sea la que me hace resistir con estoicismo y sentir incluso una cierta simpatía por mis dos torturadoras que, al final de todo, parece que se ruborizan y me piden excusas por haber cumplido implacablemente su misión.

 

Si quieres ver imágenes de Ramallah, pincha aquí.

Consejos prácticos para enfocar tu primera experiencia como director/a de escena

mayo 23, 2009

“El director es quien establece el punto de vista de una noche y de la eternidad”

Louis Jouvet (La profesión del director de escena)

Louis Jouvet

Louis Jouvet

 

 

 

 

 

 

I. CUESTIONES DE PRINCIPIO.

1. Dirigir una obra teatral (o una escena) es asumir una responsabilidad artística, sin complejos, con decisión y alegría, a partir de un proyecto concreto – un texto escrito, un guión, de una idea embrionaria, etc.-, por el que sientes algún tipo de interés especial.

Debes encararlo con toda la humildad del mundo, pero, al mismo tiempo, sintiéndote con toda la energía suficiente, arriesgándote a tener éxito en la empresa, y/o asumiendo también la posibilidad de fracasar en ella. Debes creer firmemente que si sale bien, el éxito será tuyo más que de nadie, aunque nadie te lo reconozca. Pero, si sale mal, el fracaso también será tuyo en la misma proporción, aunque sea por haber elegido o aceptado unos actores y/o unos colaboradores inadecuados, de cuyo trabajo te conviertes automáticamente en último responsable. Esa es únicamente la actitud correcta.

2. Una vez asumida esta decisión estética, debes responsabilizarte igualmente de que tanto tú como el equipo humano y artístico que vas a coordinar, vais a respetar las fechas de estreno (en un teatro si es un proyecto profesional o en un aula o similar si es un trabajo de escuela), y los controles que previamente hayas pactado con el productor y/o profesor.

 

Gorgon Craig

Gorgon Craig

II. CUESTIONES PRACTICAS.

1. Debes leer el texto hasta la saciedad. Analizarlo hasta sus últimos detalles. Empaparte de él. Tratar de entender hasta el límite la propuesta dramatúrgica del autor (¿qué ha querido expresar? ¿porqué procedimientos literarios? ¿qué papel juega cada personaje? ¿cuáles son los temas fundamentales y los subtemas?, ¿cuál es el sentido profundo?, ¿cuál es la propuesta escénica que intuyes que él imaginó por debajo de las palabras?, y cuantas preguntas quieras hacerte más…). Gordon Craig decía que, tras esta primera lectura personal, «el color, la tonalidad, el movimiento y el ritmo que caracterizan la obra surgen nítidamente en la imaginación del director…», o, al menos deberían surgir…

Deja reposar estas ideas, estas primeras sensaciones, vuelve a ellas en tu casa, en el autobús, en todas partes… Aquí se plantea la primera cuestión arriesgada a la que debes hacerle frente sin complejos: en qué medida debes respetar o no lo que el autor había previsto, había imaginado para su obra. Sobre esto hay muchas interpretaciones. Una de las más sensatas y sabias, como siempre, es la de Louis Jouvet que respetaba profundamente la intención del autor diciendo que era una barbaridad ir contra ella. Jean Louis Barrault contestaba, cuando le preguntaban si se dejaba aconsejar cuando dirigía una obra, que él se dejaba aconsejar de la obra misma…

Jean Louis Barrault

Jean Louis Barrault

Esto no quiere decir, en absoluto, que haya que seguirla como un dócil corderito.  Hay muchos directores que, por el contrario, reivindican para sí la posibilidad de darle la vuelta y hacer una lectura diferente y hasta contraria a la que tenía, o se supone que tenía, el mismísimo autor. Como ves, en esto del teatro no hay recetas infalibles. Pero tal vez la cordura debería imponerse, y, al menos en este momento inicial de tu carrera como director/a deberías ser cauto/a y no correr más riesgos de los ya imprescindibles. Piensa que, si después de leerla con atención, la obra no te interesa o no te gusta, o no te hace vibrar, o no te vienen demasiados deseos de montarla, hay otras muchas que están ahí, en las estanterías, esperando que alguien se decida a llevarlas al escenario.

2. Pero inevitablemente debes hacer una lectura personal, eligiendo una entre varias opciones y siendo valiente hasta las últimas consecuencias una vez elegida. Por ejemplo, has elegido Romeo y Julieta, un texto del que se han hecho infinitas versiones escénicas. Evidentemente, a pesar de que es un texto también muy estudiado por la crítica dramatúrgica, debes intentar dar una versión tuya, personal, diferente a las que has conocido o te han contado. Es decir, debes utilizar ese texto de William Shakespeare para intentar dar tu opinión sobre los problemas del amor adolescente, las barreras sociales que lo impiden, etc.

Aunque, llegados a este punto, hay que decir también que el asunto es más de forma que de fondo… Es decir, no pasa nada por estar totalmente de acuerdo con las ideas del autor, nadie te pide un plus de originalidad por encima de la imaginación de Shakespeare…. El ha imaginado la historia y la ha escrito. Se ha documentado y le ha dedicado una atención preferente al menos durante un periodo de su vida. Si es de la categoría del autor inglés, razón de más para pensar que sus ideas dramatúrgicas no son bobadas y pueden seguir estando vigentes, seguir siendo estimulantes para el público actual y que su planteamiento es acertado. ¿Te atreverías tú a corregirle, añadirle, modificarle, etc., en aras de una supuesta sabiduría superior, de una pretendida ciencia infusa o, de lo que todavía es peor, de una necesidad enfermiza de mostrar tu talento genial y diferente?

Digo que el asunto es más de forma porque son las formas las que más han cambiado con respecto a la sociedad en que vivió y escribió nuestro autor. Es decir, el teatro ya no es el mismo, las relaciones sociales tampoco, etc., y tal vez todas esas circunstancias puedan ser las que nos alejen de lo que es, sin embargo, muy cercano en el fondo. Por eso, una propuesta sensata podría ser mantener lo esencial actualizando escénicamente -y no estoy refiriéndome sólo a cambiar los vestidos del siglo XVII por pantalones tejanos y cosas similares- lo que consideres superado.

En cualquier caso, también es preciso hacer a veces un sano ejercicio de humildad y reconocer que nuestro trabajo ya es bastante importante siendo simplemente transmisores de unos signos escénicos y unas emociones que inventó otro y al que le prestamos “solamente” nuestro oficio, nuestro sentido de la teatralidad y nuestro entusiasmo, sin pretender acaparar demasiado protagonismo en la empresa. (En este oficio de director también hay demasiadas «vedettes».)

Peter Brook

Peter Brook

3. Lo que debes buscar y encontrar, por tanto, es: la manera de decirlo, o lo que es lo mismo, la propuesta estética concreta, el lenguaje escénico que vas a emplear para expresar ese sentido (subjetivo y personal) que le has encontrado a la obra. Esa «manera» debe ser totalizadora, puesto que a partir de ella y de sus consecuencias, va a depender todo lo demás (desde la manera de ensayar la obra, hasta el color del vestuario, la escenografía, la luz, etc.) Por tanto, ésta será la decisión más importante de todo el proceso de trabajo, en la medida que es la que le dará «forma». Peter Brook nos advierte que, además del aburrimiento, el peligro más grave que acecha al teatro es hacer las cosas «de cualquier manera», es decir, sin una línea estética -la que sea- clara y decidida.

A partir de ahí tu reflexión deberá ser la siguiente: «no debe darme miedo fracasar habiendo elegido una forma en la que creo. Me debe dar más miedo no encontrar ninguna y/ hacerlo sencillamente «como salga» -aunque pueda sonar la flauta por casualidad y acertar- o no ser valiente hasta el final y quedarme en términos medios».

Giorgio Strehler

Giorgio Strehler

4. Debes ser coherente con todas las decisiones anteriores. Ahora es Giorgio Strelher quien nos dice que cualquier manera puede ser buena para contar algo si es coherente consigo misma.

¿Qué es ser coherente? Respuesta: ser coherente es conseguir que todos los elementos que van a formar parte del espectáculo obedezcan esa línea general que tú trazas desde el principio. Todas las decisiones deberán ser fieles a esa línea. Huye de lo arbitrario, del «porque sí», a pesar de que en estos momentos pueda estar de moda, y haya una sobreabundancia en la televisión, los videoclips, etc, de decisiones arbitrarias, tomadas solamente «porque quedan bonitas», etc.

5. Debes encontrarte como director/a. Nada de lo dicho hasta ahora, aunque pueda parecerlo a primera vista, es algo rígido o inamovible. En todo caso son normas lógicas de creación y seguramente aplicables o analógicas con las de otros campos artísticos. Lo fundamental es que vayas creando un modo propio y personal de llevar a la práctica estos puntos anteriores, dejando también un margen a que tu mente y tu sensibilidad descubran cosas por sí solas, utilizando tu intuición, dando un margen a la casualidad, al azar, a tus sueños, a tus fantasmas, etc. Pero no te olvides en ningún momento del proceso que dirigir una obra teatral es hacerla comprensiva, interesante y atractiva para el público que la va a ver. Eugenio Barba dice que hay un momento en la producción de un espectáculo en el que el director tiene que bajarse al patio de butacas, es decir, tiene que ponerse claramente en la perspectiva del público.

Eugenio Barba

Eugenio Barba

6. Es opinión generalizada entre los principales teóricos del teatro y directores de escena más reputados, que conviene mantener en todo momento del largo proceso de los ensayos ante la mirada de los actores la creencia de que el director tiene las ideas claras sobre lo que quiere conseguir, sea esto más o menos verdad. Esta afirmación puede matizarse todo lo que quieras, pero lo que finalmente es irrebatible es que no hay nada peor para los actores que sentir la sensación de que el director no sabe por dónde van las cosas, que no hay piloto en el barco en definitiva. Nuevamente es Brook el que dice que hay un modelo de director peor que un mal director: es un director “regular”. ¿Porqué?. Porque al menos un mal director se desenmascara enseguida y provoca en los actores la sensación de que son ellos los que tienen que sacar la nave a flote. Mientras que un director “regular”, tendrá días buenos y días malos, y en ese término medio ni siquiera provocará esa respuesta salvadora.

Y piensa también que, en último extremo, el éxito máximo del director será el haber sacado, por el procedimiento que sea, la máxima capacidad y la máxima creatividad tanto de los actores como del equipo de ayudantes.

7. Tu trabajo debe estar presidido siempre por el realismo y el equilibrio. Un buen director de escena debe calcular con exactitud lo que tiene (incluido su propio talento), y lo que no tiene. Valora sensatamente el tiempo de que dispones, el dinero asignado a la producción, la calidad de los actores y del equipo técnico y, porqué no, tus propias fuerzas. Una vez realizada esta composición de lugar no te metas en proyectos irrealizables para tí en este momento y en estas condiciones. (Adolfo Marsillach escribe que «un día comprendí que los directores trabajamos con el material que tenemos y no con el que nos gustaría tener”.)

 

Adolfo Marsillach

Adolfo Marsillach

 

III. FASES DE TRABAJO.

Hasta este momento tenemos varias cosas:

1/ el texto o la idea de montaje.

2/ las ganas y las fuerzas de montarla.

3/ Las posibilidades concretas (humanas, técnicas y económicas) para hacerlo.

4/ Tu idea personal estética para hacerlo.

Esta idea personal vamos a llamarla «tesoro» que en un primer momento no conoce nadie más que tú. A partir de ahora intervienen los demás, es decir el trabajo con los actores y con tus ayudantes.

Es cierto que no hay normas fijas en este apartado, porque cada proyecto escénico es independiente, irrepetible y único, pero creo que aun así podríamos objetivar algunas fases o momentos en la preparación de una obra, o una escena, con el equipo de trabajo.

El director, antes de reunirse con los actores para la primera lectura, habrá tenido varias reuniones con escenógrafos, iluminadores, diseñadores de vestuario, etc., y, sobre todo, con el productor. Con éste habrá perfilado la cantidad total de dinero que se va a gastar en la producción y calculado «a grosso modo» las cantidades parciales para cada apartado. Con él habrá establecido las prioridades. Por ejemplo habrá espectáculos en que, por las razones que sea, interesa que la mayor parte de la producción vaya destinada a una buena escenografía, otros a la iluminación, otros al vestuario, etc. Eso es priorizar, una ingrata tarea que debe derivarse de tu visión estética, porque, desgraciadamente, el resto de los elementos, aunque importantes, serán considerados económicamente como secundarios.

Con los escenógrafos, iluminadores, etc., habrá tenido varios encuentros en donde les habrá expresado las certezas y las dudas de su «tesoro». A ser posible, éstos ya le habrán entregado maquetas, dibujos, etc., que el director puede dar por definitivos o simplemente considerar como ideas provisionales, como meras hipótesis de trabajo, a la espera de lo que irá ocurriendo en los ensayos. Esta segunda posibilidad es la más sensata pero no siempre es posible hacerlo de este modo, fundamentalmente por razones de tiempo y de diseño de la producción, especialmente si esta es un encargo y tiene un calendario rígidamente prefijado.

El planteamiento es válido también en el caso de que todas estas personas sean solamente una: tú. En este caso, te ahorras las reuniones, pero deberás presentarte a ti mismo los bocetos, deberás discutir de dineros, etc. (Si es así, que no te vea nadie porque dudará, con razón, de tu cordura.)

Jean Vilar

Jean Vilar

Y, por fin, aparecen los actores… Unos seres complejos a los que tu más fina intuición y tu más sutil mano izquierda deberán tener motivados en la empresa y con los que tendrás que mostrarte exigente y comprensivo a partes iguales. Con ellos puedes seguir las siguientes fases de trabajo:

a) La lectura del texto «a la italiana». Para Jean Vilar es un día decisivo. Para bastantes teóricos del teatro hay que realizarla despacio, reflexivamente, de una manera neutra, sin tratar de interpretar o expresar demasiado. Uno de los que más insistió en esto fue el cineasta Jean Renoir. Esta opinión tiene su lógica: si el actor comienza a interpretar sin haber recibido ninguna instrucción por parte del director, puede ser que adquiera desde el primer día unos mecanismos de expresión viciados o sencillamente inapropiados en el contexto del espectáculo, y que a él mismo se le cierren otros caminos de investigación quedándose prisionero de ese primer impulso.

Es importante, por el contrario, que los actores no olviden sus primeras sensaciones y tal vez algunos ejercicios podrían ir encaminados a este objetivo.

Tras la primera lectura, cada cierto tiempo y especialmente en las primeras semanas, pueden repetirse otras «italianas». Así como los ensayos les van a aportar a los actores y al director un tipo de vivencias que la simple lectura nunca reportaría, las lecturas continuadas sirven para objetivar, para enmarcar, para obtener otro tipo de resultados, de análisis y de reflexiones de carácter más intelectual.

Konstantin Stanislavski

Konstantin Stanislavski

Un asunto encadenado con éste sería el del llamado «trabajo de mesa». Hay directores que son partidarios de hacer durante los primeros días un exhaustivo análisis del texto, de los personajes y de la acción dramática. Stanislavski lo hacía así al principio -empleando semanas para este menester-, pero poco a poco fue variando de opinión. Empezó a pensar que este modo de hacer las cosas tenía el gran inconveniente de que, cuando el actor llegaba al escenario, estaba demasiado preso de una serie de razonamientos que le quitaban frescura y virginidad para experimentar y sentir sobre él. A partir de entonces empezó a compaginar el análisis con los ensayos. Esta sería una buena opción: dedicar todos los días unos minutos a analizar algún aspecto concreto que, a ser posible, esté relacionado con el trabajo práctico de ese momento.

b) Fase de improvisaciones. (10% del tiempo total) Tiene como objeto dejarles a los actores un tiempo razonable para memorizar parte del texto y, mientras tanto, dejarles crear a su antojo, cederles la iniciativa, aunque siempre a partir de unas pautas concretas y claras que el director debe marcar.

Es el momento en el que los actores deben aportar ideas sobre sus personajes y sobre el espectáculo -no importa si después  van a ser utilizadas o lo son solamente en una pequeña parte-, y en donde el director debe tener los ojos y los oídos muy abiertos en espera de que se produzcan hallazgos inesperados, sorpresas que sobrepasen, e incluso mejoren, sus propias previsiones, lo cual es bastante frecuente. (Yo les digo a los actores que es el momento en que pueden excederse, que no tengan miedo a hacer el ridículo, que no se autocensuren -cosa que puede ocurrir sobre todo si entre ellos no se conocen bien-, que, en esta fase son ellos los señores absolutos y yo estoy sólo para mirarles y tomar notas…)

c) Fase de montaje. (70% del tiempo total). Es el momento en que el director muestra su «tesoro» oculto (o, astutamente, parte de él), explica lo que quiere y cómo quiere conseguirlo. A partir de este momento, y trazando un plan riguroso, comienza a construirse el espectáculo como tal.

Indudablemente hay varias formas de hacerlo. Depende de la naturaleza del espectáculo, del texto, etc., pero también del criterio y la forma de hacer del director.

Hay directores que llegan día tras día al ensayo y explican exactamente lo que quieren. Son directores que vienen hasta con los movimientos de los personajes dibujados en el «libreto de dirección», y han estudiado en su casa hasta los más mínimos detalles de la interpretación, de la gestualidad, de las inflexiones de la voz, etc. Sin duda, estos directores contribuyen a crear la sensación entre los actores de que la cosa va por un camino muy prefijado de antemano, lo cual tiene aspectos positivos, pero a veces también negativos: por un lado tiende a darles seguridad y confort, pero, por otro, contribuye a que se limiten a obedecer, quedando infrautilizada su propia capacidad de crear. (Capacidad que tampoco conviene mitificar, desde luego.)

Alberto Boadella

Alberto Boadella

Hay directores que, por el contrario, llegan al ensayo, dan unas pautas, ven lo que hacen los actores, corrigen, se quedan con cosas, desechan otras, etc. De alguna manera se convierten en «seleccionadores» de las mejores cosas que los actores hacen dando rienda suelta total o parcialmente a su creatividad. Este sistema, como el anterior, qué duda cabe, también tiene sus virtudes y sus peligros, aunque tiene muy buena prensa en algunas escuelas y salas y compañías alternativas. Si sale bien, el espectáculo dará una sensación de «redondo», de haber sido construido entre todos y, en efecto, así será. El peligro es que los actores se bloqueen, pierdan confianza, se instalen más tiempo de la cuenta en un permanente estado de confusión y de falta de horizontes concretos y comience a cundir el desánimo y la desconfianza en el proyecto y en la persona que lo capitanea.

Pero habría una tercera posibilidad que es a la que yo me apunto: el director debe ser de los primeros pero sabiendo ser de los segundos. Es decir, debe saber estimular, debe crear un adecuado clima que, a veces, podríamos llamar de creación colectiva, pero teniendo siempre soluciones provisionales previstas, incluidas las posiciones prefijadas, etc., teniendo igualmente la ductilidad necesaria como para saber cuando la solución que aportan los actores es mejor que la que él tiene en la recámara. Ni que decir tiene que los actores no deben saber nada de esto, y que incluso la mano izquierda del director debe admitir como hallazgos de ellos cosas a las que su método de dirigirlos les ha llevado a conseguir, o que incluso él mucho antes había ya imaginado.

A la hora de decantarse por un método u otro es preciso tener en cuenta los condicionantes externos que, a veces, pueden hacer impracticable algunos de ellos. En el teatro profesional es más frecuente el primer tipo de director en función del coste que para la empresa suelen acarrear los ensayos y las dietas de los actores, por ejemplo, y que prácticamente descartan la posibilidad de estar mucho tiempo haciendo pruebas y realizando experimentos. También hay que valorar el tipo de actores con los que el director se encuentra. Es decir, si el equipo es creativo, joven, educado en unos principios renovadores, la respuesta va a ser totalmente diferente a si el equipo está formado por actores veteranos, acostumbrados, sobre todo, a unos métodos más convencionales.

Ariane Mnouchkine

Ariane Mnouchkine

d) Fase de ensayos generales. (20% del tiempo total) En esta última fase se sobreentiende que el espectáculo está ya montado. (Aunque no conviene olvidar que un espectáculo no deberíamos considerarlo totalmente terminado nunca, ni incluso después del estreno. Hay directores que, como Albert Boadella, con Els Joglars, el propio Brecht con el Berliner Ensemble, o Ariane Mnouchkine con Le Soleil -por poner sólo tres ejemplos ilustres-, después del estreno y de varias sesiones de rodaje, vuelven a reunir a la compañía para realizar ajustes, poner o quitar cosas, etc. En los tres casos -no es ninguna casualidad-, se trata de compañías acostumbradas a trabajar con métodos propios y en un clima de estabilidad impensable en el teatro comercial al uso.) A partir de ahí quedan unos días en los que es preciso dividir el tiempo entre el perfeccionamiento interpretativo con los actores, que no deben nunca tener la sensación de que la obra se repite una y otra vez sin más, y que por eso es necesario crearles nuevos estímulos, y conseguir la limpieza y el acabado de todos los aspectos técnicos: inclusión de la banda sonora, trabajo con la escenografía, ajustes con las luces, etc. Conjugar ambos aspectos no es nada fácil porque desde el momento en que empiezan a entrar regularmente otros colaboradores se rompe esa intimidad que ha presidido los ensayos, la atención se dispersa, y los actores sienten en muchas ocasiones la sensación de que han dejado de ser la principal preocupación del director, lo cual, además de inevitable, puede ser sencillamente la verdad.

e) El estreno. Es, como te puedes imaginar, un día muy especial. Aparecerá el público, una especie de intruso que terminará por romper definitivamente la intimidad a la que me refería. Pero es así y tiene que ser así. El público era ese magma informe y abstracto para el que hemos estado trabajando desde el primer momento aunque haya llegado el último a la cita. De pronto se ha concretado: es éste y no es otro: ¡Qué le vamos a hacer!.

Como siempre ocurre, es difícil cumplir con el último requisito que los grandes directores nos aconsejan: mantener la cabeza fría, antes, durante y, sobre todo, después.

Antes…

Antes del estreno tu actitud debe ser discreta. No llames la atención. Deja trabajar a los técnicos y, sobre todo, deja que los actores se concentren o se distraigan como les venga en gana. Recuerda lo que dice Marsillach: «Nadie más huérfano que un actor a las puertas de un estreno…» Por tanto, no los atosigues con recordatorios o advertencias o con «genialidades» de última hora: has tenido todo el tiempo para hacerlo, si no lo has hecho es exclusivamente culpa de tu mala planificación, y probablemente hacerlo ahora sea incluso contraproducente. No les transmitas tus nervios y tus tensiones que son de diferente naturaleza a los suyos. (Yo creo que los nervios de los actores pueden ser productivos si no llegan a ser paralizantes, claro, y los del director son siempre estériles y totalmente negativos.) Deséales suerte y que hagan ahora su  trabajo.

Confía en ellos.

Durante…

Lo mejor sería observar, también discretamente, las reacciones del público, ver si las cosas van por donde habíamos previsto, etc., y también observar a los actores que, como podrás apreciar claramente, no interpretan de la misma manera que durante los ensayos. Algunos mejoran ostensiblemente lo que hacían; otros, sin embargo, no pueden sujetar los nervios y cometen errores estúpidos (y otros que no tanto). Y hay una tercera posibilidad: la de aquellos actores que vuelven inconscientemente a hacerlo como lo hacían al principio de los ensayos, a repetir clichés y errores que tú les has corregido hasta la saciedad y que ahora descubres que forman parte de ellos más de lo que tú mismo creías.

Después…

Después de la función ocurrirán dos fenómenos complementarios. Los actores, después de fundirse en un abrazo con amigos y familiares, vendrán a solicitar tu opinión. Es normal que lo hagan. Sea cual sea la valoración que tú tengas de lo que han hecho, resérvate para otro momento en el que ya hayas tenido tiempo de reposar tus ideas. No te dejes llevar ni por el enfado ni por la euforia. En el fondo ellos están desconcertados y quieren que alguien los oriente hacia algún punto concreto. ¿Quién mejor que tú para hacerlo? Por eso, ten cuidado con lo que dices y cómo lo dices, y, si es posible, cuando lo hagas ya más reposadamente, analiza globalmente la obra, en presencia de todos, valorando equilibradamente lo bien hecho y los errores. Lo cual no es óbice para que después hables en privado con quien te interese o te lo pida.

El segundo fenómeno es que los demás te machacarán a opiniones a ti. Conviene escuchar a todos, especialmente a los actores, pero es en ese momento cuando hay que tener la cabeza más fría precisamente: no tiene razón todo el que opina por el mero hecho de hacerlo, especialmente porque oirás opiniones diversas y contradictorias. Debes mantener tus criterios, que al fin y al cabo son tuyos, y probablemente todavía sólo tuyos, pero también debes valorar lo que los demás han pensado de tu obra. ¿En qué medida? Una vez más debes aplicar un sentido del equilibrio y desarrollar un instinto especial que debes convertir en tu mejor aliado. La experiencia irá desarrollando en ti una capacidad para discernir, por encima de las opiniones y de los gestos externos, lo que has hecho bien o mal.

Desgraciadamente eso no te ayudará demasiado para tu siguiente espectáculo, o, mejor dicho, no te garantizará el triunfo en la empresa, aunque no cabe la menor duda que la experiencia te irá reportando provechosas enseñanzas.

Sobre si has tenido éxito o fracasado mira lo que dice Marsillach: «el éxito ciega; sólo el fracaso -a dosis no letales, por supuesto- clarifica».

Tú mismo/a.

 

Si quieres ver a Giorgio Strehler dirigiendo, pincha aquí

Joan Ollé

mayo 23, 2009

joanolle

(Hace tiempo me pidieron que escribiera un texto para Catalunya Radio que sería leído en la madrugada como homenaje a mi amigo Juanito)

 

En todo folletín que se precie hay siempre nombres propios protagonistas. En este chapucero folletín que es mi vida tú ocupas ese rango de manera incontestable, Juanito.

Ya en aquellas noches de mi Barcelona pija y universitaria -el café Estudiantil, el final de las ramblas, el Hotel Majestic-, los programas de mano de tus espectáculos eran primeros e inesperados telegramas que me servían, sin tu saberlo, de compañía reconfortante entre tanta soledad húmeda y sonora.

Más tarde nos conocimos, y enseguida comprendí lo incomprensible: María, la de los ojos insuperables, la musa que me proporcionaba vales alimenticios en el Festival de Sitges, te había elegido a ti en exclusiva para prolongar su delicada función nutricia. Tu aspecto de Woody Allen de la calle Aribau había sido definitivo.

Y, desde entonces, Juanito, hemos sido un poco hermanos, un poco novios -rebosantes, eso sí, de un amor a caballo entre la lírica y la marranada-, un poco náufragos equidistantes entre dos infancias y ciertos techos sangrantes en hoteles de Madrid al amanecer. Los Monegros nunca fueron frontera para nosotros, y la distancia y el tiempo, han agrandado la admiración que por ti siento como artista, y la ternura que me produces, que es parecida a la que me inspiran los niños Jesús en los belenes de ciertas familia pobres…

¡Qué grande eres, Juanito! ¡Qué bien conjugas el oficio con la utopía, la perspicacia con la técnica, y hasta lo más exquisito sabes envolverlo en la neblina de una faria, sin que pierda propiedades por el camino. Hueles al mismo tiempo a churros y a colonia cara, vistes de niño pijo por delante y de grana y oro por detrás, tienes pinta de existencialista los martes y de monaguillo los miércoles. Elevas como nadie la contradicción a la categoría de virtud y has ido adquiriendo con los años esa cultura que sólo tienen los que leyeron en su día lo justo y lo necesario y ya les sentó bien entonces. ¡Eres la monda!.

 Desde tu paso por aquella zaragozana gusanera que enarbolaba entusiasmada las banderas del Papa Woytila, por esas calles y por esas plazas, que tanto saben de cierzo y de surrealismo, se sigue escuchando aquel himno inyectado de noches y de resacas, de carnets de identidad arrebatados a ciertos ataúdes, rebosantes del mejor zumo de la poesía de César Vallejo y de Miguel Labordeta. Y es que, a orillas del Ebro, seguimos despidiendo a aquel marinero en tierra que eras hace quince años. ¿Te acuerdas?

“Y una noche

de carnaval

mientras lucía

la luna

se me acercó una muchacha

que iba vestida desnuda,

vestida desnuda…”