En el país de los Cucutes

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

“¿Quién presenta este libro?”,

o “¡qué mala suerte tienen algunos caracoles…!”

(Extraña situación teatral en un acto)

Personajes (por orden de aparición):

Personaje 1.        Señor sensato. (Francisco Ortega

Personaje 2.        Señora con mala leche. (Eva González)

Personaje 3.        Señor peripatético. (Alfonso Desentre)

El Editor.

Representante de la DPZ.

Personaje 4.        Gaitero de Boto.

Tua Blesa, Profesor Universitario.

Personaje 5.        El Mago inesperado. (Javi “El Mago”)

Ramón Campo. Periodista.

Javier Arruga. El Autor.

 

La acción se desarrolla en el Salón de Actos de la Institución Fernando el Católico, de Zaragoza.

(En la sala hay una suave penumbra. Mientras el público va ocupando sus asientos, en la pantalla se proyectan unas imágenes relacionadas con los Monegros (si es posible, imágenes de la película homónima de Antonio Artero). En la habitual mesa presidencial se pueden ver los habituales micrófonos y los habituales botellines de agua mineral que presagian una presentación habitual de un libro habitual… Se diría que todo es como tiene que ser en estos casos: habitual.

Pasan unos minutos y nadie sube a la mesa. Las imágenes continúan. De pronto, suena estrepitosamente el habitual teléfono móvil de un señor que está sentado en la fila tres. El espectador (Personaje 1) corre ostensiblemente y sale de la sala con gestos de preocupación. Algunas risitas crueles del público. A los pocos instantes, vuelve a entrar y balbucea algo parecido a esto:)

P1.- Señoras, señores… Debo comunicarles que Javier Arruga, el autor del libro que hoy íbamos a presentar, ha tenido un pequeño accidente. Me acaba de llamar y me ha dicho que viniendo hacia el acto en bicicleta ha tenido que frenar para no atropellar a unos caracoles que iban en fila india y se ha caído… Que nadie se preocupe, él está perfectamente, aunque un poco magullado, según parece. Me ha dado a entender que va a intentar venir como sea, pero justo en ese momento se le ha debido acabar la batería, o algo por el estilo, y no he podido volver a contactar con él… ¿Qué hacemos?

(Después de unos instantes de desconcierto, una chica alta y rubia (Personaje 2), responde algo así:)

P 2.- Suspender el acto, naturalmente.

(Voces, murmullos diversos. Otro espectador (Personaje 3) dice:)

P 3.- ¿Cómo que “naturalmente”…? Vamos a empezar el acto sin el autor. No pasa nada. Si no me equivoco, en la sala están las personas que iban a intervenir en él, ¿no? Es el mejor homenaje que podríamos hacerle: hagamos una presentación transgrediendo las normas de las presentaciones de libros, que siempre son un coñazo. ¿No presume Arruga de “anti sistema”. Pues ahí tienes “antisistema”.

P 2.- Oiga, señor, cada uno dice lo que piensa.

P 1.- (Conciliador.) Yo creo, señorita, que este joven tiene razón. Sería una pena que, llegados a este punto, nos tuviéramos que ir a casa con el rabo entre las piernas…

P 2.- No sé muy bien lo que está usted insinuando, pero yo insisto en lo que he dicho.

P 1.- Bueno, hay una manera de salir de dudas. Voy a intentar contactar nuevamente con Javier, y si lo consigo, que él decida lo que tenemos que hacer. (Lo hace: marca un número y parece que ha contactado con el autor). Sí, ¿Javier…? Oye que, claro, estamos aquí preocupados todos… ¿Qué cuántos hay…? (Cuenta los asistentes.) Pues, unos trescientos y pico… (Exagera ostensiblemente y guiña con picardía un ojo a los asistentes…) (Dirigiéndose al público y tapando el teléfono.) Es que si le digo la verdad a lo mejor se queda consolando a los caracoles supervivientes… Sí, oye que te llamo para saber si vas a poder venir, y, sobre todo para saber qué quieres que hagamos mientras tanto… (Escucha atentamente.) Ah, que el representante de la Editorial vaya presentando el acto… Bien. En cuanto a nosotros, improvisar, vale, vale… Sí, si… Bien, bien, no te preocupes, así lo haremos. Vale, pues ven cuanto antes. (Dirigiéndose al público.) Que dice que improvisemos y vayamos empezando…

P 3.- Si ya lo decía yo. A este hombre le va la marcha. Entonces, empecemos. (Reflexiona un instante.) ¿Y… cómo empezamos?

P 1.- Hombre, Javier ha sido claro. Que tome la decisión el representante de la Editorial. ¿Hay algún representante de la Editorial Mira?

Editor.- (Levantando la mano.) Sí, aquí estoy.

P 1. Pues tome usted la iniciativa e improvise…

(El Editor toma la iniciativa, improvisa, dice lo que quiere decir y termina diciendo:)

Editor.- …y además, ahora me parece oportuno cederle la palabra al representante de la institución que ha apoyado este acto.

(Aplausos.)

DPZ.- (Se incorpora en su asiento y alguien le acerca un micrófono.) Muchas gracias. Mi nombre es…. Y soy Vicepresidente de la Diputación Provincial de Zaragoza. Si no hubiera ocurrido este desagradable accidente, yo hubiera dicho que…

(Discurso del Vicepresidente de la DPZ. Aplausos, etc).

P 3.- Estaba yo pensando, mientras escuchaba las palabras del Vicepresidente, que en toda presentación de un libro alguien debe informar sobre la biografía del autor. Y, precisamente… (Se escucha el sonido inconfundible de una gaita de boto que poco a poco se va acercando. En la sala, por una de las puertas del fondo, entra un joven (Personaje 4) tocando ese instrumento. Cuando ve a los espectadores se queda mudo… O, mejor dicho, deja de soplar y recobra el habla:)

P 4.- Buenas tardes. Disculpen. Es que he conseguido un espacio para ensayar y creía que era éste… No se preocupen, ya me voy…

P 3- No, caballero, por favor. Estamos presentando el libro de Javier Arruga “En el país de los Cucufates” o de los “Cucutes”, y, según parece, el autor ha debido atropellar a unos caracoles… (Carraspea.) Bueno, es largo de explicar. Yo creo que en una buena presentación de un libro, está bien que haya números artísticos para aligerar un poco. Yo creo que sería una excelente idea que usted interpretase alguna composición musical. (Dirigiéndose al público.) ¿No les parece una buena idea? (Risas, desconcierto y una mayoría que clama: siiii!) Pues ya ve…, ¡a tocar!.

(P 4. toca, ya lo creo que toca. Cuando termina, el Personaje 3, con renovados bríos, propone hacer una semblanza biográfica de Javier Arruga).

P 3.- (Dirigiéndose al público.) Siéntese con nosotros, caballero. Pues lo que les quería proponer, señores espectadores, antes de que este señor apareciera enseñando la gaita… Ejem, quiero decir que entre todos, y especialmente, entre aquellos que le conocemos más, hagamos una semblanza biográfica del autor.

(Entre los actores hacen una semblanza biográfica del autor. La idea es que el autor haya escrito de sí mismo una semblanza biográfica contradictoria y llena de incertidumbres, desde una dudosa fecha de nacimiento hasta un desarrollo vital lleno de lagunas y oscuridades, y entre ellos la expongan. Algo así, por ejemplo:

P 2.- Bueno, yo quiero aclararles que a mí este señor me intriga bastante… Creo que hay algo raro en él… No sé, si me dijeran que es un agente de la CIA me lo creería… Tanto compromiso con Aragón, me escama…

P 3.- También en esto está usted equivocada. Arruga es un intelectual, con abundantes lecturas y escritos y con gran amor por su tierra. Es un hombre serio y responsable, que ha estado en muchos países y aprendido de muchas culturas…

P 2.- Muchas, muchas… Ya serán menos…

P 1.- Aquí no le voy a dar la razón yo tampoco… Culturas muchas. Sé positivamente que ha estado en Japón, que ha recorrido Sur América, que su señora esposa es italiana, y que le gustan mucho los frijoles y los burritos mexicanos…

  Terminado la cual, la señorita alta y rubia se sincera y continúa:)

P 2.- Yo les voy a confesar una cosa: no he leído el libro porque esperaba que Javier me regalara un ejemplar y aún no pierdo la esperanza. No estaría mal que alguien de los que iban a intervenir nos explicara un poco de qué va…

P 3.- Estoy de acuerdo con usted por una vez y sin que sirva de precedente. Hemos dicho que por aquí deben estar los “interivinientes”… A ver, si alguno de los que iban a intervenir quiere intervenir, y perdón por la redundancia…

(Levanta la mano Tua Blesa. Se levanta y dice lo que iba a decir, si hubiera podido decirlo. Ni más ni menos. Al término de su intervención hay muchos aplausos. Por otra de las puertas, aparece un Mago, indiferente a todo, hablando consigo mismo. Cuando se percata de dónde está, dice:)

El Mago.- Ay, la leche, ustedes perdonen. Ja, ja, ja… Es que estoy buscando a mis compañeros. Hoy celebramos la Reunión Constituyente de la Federación Europea de Magos… Venía con un mago alemán, pero desapareció por arte de magia en el baño de caballeros… ¿No lo han visto por aquí? Bueno, pues nada, voy a seguir buscando…

P 2.- ¡No se vaya, no se vaya, por favor! Personalmente me encantan los números de magia. Además, estamos haciendo tiempo para que venga una persona…

El Mago.- (Misterioso.) Alguien que ha atropellado a unos caracoles, me temo…

P 2.- ¡Sí! ¿Cómo lo sabe? ¿Además de mago es usted también vidente?

El Mago.- (Con un orgullo no disimulado..) Modestia aparte, señorita.

P 2.- Pues entonces, está claro. Si es tan amable, háganos un truquito de los suyos.

El Mago.- Muy bien… Miren.

(El Mago hace un número de magia… Si fuera posible, uno que terminara sacando el libro de Javier Arruga entre palomas y conejos. Una vez concluido su número, el Mago/Vidente entra en una especie de trance y dice:)

El Mago.- Presiento que el autor de este libro está a punto de llegar. Pero antes, sería importante que otra voz cualificada nos introdujera en la lectura del libro que yo acabo de presentarles.

P 1.- Tiene usted toda la razón. ¿Hay algún otro invitado en la sala?

(Se levanta el periodista Ramón Campo:)

Campo.- Bueno sí. Javier me pidió que interviniera…

P 1.- Adelante…

(Ramón Campo interviene. Cuando termina, recibe los merecidos aplausos del respetable. Al terminar, el Personaje 1 solicita nuevamente la atención del público:)

P 1: Puesto que, según este señor Mago, es inminente la llegada de Javier, si ustedes me dejan me gustaría leerles un fragmento del libro. Me lo leí anoche de un tirón…

P2.- Ah, a usted ya le han dado un ejemplar.

P1.-

No, señorita. Yo lo he comprado religiosamente.

(El Personaje 1 se sube al estrado y lee un fragmento del libro de Javier Arruga, por ejemplo el titulado “La piscina de las hormonas” (pag. 45.). Mientras lo hace, aparece en la sala, el autor. Arruga tiene un aspecto lamentable, literalmente hecho un cristo, con una rueda de bicicleta pinchada y lo que parece una bolsa de caracoles… De un modo discreto, pero visible para los espectadores escucha los últimos compases de la lectura. Suyas son las últimas palabras en el frustrado acto de presentación de su propio libro.)

FIN

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2 comentarios en “En el país de los Cucutes”

  1. ruben Says:

    me gustaria conseguir este libro y no lo encuentopor favor alguien me poede decir donde conseguirlo

  2. Natalia Says:

    Me gusto mucho este tipo de obras dinamicas y un poco desopilantes para que el teatro sea para todos y no solo para unos pocos.


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