Señor Consejero, Señores miembros del Consejo de Administración:
Como dije el día en que se presentó en sociedad este Centro Dramático de Aragón, agradezco profundamente la confianza que Vds. han depositado en mí para llevar a delante esta aventura durante el primer periodo de su existencia. Sé que al hacerlo, además de mi propia trayectoria como profesional del teatro, han valorado de manera especial mi relación con el esfuerzo colectivo de muchos hombres y mujeres que desde hace más de treinta años intentan dignificar y extender nuestra actividad escénica. Espero no defraudar esa confianza de Vds. y ese esfuerzo de todos, y a ello voy a consagrarme en cuerpo y alma durante los próximos cuatro años.
Muy brevemente quisiera exponerles ahora las líneas fundamentales de lo que pretendo sea mi trabajo.
1 Las líneas de actuación éticas y estéticas deben ser las siguientes:
Teniendo en cuenta que la práctica teatral está a lo largo de la Historia inevitablemente marcada por una serie de polaridades francamente paradójicas y hasta contradictorias entre sí -la precariedad habitual en los medios, lo efímero en la naturaleza del hecho teatral en sí, y la tendencia a lo excesivo-, desde un teatro público que pretrende corregir y encauzar estas tendencias y a tratar de estabilizar una práctica continuada en el espacio y en el tiempo, debemos intentar movernos en el ámbito de la prudencia y el equilibrio. Es decir, el Centro Dramático de Aragón, como con cualquiera de los que nacieron con idéntica vocación de continuidad, y hasta un cierto punto exentos del imperativo de las modas pasajeras, de la tentación del oportunismo, y de las servidumbres de las coyunturas concretas (políticas, estéticas, etc.), debemos intentar dosificar lo contemporáneo con lo clásico, lo particular con lo universal, lo renovador con lo ya conocido, los nuevos hallazgos con lo que de permanente y eterno tiene la profesión teatral.
Para ello y como voluntad estética, debemos buscar siempre la calidad, el buen acabado, la defensa del matiz, intentando encontrar una línea de trabajo propia que nos haga reconocibles y, hasta cierto punto, diferentes, sin despreciar las enseñanzas que desde otros lugares y otras experiencias se nos ofrecen en este sentido. No nos olvidemos de que finalmente sólo se mantienen los teatros que han afianzado claramente un modelo artístico y de producción, es decir, unas señas de identidad propias, un estilo de hacer las cosas, inmersos en un contexto social concreto que, en cierta manera, los determina pero al que se dirigen con voluntad de servicio cultural.
Para conseguirlo, me parece necesario introducir desde el primer día en el propio equipo del CDA esa misma voluntad de perfeccionismo y autoexigencia, que debe tener su correlato exterior en una imagen consecuente. De la misma manera, adoptar una extrema corrección en el trato interno (en el personal del CDA) y externo (entre éste y los profesionales y, por supuesto, el público). Igualmente, mantener una exquisita relación con los medios de comunicación.
Que nuestra línea de actuación carezca del menor atisbo de prepotencia, pero que posea la firmeza que se deriva de esta oportunidad histórica de mejorar el teatro aragonés en su conjunto, incluyendo las expectativas y la capacitación del propio público, y que yo asumo como obligación propia de mi cargo como Director Gerente. Tomar decisiones equilibradas y justas, pero al mismo tiempo valientes, asumiendo desde el principio que es imposible contentar todas las sensibilidades y todos los intereses. En cualquier caso, y, al mismo tiempo, intentando pulsar de manera constante la opinión mayoritaria de la profesión. Esto, de manera especial, a partir del momento en el que comencemos las coproducciones, en donde la Mesa del Teatro, impulsada desde la Dirección General de Acción Cultural, debe convertirse en un permanente Organo Asesor.
2.Tareas inmediatas.
El CDA nace en un contexto estatal en el que existen en funcionamiento tres centros dramáticos regionales y uno de carácter y ámbito nacional, y en otro más amplio, europeo, de una todavía mayor y más asentada tradición en la creación, implantación y desarrollo de modelos de gestión teatral pública. Esta realidad no podemos olvidarla, mucho menos inmersos en ese referente europeo que derriba aceleradamente sus fronteras sociales, políticas y culturales y que hace cada vez más verdad el diagnóstico de Kant cuando aseguraba que “estamos inevitablemente juntos”, como ayer mismo recordaba David Held en el periódico “El País”. Por ello, en este primer momento debemos plantearnos como estrategia preferente la tarea de trazar y posteriormente afianzar las líneas de colaboración exterior, en varios niveles:
A nivel nacional: con el inicio de relación y planteamiento de acuerdos de colaboración con los centros dramáticos españoles actualmente existentes: Centro Dramático Nacional, Centro Dramático Galego, Centro Andaluz de Teatro, Teatre Nacional de Catalunya. Y de manera preferente, con el Teatro de la Abadía, de Madrid, y Teatre Lliure, de Barcelona, tratando de impulsar lo que podríamos llamar “eje Madrid-Zaragoza-Barcelona”. Igualmente, pulsando también la opinión de Festivales coproductores como Festival de Teatro Clásico, de Almagro, Festival de Otoño, de Madrid, Grec, de Barcelona, Sitges Teatre Internacional, etc.
A nivel internacional, de manera también preferente intentando plasmar acuerdos con la Convention Theatrale Européen, a la que pertenecen más de veinte teatros públicos europeos, o el Instituto Internacional del Teatro del Mediterráneo (IITM), de amplia influencia y reconocido prestigio en la rica tradición de teatros del Este y del Sur de Europa. Tampoco deberíamos desatender nuestros vínculos con teatros públicos de algunas zonas francesas con los que ya existen acuerdos de colaboración, como la Scene National, de Bayona, y otras, y algunos festivales coproductores, como Almada, Avignon, Edimburgo, etc. Por último, por imperativos de carácter cultural no deberíamos olvidar la riqueza de la tradición teatral latinoamericana con la que tantas coincidencias tenemos y de la que tanto podemos aprender.
Con estas relaciones debemos pretender conseguir a corto, medio y largo plazo, además de plantearnos la posibilidad real de realizar coproducciones con sus principales teatros, la difusión de nuestros propios espectáculos en sus salas y circuitos de exhibición, el intercambio de experiencias y de personas, y múltiples actividades conjuntas, como por ejemplo la organización de Cursos para Profesionales, etc., con el consiguiente abaratamiento de los costes.
En este sentido no conviene olvidar tampoco que esta es la línea de trabajo que en Europa está estabilizándose desde hace algunos años, y que en España comienza a tener las primeras concreciones. Por ejemplo, el Centro Dramático Galego acaba de organizar su primera coproducción en castellano con el Centro Dramático Nacional a partir del texto de Ramón Castelao “Los viejos no deben enamorarse.
3. Proyectos de la primera temporada.
Por imperativas razones de calendario nos encontramos en la práctica con que la primera temporada del CDA va a durar apenas cuatro meses (Septiembre-Diciembre). Es preciso intentar que toda la tramitación administrativa y, en especial, la urgente convocatoria del concurso-oposición para cubrir las plazas del personal reflejada en los documentos presentados hasta este momento, haga posible que para principios del próximo mes de Septiembre el CDA pueda ponerse a funcionar a pleno rendimiento.
Si ello se cumple, sería voluntad de su Director Gerente que se pusieran en marcha, aunque algunas de ellas de manera embrionaria, la mayor parte de las actividades para las que ha sido diseñado, y que de todas ellas hubiera antes de final de año un botón de muestra que marque nítidamente una línea de actuación cultural que tendrá en la segunda temporada su plena plasmación, con el tiempo y los recursos materiales y económicos imprescindibles para ello. Con eso se pretende que en la realidad y ante la opinión pública se entienda desde el primer momento que los objetivos y las tareas del CDA contemplan globalmente el hecho teatral, y que, en consecuencia, comenzamos a impulsar, al mismo tiempo y de una manera coherente, la producción, la difusión y la documentación de la actividad escénica en nuestra región.
3.1. Los proyectos complementarios
En consecuencia, antes de hablar de los espectáculos propiamente dichos, los proyectos de la primera temporada (reducida a un cuatrimestre) serían:
-Presentación a principios de Octubre de un cuidado folleto-libro divulgativo precisamente sobre el sentido, la tradición y la necesidad en nuestra tierra de la existencia de un centro dramático. Para la realización de este folleto se solicitará la colaboración literaria de al menos cuatro directores de centros dramáticos y teatros públicos españoles, y la de especialistas internacionales en el tema, junto con abundante material gráfico y documental. La publicación irá acompañada del anuncio de los primeros proyectos del CDA y sus objetivos.
-La presentación del primer ejemplar de la Colección “Libros”, aproximadamente para esas mismas fechas.
-La presentación del catálogo-programa de los dos primeros espectáculos propios del CDA coincidiendo lógicamente con sus estrenos.
-La organización de uno o dos Cursos para Profesionales durante los meses de Noviembre y Diciembre (probablemente uno de reciclaje actoral y otro de escritura dramática), dependiendo de sus costes, impartidos por prestigiosos maestros internacionales en sus respectivas materias.
-La organización de un Ciclo de Conferencias y Debates sobre el concepto de “teatro público” en España y en Europa con asistencia de destacados expertos, haciéndolo coincidir con el primer estreno oficial del CDA.
-La organización de presentaciones previas o posteriores en las localidades en donde se muestren las primeras producciones del CDA, con asistencia de los directores, actores, autor, etc., de las mismas.
-El comienzo inmediato de los estudios encaminados a conocer y comprender la realidad, las necesidades y los problemas del público teatral aragonés, de cara a poner en marcha campañas de animación socio-cultural en espacios rurales y urbanos, la política de precios, las campañas de acercamiento del público infantil y juvenil al teatro, etc., tratando de aplicar, a partir de la segunda temporada, las conclusiones de ese estudio y algunas experiencias puestas en marcha en algunos centros europeos similares al nuestro.
-El comienzo inmediato del estudio sobre los objetivos que a corto, medio y largo plazo debe plantearse el Departamento de Documentación Teatral de cara a confeccionar un fondo documental del patrimonio teatral aragonés.
3.2. Las coproducciones.
Aunque no reviste gravedad alguna, una de las consecuencias del comienzo tardío de nuestra actividad es la imposibilidad material de llevar a cabo ninguna coproducción con compañías profesionales aragonesas ni poner en marcha hasta la temporada 2003 los proyectos que incluiríamos en el apartado “Teatro abierto”, y que también requiere del concurso de éstas.
Y esto es así, en primer lugar, porque para ellas supone en realidad un imposible en la práctica alterar sus objetivos artísticos y empresariales para los próximos seis meses. Todas las compañías tienen sus planes trazados y la mayoría ya han estrenado los espectáculos en las pasadas ediciones de la Feria de Aragón en Huesca o el Festival de Teatro de Alcañiz, que deben intentar introducir en el mercado como objetivo prioritario. Pero en segundo lugar, porque la decisión de coproducir con el CDA debe ser meditada artística y empresarialmente con tiempo suficiente por ambas partes. Por tanto, la primera de las coproducciones podrá tener lugar avanzada la segunda temporada, tras el estudio de los proyectos presentados y valorados de manera exhaustiva tanto su viabilidad empresarial como su rigor artístico.
3.3. Las producciones propias.
Es propósito de la Dirección del CDA poner en marcha dos producciones propias de las que al menos una se estrene antes de finales de 2002. La segunda podría estrenarse en los primeros meses del año 2003 aunque las tareas de selección de actores y diseño artístico y de producción comenzaría igualmente en el año en curso.
Estas producciones serían, como manifestábamos al principio, complementarias entre sí, tanto en diseño de producción (formato, número de actores, etc.) como en el propio planteamiento estético. La cronología de sus estrenos irá condicionada por las circunstancias concretas que concurren en las mismas y que en este momento es imposible precisar, pero no podemos olvidar que es muy tarde para tratar de incorporar a ciertos profesionales cuya participación hubiera sido muy conveniente, y que, al menos una de ellas parte de un texto que es preciso encargar a su autor y que debe concluir en unos plazos temporales muy estrechos.
En cualquier caso, en ambas se intentará que la gran mayoría de participantes (actores, escenógrafos, músicos, iluminadores, vestuaristas, técnicos, empresas de servicios, etc.), sean aragoneses o desarrollen aquí su trabajo de forma habitual.
-Una de las producciones propias se realizará a partir de un texto de Javier Tomeo –casi con toda seguridad una adaptación teatral realizada por él mismo a partir de su novela “La Agonía de Proserpina”-.
Tomeo es, como todo el mundo sabe, un afamado novelista aragonés, nacido en Quicena (Huesca) en 1935. Como en su momento dijo el crítico Joan de Sagarra, hoy en día es el autor teatral español más estrenado en todo el mundo después de Federico García Lorca, como consecuencia de la adaptación que se han hecho de algunos de sus textos narrativos en multitud de escenarios internacionales de altísimo nivel y prestigio. No se entendería que, dada esta notable circunstancia, una de los primeros espectáculos del CDA no tuviera uno de sus textos como soporte literario. El director/directora del mismo sería elección personal del propio Tomeo entre los profesionales que han estrenado sus producciones de manera frecuente en los principales teatros europeos (Comedie Fraçaise, de Paris, Schaubühne, de Bonn, etc). Incluiría dos actores y un magnífico, aunque sencillo, dispositivo escénico.
-La otra producción de la primera temporada será una adaptación de la extraordinaria obra de William Shakespeare, “Ricardo III”, llevada a la escena por el director aragonés que en este momento goza de una mayor proyección nacional e internacional: Carlos Martín.
Exalumno de la Escuela de Teatro de Zaragoza y de la “Scuola Paolo Grassi” del Piccolo Teatro de Milano, Martín ha obtenido recientemente un éxito notable en el Queens Theatre, de Nueva York, en Brasil y Miami, con su espectáculo “Buñuel, Lorca y Dalí” que, por cierto, quedó también finalista a la mejor producción del año 2000 en los “Premios Max” de Teatro. Recordemos también que con un anterior espectáculo sobre la biografía de Goya su compañía recorrió once países latinoamericanos cosechando un éxito sin precedentes, incluyendo en su reparto como protagonista al actor José Luis Pellicena. Su puesta en escena de “Ricardo III” contará con un gran número de actores y actrices aragonesas y pondrá, en este sentido también, un contrapunto de espectacularidad, de fuerza interpretativa y de sutil voluntad de contemporaneidad a la mencionada anteriormente, en donde el humor, la ironía y el trazo sicológico son, sin duda, sus principales atractivos.
4. La estabilidad y la capacidad de adquirir compromisos a medio y largo plazo como única forma de herramienta de trabajo en un Centro Dramático de estas características. La importancia de la descentralización de nuestros proyectos.
Me parece imprescindible subrayar, para acabar esta sucinta exposición sobre objetivos y proyectos que de manera inmediata pondremos en marcha, que, en mi opinión, aunque poseen una indudable interés en sí mismos, y van a crear no sólo una gran aceptación sino una profunda expectativa en el medio profesional y en los medios de comunicación, están inevitablemente marcados por la celeridad en su diseño y ejecución debido a los imperativos del calendario. En este sentido quisiera dejar claro en esta mi primera intervención ante este Consejo de Administración que para poder acometer todas las tareas que nos proponemos en un futuro inmediato, y en especial, para llegar a acuerdos de colaboración con destacados y prestigiosos directores de escena nacionales e internacionales a lolargo de las próximas temporadas, se hace imprescindible llegar a acuerdos, y en su caso, firmar los correspondientes contratos, con un margen de tiempo de al menos dos o tres años. Rogaría, por tanto, que se arbitraran las fórmulas administrativas adecuadas para hacerlo posible.
Por último, quisiera expresar mi deseo de que el Centro Dramático concrete muy pronto su voluntad descentralizadora en nuestra propia tierra y desde las instancias que les corresponde hacerlo se pusieran en marcha las propuestas para que muy pronto contara con una sólida red de sedes auxiliares por toda la región.
En Zaragoza, a 9 de Julio de 2002.