
Querida Pilar:
Te hago llegar la carta en la que te anuncio con quince días mi dimisión como Director Gerente del Centro Dramático de Aragón que se hará real el 30 del presente mes de Junio. Como complemento a ese documento quiero poner en tu conocimiento varios aspectos que estimo importante que conozcas.
En primer lugar decirte que en todo momento, a lo largo de los casi tres años que he ejercido las funciones de Director Gerente, la actitud y la entrega de la mayoría de las personas que forman la plantilla del CDA han tenido un comportamiento ejemplar, tanto en el terreno de lo humano como en el profesional. Han trabajado mirando más las necesidades de los proyectos que hemos llevado a cabo que sus propios derechos como trabajadores contratados. Esa actitud la he constatado en el día a día, pero de manera especial en los momentos agobiantes de trabajo, en los que claramente el número de personas es insuficiente, y en las fases difíciles en los que, por una razón o por otra, el CDA atravesó por problemas laborales internos que trascendieron a los medios de comunicación. Por tanto, mi nivel de agradecimiento hacia ellos es máximo. Creo que ese es un aspecto que el Gobierno de Aragón no debe olvidar, y que debería tener en cuenta de una manera generosa a la hora de renovar sus compromisos contractuales.
En segundo lugar quiero expresarte mi deseo de que los responsables políticos decidáis cuanto antes la persona que me sustituirá, en una parte por respeto a la propia plantilla que necesita cohesión y directrices comunes, y en otra porque lo creo imprescindible para acometer las actividades que actualmente llevamos entre manos sin merma de su eficacia y de sus resultados. Un periodo largo de interinidad podría ponerlos en peligro, además de que se hace necesario diseñar las de la próxima temporada.
En ese sentido quiero ponerte al día de las conversaciones que a lo largo de los últimos meses, e incluso años en algún caso, he tenido con diferentes profesionales, algunos de los cuales hubieran terminado siendo proyectos que hubiera presentado a tu consideración y las del Consejo de Administración que representas. Naturalmente estas actividades no están diseñadas en su totalidad, aunque en algunos casos hay grandes avances, ni están firmadas al no haber sido aprobadas. Pero era necesario ir haciendo previsiones que pongo ahora en tu conocimiento y que, aunque no sean vinculantes para la persona que me sustituya, os rogaría que al menos las tuvierais en cuenta y dierais respuestas a las personas que o las han propuesto o están implicadas en su posible ejecución.
Estas propuestas son:
-Producción de “La comedia Tesorina”, de Jaime de Huete, con dirección de Mariano Cariñena. Esta producción hubiera podido tener acomodo en el segundo semestre del año 2006 o primero del 2007.
-Producción de “La muerte y la primavera”, de Merce Rodareda, con dirección de la actriz catalana, fundadora del Teatre Lliure, Imma Colomer. De este proyecto ya te hablé y establecí un primer acuerdo de posible colaboración con el Centro Andaluz de Teatro (CAT), que se mostró altamente interesado, y que podría tener lugar a lo largo de 2007.
-Tres pequeños proyectos que podrían incluirse en las próximas temporadas en el Ciclo “Nuevo Teatro”
1. Producción de “En la soledad de los campos de algodón”, de Bernard Marie Koltés, con dirección de Santiago Meléndez. Este espectáculo de pequeño formato podría iniciar el ciclo de “Teatro Abierto” en 2006.
2. Producción de “Marx en el Soho”, de Howard Zinn, con dirección de Jorge Eines, interpretado por Jorge Domenech.
3. Producción sin fecha concreta de un texto de Heiner Müller, con dirección de Luis Merchán.
-El actor y profesor de la Escuela Municipal de Teatro, Alberto Castrillo, me propuso hace unas semanas producir un espectáculo durante el año 2006 a partir de un texto de Enrik Ibsen, haciéndolo coincidir con el centenario de su muerte y que dirigiría él mismo. Ese espectáculo podría tener colaboraciones importantes, tanto en su producción como en su exhibición, canalizadas a través de la Real Embajada de Noruega en España.
-Por último, tuve recientemente a petición suya unas conversaciones con el actor aragonés José Luis Esteban que me propuso la producción de un espectáculo a partir de un texto propio y que podía dirigir Helena Pimenta. Sé que entre ellos hubo una conversación al respecto y que el proyecto reúne interés y modernidad. También hablé con él de la posibilidad de publicar varios de sus textos teatrales.
Con respecto a otras actividades, tuve a petición suya una conversación con Ester Echeverría, hija de Antonio Fernández Molina, de cara a la publicación de algunos textos de su padre, recientemente fallecido, e incluso de la posibilidad de estrenar alguna de sus piezas cortas, en una operación similar a la de Víctor Mira pero utilizando alguna otra compañía aragonesa que mostrara su interés en asumirla como coproducción. También podía pensarse como proyecto del Ciclo aludido.. Se da la circunstancia de que Alfonso Plou, antes de dimitir como Jefe del Departamento de Documentación, y yo, habíamos mantenido con él una conversación en el mismo sentido.
Queda pendiente el proyecto hace tiempo solicitado a Jesús Rubio de publicar esa Historia del Teatro Independiente en Aragón, que él mismo ya ha aplazado en varias ocasiones.
Por último, a modo de despedida, no quiero ocultarte mi inquietud por el propio futuro del Centro Dramático. Permíteme que lo haga, porque finalmente en este proyecto he estado embarcado a lo largo de los cinco últimos años y, aunque ahora me desvinculo de él, inevitablemente lo siento como algo que me afecta y me concierne en una gran medida, por lo menos de manera personal.
Creo que para el CDA es importante contar con una sala propia, como ya hemos hablado en alguna ocasión. Sin embargo, no es imprescindible tenerla para poder desarrollar gran parte de su actividad y conseguir buena parte de las actividades para las que fue creado. Rebajar, por ejemplo, el número de producciones al año y destinar ese dinero a convenios con otras instituciones, por muy ventajosos que a nivel de imagen puedan ser, me parece empobrecer nuestro propio balance artístico, rompiendo un deseado y creo que estimulante y necesario equilibrio estético entre espectáculos producidos a partir de textos contemporáneos con otros de autores clásicos, como ha sido hasta ahora la línea seguida y yo creía que afianzada. Incluso el número de dos producciones al año es una cifra aceptada en cierta forma por las asociaciones de compañías, con algunos matices. Por otra parte, creo, como ya te he manifestado en bastantes ocasiones, que rebajar en número y calidad las actividades del Departamento de Documentación sería, por otra parte, vaciar de contenido y de significación la actividad global de un teatro público que nació para cumplir, aunque fuera en niveles embrionarios, una tarea de protección de las artes escénicas en los aspectos de producción, exhibición y conservación. En el Artículo Primero de los Estatutos del CDA se recoge de manera literal que una de las principales funciones es también «la promoción, estudio y conservación de materiales y documentos», así como la «edición de textos dramáticos». Sea por una cosa o por otra, o por las dos, lo que creo es que en la práctica se está empezando a poner en cuestión el sentido mismo del proyecto sin plantear a cambio un modelo coherente. En todo caso de lo que se habla es de medidas concretas aplicables durante cortos periodos de tiempo, y de reducir la actividad argumentando el escaso interés social de proyectos, por ejemplo, bibliográficos, que ni siquiera han sido presentados ni propuestos todavía.
Es cierto que hay que acometer una solución definitiva para que la labor del Centro Dramático sea vista y conocida en el interior de nuestra comunidad, pero, al mismo tiempo, eso no debe significar la renuncia a colaborar y exhibir nuestros espectáculos en los grandes circuitos, en los mejores teatros del país, y en los más prestigiosos festivales. Eso sería desandar un camino que ha costado un enorme esfuerzo conseguir. La solución, en mi opinión, iría por poner en práctica fórmulas mixtas de programación, que incluyan espectáculos de formatos diferentes. En ese contexto, las coproducciones con compañías aragonesas deberían servir para paliar al menos en parte esta carencia de nuestra presencia en la región.
A pesar de esas inquietudes, o precisamente por que están muy presentes en el momento de mi marcha, deseo lo mejor para el proyecto del CDA y desde mi nueva responsabilidad en la Expo Zaragoza 2008 intentaré colaborar con sus proyectos. Quiero decirte a ti, Pilar, que, a pesar de estas diferencias de criterio que han empezado a manifestarse especialmente durante los últimos meses, siempre he reconocido en ti a una persona leal, defensora en definitiva del CDA, coherente con tus propias ideas, y amable en particular conmigo y con las personas de la plantilla del CDA. Trabajar a tus ordenes ha sido con bastante frecuencia un gran placer.
Me pongo a tu completa disposición y de la persona que me sustituya para cuantas cuestiones creáis necesarias.
Recibe un fuerte abrazo.
Paco Ortega

Equipo del Centro Dramático de Aragón