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Joan Ollé

mayo 23, 2009

joanolle

(Hace tiempo me pidieron que escribiera un texto para Catalunya Radio que sería leído en la madrugada como homenaje a mi amigo Juanito)

 

En todo folletín que se precie hay siempre nombres propios protagonistas. En este chapucero folletín que es mi vida tú ocupas ese rango de manera incontestable, Juanito.

Ya en aquellas noches de mi Barcelona pija y universitaria -el café Estudiantil, el final de las ramblas, el Hotel Majestic-, los programas de mano de tus espectáculos eran primeros e inesperados telegramas que me servían, sin tu saberlo, de compañía reconfortante entre tanta soledad húmeda y sonora.

Más tarde nos conocimos, y enseguida comprendí lo incomprensible: María, la de los ojos insuperables, la musa que me proporcionaba vales alimenticios en el Festival de Sitges, te había elegido a ti en exclusiva para prolongar su delicada función nutricia. Tu aspecto de Woody Allen de la calle Aribau había sido definitivo.

Y, desde entonces, Juanito, hemos sido un poco hermanos, un poco novios -rebosantes, eso sí, de un amor a caballo entre la lírica y la marranada-, un poco náufragos equidistantes entre dos infancias y ciertos techos sangrantes en hoteles de Madrid al amanecer. Los Monegros nunca fueron frontera para nosotros, y la distancia y el tiempo, han agrandado la admiración que por ti siento como artista, y la ternura que me produces, que es parecida a la que me inspiran los niños Jesús en los belenes de ciertas familia pobres…

¡Qué grande eres, Juanito! ¡Qué bien conjugas el oficio con la utopía, la perspicacia con la técnica, y hasta lo más exquisito sabes envolverlo en la neblina de una faria, sin que pierda propiedades por el camino. Hueles al mismo tiempo a churros y a colonia cara, vistes de niño pijo por delante y de grana y oro por detrás, tienes pinta de existencialista los martes y de monaguillo los miércoles. Elevas como nadie la contradicción a la categoría de virtud y has ido adquiriendo con los años esa cultura que sólo tienen los que leyeron en su día lo justo y lo necesario y ya les sentó bien entonces. ¡Eres la monda!.

 Desde tu paso por aquella zaragozana gusanera que enarbolaba entusiasmada las banderas del Papa Woytila, por esas calles y por esas plazas, que tanto saben de cierzo y de surrealismo, se sigue escuchando aquel himno inyectado de noches y de resacas, de carnets de identidad arrebatados a ciertos ataúdes, rebosantes del mejor zumo de la poesía de César Vallejo y de Miguel Labordeta. Y es que, a orillas del Ebro, seguimos despidiendo a aquel marinero en tierra que eras hace quince años. ¿Te acuerdas?

“Y una noche

de carnaval

mientras lucía

la luna

se me acercó una muchacha

que iba vestida desnuda,

vestida desnuda…”

Breve historia de la Escuela Municipal de Teatro

mayo 22, 2009

1. INVENTARSE UNA ESCUELA

(1980-81).

 1.1. La Escuela Municipal de Arte Dramático. El proceso de reforma.-

 En Diciembre de 1971 se comunicó mediante carta a los aspirantes elegidos por un tribunal de especialistas para cursar Primer Curso de la recién creada Escuela Municipal de Arte Dramático, que las clases comenzarían en breve. Así fue. La Escuela comienza su andadura a comienzos de 1972 en unos pequeños locales situados en el último piso del edificio del Teatro Principal, en la plaza Sinués Urbiola. Dos aulas, un despacho para el Director y alguna pequeña dependencia de desahogo constituían la escasa dotación infraestructural para un proyecto del que José  Giménez Aznar venía hablando con el Ayuntamiento de Zaragoza desde Agosto de 1969.

 El profesorado lo componían personas vinculadas a círculos culturales conservadores de la ciudad. Así, Luisa LLagostera, escritora y periodista, iba a encargarse de las clases de declamación, tras haberse desechado la posibilidad de que lo hiciera la actriz Pilar Delgado. Carlo Liberio del Zotti lo haría con las de Interpretación y, a la postre, sería el encargado de dirigir la mayoría de los espectáculos que los alumnos presentarían con una cierta periodicidad. Y el propio Giménez Aznar, autor de varios libros y artículos históricos sobre  el teatro, se encargaría de las clases de apoyo cultural, además de dedicarse, en su calidad de Director del centro, a diferentes tareas organizativas y de la administración.

 El pequeño Claustro de Profesores, al que se unirían otras personas en momentos puntuales y del que saldrían airadamente otros, como fue el caso de Pilar Burges, que incluso elaboró un informe extremadamente crítico sobre el funcionamiento de la Escuela y que de forma misteriosa se perdió posteriormente, realizó hasta junio de 1980 sin duda una labor entusiástica, inspirada en unos parámetros harto discutibles y bastante desvinculados de la realidad escénica contemporánea, pero que iba a crear un núcleo de formación actoral del que nacería posteriormente la actual Escuela Municipal de Teatro. Fueron casi nueve años de actividad ininterrumpida, salpicada de problemas y de descontentos, en los que participaron también como alumnos algunas personas que, años más tarde y a pesar de las deficiencias, conseguirían afianzarse en el mundo profesional. Otros, los más, tuvieron esporádicas apariciones en el medio, muy rudimentario por aquel entonces, o no llegaron a él jamás.

 Cuando la democracia se instala en los Ayuntamientos tras la muerte de Franco, el de la ciudad de Zaragoza emprende una serie de importantes reformas en el campo de la cultura, y, en concreto, en el del teatro. El Alcalde, Ramón Sainz de Varanda, entabla conversaciones con los sectores más dinámicos de la vida cultural zaragozana y éstos, agrupados y representados de manera especial por la llamada Asamblea de Cultura, le hacen ver la necesidad de acometer dos cambios fundamentales: la municipalización del Teatro Principal, hasta entonces gestionado por el Ministerio de Cultura, y la reforma total de la Escuela de Teatro. El clima social era unánime, al menos entre los círculos progresistas y las opiniones críticas sobre el acontecer diario y la calidad de la enseñanza allí impartida se asomaban con frecuencia a los periódicos, en algunos casos con gran virulencia.

 Francisco Ortega, por ejemplo, escribe en Andalán, en Junio de 1979, en un artículo titulado Sobre el movimiento teatral en Zaragoza, estas líneas:

 «Una de las tareas urgentes que debe acometer la nueva corporación, y en ello creo que estamos de acuerdo todos los que          nos relacionamos con el hecho teatral en Zaragoza, es el desmantelamiento de la actual Escuela Municipal de Arte Dramático, verdadera vergüenza ciudadana y un insulto para todos nosotros.

 Dicha Escuela, organizada en beneficio y por capricho personal de un       puñado de nostálgicos, sin conocimientos mínimamente serios, ha realizado una ridícula labor impartiendo entre los despistados alumnos que caen en sus garras unas enseñanzas caducas e inútiles, imbuyendo en ellos, prácticamente desde la entrada, una ideología de          «gran estrella». Es evidente que el actual Ayuntamiento debe tomar cartas en el asunto y empezar a asesorarse convenientemente de la manera en que ha de invertir ese dinero».

 Fue Jerónimo Blasco, nuevo Concejal Delegado de Juventud, de Extensión Cultural y de la Escuela de Teatro, quien se encargó de tomar entre sus manos las susodichas cartas.

 Consiguió, en primer lugar, unir a los partidos de izquierda municipales en la necesidad y en la voluntad política de la reforma, no sin encontrar alguna que otra reticencia; convocó una comisión de expertos integrada por personas del teatro local, y alumnos y profesores de la propia Escuela, y, para ir abriendo boca, es decir, para ir mostrando lo que se hacía por el país a nivel teatral, auspició el primer «stage» teatral en Mora de Rubielos (Teruel), en Septiembre de 1980, que, coordinado por F. Ortega, contó con la asistencia de relevantes personalidades del teatro español, de actores aragoneses y dieciséis alumnos de la Escuela. Por último, promovió la convocatoria de un Concurso de Méritos en el mes de Noviembre para cubrir las plazas del profesorado que integraría, y pondría en marcha, la nueva Escuela de Teatro.

 El resultado de los trabajos de la Comisión fué demoledor. En él salieron a las claras las insuficiencias y las enormes lagunas de una enseñanza teatral impartida por personas a las que en el mejor de los casos había que atribuirles buena voluntad y amor al teatro, entendido éste como una práctica centrada básicamente en elementos declamatorios decimonónicos. La experiencia del «stage» fue, por el contrario, clarificadora y sirvió, entre otras cosas, para que los alumnos de la anterior estructura pedagógica lograran comprender y apoyar el sentido de la reforma. Las clases de Albert Boadella, conocido y polémico director de Els Joglars, de Pawel Rouba, profesor de Mimo y Pantomima del Institut del Teatre de Barcelona, de Magüi Mira, actriz entonces del Teatro Fronterizo, y de Pepe Sanchis Sinisterra, autor teatral y profesor de Dramaturgia, el visionado de videos cedidos por el recientemente creado Centro Nacional de Documentación Teatral del Ministerio de Cultura, que proporcionó también los elementos humanos y técnicos para hacer posible la experiencia, junto con las horas de reflexión y debate sobre el hecho teatral, sobre el actor, sobre la futura Escuela, contribuyeron a crear un gran clima de entusiasmo y de esperanza entre todos los asistentes. En Mora de Rubielos se puso una semilla que pronto iba a germinar.

 La Concejalía sacó de inmediato a concurso público cuatro plazas de profesores-coordinadores. Las obtuvieron Mariano Anós Lafuente (Taller del Actor, Area de Voz), Mariano Cariñena Castell (Taller de Escenotecnia) y Fernando Roy López (Taller del Actor, Area de Cuerpo. Quedó vacante la plaza de Profesor Coordinador del Area de Historia y Teoría del Teatro. Esas tres personas, a las que se uniría en Octubre de 1981, Francisco Ortega Suárez, como Profesor de Teoría, serían los encargados de inventarse una Escuela de Teatro para la ciudad de Zaragoza.

 

1. 2. Las primeras tareas.

 El nuevo equipo de dirección asumió la gran responsabilidad que se le vino encima. Sus componentes eran personas de amplia trayectoria en el mundo teatral aragonés, experimentados en el terreno de la Interpretación, de la Dirección de espectáculos, de la Crítica teatral y de la realización escenográfica. Como en ese momento estaba ocurriendo en otros lugares de la geografía española, personas provenientes del teatro profesional, y más concretamente del llamado teatro independiente, fueron encargados por sus ayuntamientos o por sus instituciones de gobierno autonómicas de poner las primeras piedras en los edificios de la nueva enseñanza teatral. Se les pedía, en suma, que sintetizaran su nivel de conocimientos y que crearan la organizaciones adecuadas y los planes de estudios que posibilitaran la formación de jóvenes actores y actrices, terminando así con una arraigada tradición de autodidactismo.

En Zaragoza, desde el primer instante, se tuvieron en cuenta tanto las peculiaridades del ámbito sociológico de la ciudad y de la región, como la realidad de la muy incipiente profesión teatral. Es decir, se evitó conscientemente la importación de modelos de escuelas implantadas en ámbitos más desarrollados cultural y teatralmente hablando, claramente desmesurados para las necesidades locales, aunque no se renunció a conocer metódicamente esos modelos para extraer y aplicar de ellos aspectos concretos que pudieran ser útiles.

 Parecía lógico que uno de los primeros problemas al que había que enfrentarse era precisamente el de la escasez del propio profesorado, problema que se iría agigantando en años sucesivos, cuando se simultanearan las clases de hasta tres promociones de alumnos. Para corregir aquella carencia se arbitraron dos fórmulas: invitar a profesores nacionales e internacionales para que impartieran cursillos breves y concentrados en unos cuantos días, como complemento a las clases normales del equipo de dirección, y, en segundo lugar, promover la contratación más estable de un profesorado auxiliar que quedara encargado de determinadas asignaturas con un alto nivel de especialización técnica.

 Así, durante el primer Curso, desarrollado entre Enero y Junio de 1981, visitaron la Escuela, Anna y Michael MacCallion que impartieron un curso de Voz y de Técnica Alexander, Juan Antonio Hormigón y José Sanchis Sinisterra, que impartieron sendos cursillos de Teoría e Historia del Teatro, y Alfredo Mantovani que lo hizo sobre Perfeccionamiento Pedagógico Teatral con los niños. Durante el mes de Septiembre la Escuela organizó el II Stage Teatral, esta vez en Vall de Vianya (Olot), en donde se contó con la presencia del actor Manuel Lillo, nuevamente de la actriz Magüi Mira, y del profesor y director Antonio Malonda. En cuanto a la inclusión dentro del Claustro de Profesores de especialistas en diferentes materias, se promovió la fórmula de la contratación, remunerada por el número de horas de clase impartidas, de determinados profesionales de la ciudad. De esta manera se integraron Alberto Castilla y más tarde Susan Burnett y Carlos Blanco (Danza), Mercedes Gota (Canto), Javier Arellano (Esgrima) Carmen Rábanos y más tarde Concepción Lomba (Historia del Arte), y Javier Armisén (Historia de la Música). Todo el equipo comenzó a funcionar con normalidad desde el Curso 1981-82.

 La otra gran tarea fué diseñar y poner en marcha un Reglamento de Funcionamiento Interno. El Equipo de Gobierno comenzó a trabajar en ese sentido cotejando también información con los borradores de otras escuelas nacionales e internacionales. En los primeros meses de 1981 había concluido la tarea y el Reglamento recibió inmediatamente el beneplácito del Concejal, comenzó a ser puesto en práctica como mecanismo de funcionamiento interno pero nunca llegó a tener valor oficial al no llegar a ser aprobado por ningún acuerdo plenario del Ayuntamiento de la ciudad. En él se explicitaban las tareas de cada Area de trabajo, se establecían los órganos de gobierno: Consejo de Dirección, Claustro de Profesores, Director y Consejo General, en donde tenían una amplia participación decisoria el conjunto del profesorado y los alumnos, a través de sus representantes. Establecía igualmente las medidas disciplinarias, de organización general, y todos los aspectos de la vida académica de una escuela de nueva planta que iba a enfrentarse con grandes retos y, como muy pronto iba a demostrarse, con innumerables problemas. En su preámbulo, Mariano Anós explicitaba de esta manera los objetivos generales y la filosofía que los sustentaba:

          «Será objetivo prioritario de la Escuela la formación integral,   práctica y teórica, de profesionales del teatro. La orientación de la enseñanza impartida, que será concretada por el Consejo General de la Escuela, habrá de responder en todo caso a unos criterios de rigor científico, desarrollando métodos adecuados a las realidades actuales del teatro, potenciando la capacidad de iniciativa de los alumnos y procurando imbuirles de una conciencia progresista de la función social del trabajo teatral, combatiendo tendencias al divismo y la mercantilización y fomentando los valores culturales y democráticos de la práctica del teatro. La enseñanza impartida no deberá estar por         lo demás orientada al aprendizaje de un método o estilo teatral con          exclusión de otros, sino más bien a dotar al alumno de un bagaje de    conocimientos prácticos y teóricos que le permitan enfrentarse a las exigencias de los diferentes enfoques teatrales con los que pueda encontrarse en su actividad profesional».

 Y acababa diciendo:

 «Como objetivos complementarios, la Escuela realizará   actividades dirigidas al exterior (cursillos, seminarios, conferencias,       etc) contribuyendo así a la difusión de la cultura teatral, y procurará estar abierta a relaciones con el mundo cultural de la ciudad, de la región y del país, con particular atención a la relación con compañías, grupos o entidades teatrales de todo tipo, que mantengan a los alumnos en contacto con la actualidad viva del teatro.»

 

2. CONSOLIDAR LA ESCUELA DE TEATRO (1982-1989).

 

2.1. Los nuevos locales. El Plan de Estudios. La elección de Director.

 El 14 de Diciembre de 1981 se inauguraban las nuevas instalaciones de la Escuela Municipal de Teatro situadas en la calle Casajiménez. Al acto asistió personalmente el Alcalde de la ciudad, Ramón Sainz de Varanda, y el Concejal, Jerónimo Blasco. La sintonía que existió entre ellos durante los años anteriores y la voluntad política de ambos de crear una Escuela de Teatro útil a los intereses culturales de Zaragoza, se sumó al esfuerzo diario de las personas que componían el Colectivo de Dirección y el Claustro de Profesores. Para todos ellos el siguiente paso en la reforma iniciada apenas un año antes era el mejoramiento de la infraestructura y de los propios locales de trabajo.

 El antiguo Gobierno Militar era un edificio recientemente cedido por el Ejército al Ayuntamiento en una operación que incluía otras cesiones y la instalación de los cuarteles en el extrarradio. Desde el primer momento Blasco concibió el edificio, situado en pleno centro de la ciudad y a escasa distancia de la plaza Sinués Urbiola, como un centro dinámico de creación cultural, en donde la Escuela de Teatro pudiera encontrar el desahogo que el piso del Teatro Principal no podía proporcionar. En realidad la toma de posesión fue más un acto simbólico que otra cosa, como advirtió jocosamente el propio Alcalde, al comprobar que no había dado ni siquiera tiempo a la colocación de la moqueta en el suelo del aula principal, porque apenas se ponía disponer de una habitación de unas medidas regulares y tres dependencias más destinadas a clase de Teoría, de Voz y despacho para las tareas administrativas. El proyecto contemplaba la incorporación de más espacios a medida de que fueran avanzando las obras de remodelación del edificio. A partir de Enero del 82 las clases se simultanearon en ambas sedes.

 Por aquel entonces la Escuela estaba empezando a consolidarse. Se sucedían las reuniones de los órganos de dirección, se esbozaban nuevos proyectos, como el de editar un boletín teatral de tirada nacional, y comenzaba a desarrollarse el Plan de Estudios en sus líneas fundamentales.

 La Escuela asumía su precariedad de medios, pero entre profesores y alumnos se había creado una plataforma que posibilitaba un auténtico hervidero de experiencias. Los primeros estrenaban con los segundos su condición de docentes, y éstos, entre los que se encontraban algunos de los que habían asistido a las clases de la anterior Escuela, comprendían que los rumbos y los tiempos habían cambiado, entregándose a las tareas de forma ejemplar, y desde su parcela, contribuyendo también a la consolidación de la nueva estructura.

 El Plan de Estudios se había dividido en cinco grandes Areas de trabajo: Area de Interpretación, Area de Voz, Area de Cuerpo, Area de Teoría, en donde pronto comenzó a trabajar Benito de Ramón, y Area de Actividades Exteriores. Cada una de estas Areas tenía un Profesor Coordinador y uno o varios Profesores Auxiliares. El planteamiento pedagógico era el de ir incrementando las clases de Interpretación, que, por el momento, era la única especialidad de la Escuela, de menos a más conforme los alumnos pasaran de Primer Curso a Tercero, en donde la mayor parte de las horas se dedicaban ya a esa materia, centrándose el trabajo en los talleres. Es decir, en la construcción de espectáculos que serían presentados en público, ya fuera en el interior las aulas o en cualquiera de los dos teatros municipales. En el Curso Escolar 1982-83, primero en que la EMT contó con tres promociones trabajando de manera simultánea, se presentaron los primeros tres talleres, dirigidos respectivamente por Joan Ollé (El público, de Federico García Lorca, presentado en los locales de la Escuela), por Jordi Mesalles (El mal de la juventud, de Ferdinand Brückner, en el Teatro Principal) y por Luigi Ottoni (Sobre la Comedia dell’Arte, a partir de textos de Goldoni, presentado en el Teatro del Mercado).

 Desde el principio se contempló la necesidad de que el Consejo General eligiera un candidato a la dirección de la Escuela. Este candidato debería ser posteriormente nombrado de manera oficial por el Pleno del Excmo. Ayuntamiento. El Concejal Blasco consideró que 1983 debería comenzar con un Director elegido y nombrado, e instó a que el conjunto de la Escuela se decidiera por uno de sus miembros. Se planteó para ello una elección interna por parte del alumnado entre los dos candidatos que se presentaron voluntariamente para asumir el cargo. La dirección recayó en Francisco Ortega que a las pocas semanas tomó posesión oficialmente del mismo. Diversos reportajes periodísticos recogieron la noticia junto al reciente traslado a los nuevos locales. La prensa local y los restantes medios de comunicación demostraron, en este momento importante de consolidación, una sensibilidad muy acusada sobre los asuntos que rodeaban la vida escolar, reflejándose esta inquietud en frecuentes informaciones, entrevistas y amplios reportajes que mantuvieron muy presente en la ciudad la imagen de la joven institución. Además, desde ella, se editó muy pronto un folleto informativo que tuvo también una amplia difusión.

 

2.2. Las reuniones de la SETTAL.

 Decíamos antes que esta tarea que encargaron ayuntamientos, diputaciones o gobiernos autonómicos de crear escuelas de teatro a los profesionales más destacados de sus respectivas zonas de influencia no fue algo exclusivo de Zaragoza. En otros lugares se estaban viviendo procesos parecidos. Incluso Madrid y Barcelona, en donde ya existían estructuras pedagógicas implantadas desde hacía tiempo y con un amplio bagaje de conocimientos y experiencias a sus espaldas, se pretendía modernizar unas enseñanzas que, en cierta medida, se hallaban esclerotizadas y no respondían a las demandas de la escena profesional. En casi todas ellas se estaba librando la batalla de fondo de saber cual era el límite al que las instituciones querían llegar ante la voluntad mayoritaria de conseguir la oficialización de sus enseñanzas en el marco de una nueva Ley de Estudios Artísticos.

 La Escuela Municipal de Teatro de Zaragoza fue una de las pioneras en esa dirección, contribuyendo activamente a la creación de la Secretaria de Escuelas y Talleres de Teatro de la Adminitración Local (SETTAL), órgano de debate que las representaba a todas ellas, y participando a través de emisarios de su Colectivo de Dirección en la mayor parte de las reuniones que este organismo fue celebrando. Y no sólo eso, precisamente en nuestra ciudad y organizada por la EMT, ya en sus nuevos locales, se celebró su primera reunión durante los días 12 y 13 de Noviembre de 1981, con asistencia de representantes de las escuelas de Albacete, Guadalajara, Logroño, Salamanca, Sevilla, Santa Cruz de la Palma, Vitoria y, por supuesto, Zaragoza.

 Reuniones de mañana y tarde sirvieron para esclarecer los objetivos comunes y también las diferencias que existían entre ellas, tanto por razones pedagógicas como presupuestarias e infraestructurales. No se trataba de parecer iguales ante el Ministerio de Educación que, a fin de cuentas, iba a ser en breve  el interlocutor político para establecer las bases de esa ansiada oficialización, sino de que cada una se marcara, de una manera posibilista, y atendiendo a las necesidades reales de su comunidad y de su entorno sociológico, los objetivos concretos, delimitando también los sacrificios que estaba dispuesta o podía sinceramente asumir, señalando con claridad hasta qué punto del camino todas podían ir de la mano y en qué momento soltarse.

 Quince años más tarde de aquel decisivo instante en la historia de las escuelas de teatro españolas, podemos afirmar que tanto el Concejal como el Alcalde la ciudad apostaban por llegar al límite de las posibilidades de desarrollo de la estructura que ellos habían contribuido a levantar, y que desgraciadas circunstancias posteriores, como el cese del primero, y la muerte del segundo, dejaron sin cobertura política lo que desde entonces ha seguido siendo un anhelo permanente en el conjunto del profesorado de la E.M.T. Sucesivos Consejos Generales presididos por el Concejal trataron este asunto de la oficialización que éste pretendía enmarcar en otros proyectos presentados a la consideración del Excmo. Ayuntamiento, como el enviado por Mariano Cariñena y otras personas del teatro local, y que pretendía crear un Patronato Municipal de Acción Teatral en donde la Escuela fuera una de sus piezas fundamentales. El vacío político mencionado abortó todo el conjunto de reformas a la vez, y lo que fue casi peor, incluso el propio debate sobre las mismas, produciéndose un frenazo inesperado en la línea de expansión y de afianzamiento de infraestructuras culturales que el Ayuntamiento había comenzado poco tiempo antes con una fuerza y una decisión ejemplares y del que se había hecho eco en numerosas ocasiones la prensa nacional. Este frenazo iba a marcar, sin duda, no sólo ese momento puntual sino todo el desarrollo posterior de la Escuela Municipal de Teatro de Zaragoza. A pesar de ello, el Consejo de Dirección siguió enviando representantes a las siguientes convocatorias de la SETTAL que se celebrarían en Valladolid, Sevilla, Barcelona, Salamanca, etc.

 La Escuela de Zaragoza perdió en ese momento un tren al que en otros momentos ha querido volver a subirse, y, es precisamente a partir de ese momento cuando el profesorado, especialmente el auxiliar, comienza a librar una batalla por la simple y sencilla supervivencia, que, en demasiados momentos, ha paralizado literalmente la vida escolar o la ha reducido a sus parámetros internos, alejada de la vida ciudadana y demasiadas veces incomprendida por la propia institución municipal de la que ha estado dependiendo.

 

 2.3. La batalla de la supervivencia.

 El Curso Escolar 82-83 acaba con la presentación al Excmo. Ayuntamiento de la ciudad, a través del nuevo Concejal Delegado Luis García Nieto de lo que se vino a llamar Plan de Profesionalización. Dicho Plan proponía un aumento considerable del Presupuesto que sirviera para acometer más actividades exteriores que incrementaran la presencia pública de la EMT en la ciudad, y solucionase, de una forma digna y definitiva, la problemática del profesorado auxiliar. Como hemos indicado, hasta entonces este profesorado se encontraba en régimen de contratación de servicios, es decir, cobrando mediante presentación de factura por las horas mensuales realizadas, sin ninguna relación contractual, más o menos estable, con el Ayuntamiento. Además, los retrasos en cobrar las asignaciones comenzaron a ser la norma y no la excepción. Por todo ello, en el Plan ya se proponía la realización de contrataciones administrativas, al menos a media jornada, el incremento a seis horas de  clase diarias, la puesta en práctica de un Cuarto Curso de Postgraduados, y la expansión por el edificio del Gobierno Militar con su dotación técnica correspondiente.

 Coincidió este tema con otro que, malo también en sí mismo, contribuyó aún más a enrarecer el ambiente político municipal, ya suficientemente alborotado. El profesor Fernando Roy, uno de los tres primeros coordinadores, fue trasladado a otra dependencia municipal y dejó su plaza vacante. La Dirección de la Escuela contactó de manera inmediata, y con pleno conocimiento de las altas instancias municipales, con Antonio Malonda y Yolanda Monreal, para que ambos se integraran en la EMT a la mayor brevedad posible. El primero en sustitución de Roy y la segunda, reconocida profesional de la Ortofonía y la Dicción, como Profesora Auxiliar del Area de Voz. En Agosto de 1983 realizaron el traslado a la ciudad y, por diferentes problemas burocráticos y políticos que sería prolijo enumerar, su contratación real se realizó enormemente tarde y no en los términos acordados, después de que su expediente hubiera pasado por todas las tramitaciones y recovecos inimaginables. La situación se complicó de tal modo en algunos momentos que la prensa se hizo eco de la situación contribuyendo de manera involuntaria a crear ese clima enrarecido que paralizaría toda la actividad.

 Hubo de todo en ese delicado momento: huelgas del profesorado, manifestaciones coloristas de alumnos disfrazados por las calles protestando por la situación creada, cartas constantes a los medios de comunicación, rumores insistentes de que la EMT sería cerrada en breve y varios avisos de Francisco Ortega de que dimitiría de sus funciones de director si los problemas no se resolvían de manera aceptable para recuperar la plena normalidad escolar.

 Al final estos se resolvieron pero de manera muy insatisfactoria. Antonio Malonda y Yolanda Monreal abandonarían la EMT y en Noviembre de 1984 se hizo efectiva la convocatoria de un concurso oposición para resolver por lo menos en parte la situación del profesorado auxiliar. Ortega dimitiría de manera irrevocable el 17 de Abril de 1985.

 Por tanto no sólo no se consiguió el avance cualitativo que se pedía en aquel ilusionado Plan de Profesionalización, sino que se vio peligrar, por motivos extrínsecos, consecuencia de los graves problemas políticos que el gobierno municipal vivió en ese momento y totalmente ajenos a la vida escolar, la propia estructura pedagógica que tanto esfuerzo había costado levantar unos años antes. Por el contrario, hubo que concentrar en ese periodo toda la energía del profesorado e incluso la de los alumnos en mantener la nave a flote, contra viento y marea, en vez de avanzar hacia la profundización del Plan de Estudios, afianzar la organización interna, consolidar una presencia más notable en la vida ciudadana, mejorar definitivamente de las condiciones laborales de todo el profesorado, y avanzar con paso firme hacia una oficialización de los estudios, en la línea de lo que se explicitó en aquella reunión de la SETTAL, que tuvo a Zaragoza -¡curiosa ironía!-, precisamente como primera sede.

 Tras un periodo de paréntesis en el que el Consejo de Dirección se responsabilizó nuevamente de las tareas de la Escuela, el Excmo. Ayuntamiento nombraría a petición de este órgano de gobierno a Mariano Cariñena Castell como nuevo Director de la EMT.

 

 2.4. Pesimismo de la inteligencia, optimismo de la voluntad.

 Es de justicia reconocer que, una vez conseguida una solución parcial para los problemas antes mencionados, la actividad interna de la EMT volvió a ser pronto vertiginosa.

 Si examináramos los datos objetivos en que se podría medir esta actividad (número de alumnos presentados año tras año a las Pruebas de Selección, número de alumnos que al acabar los estudios accedieron a un trabajo profesional, número de cursillos internos y externos impartidos, de talleres presentados en teatros públicos, etc) podría hasta parecernos que a lo largo de este segundo periodo la EMT efectivamente se fue consolidando a pesar de los pesares. Lo cual tiene una explicación: el conjunto del profesorado siguió trabajando siempre de una manera generosa y estrictamente profesional, aunque en muchos momentos se volvieron a repetir situaciones de crisis y de incomprensión. La vida académica nunca se vio enturbiada, sin embargo, por este tipo de problemas.

 A lo largo de estos siete años la EMT produjo quince talleres de interpretación, incluidos los tres primeros a los que hacíamos referencia en páginas anteriores, que fueron presentados en las instalaciones de la EMT, en espacios al aire libre o en los dos teatros municipales y vistos por miles de espectadores. Los talleres fueron dirigidos básicamente por los profesores de Interpretación y por los Tutores de cada promoción. Algunos lo fueron también por profesores invitados, como Pilar Laveaga, Luis Maluenda, Heine Mix, José Ortega o los mencionados Ollé, Mesalles y Ottoni. (Las fichas de producción de todos ellos, junto con los repartos, aparecen en el Apéndice 3 de este informe).

 En este periodo la Escuela comenzó a proyectarse internacional y nacionalmente. Don Juan… y si estuvieras aquí, Taller de Tercer Curso con texto escrito por el profesor Benito de Ramón y dirigido por Francisco Ortega, tras ser presentado en Zaragoza (Teatro del Mercado, del 25 al 28 de Junio de 1987), en Teruel y en cinco localidades de la provincia, se presentó el 28 de Septiembre de ese año en el teatro de la Weber Douglas Academy of Dramatic Art de Londres, gracias a una acción combinada entre la Diputación Provincial de Zaragoza, el Excmo.  Ayuntamiento y el Ministerio de Asuntos Exteriores. Por los pueblos, de Peter Handke y dirección de Mariano Anós, tras su estreno en Zaragoza (Teatro del Mercado, Junio 1988), se presentó en Barcelona (Institut del Teatre) y Pamplona (Escuela Navarra de Teatro), lo mismo que La Sed del Fuego, escrito por el exalumno Alfonso Plou y dirigido por José Ortega López, que se presentó igualmente en Barcelona antes de hacerlo en nuestra ciudad (patio del Museo Provincial, días 1 y 2 de Julio de 1989).

 La EMT continuó invitando a profesionales de gran prestigio nacional e internacional. En el Apéndice 2 aparece la relación exhaustiva de todos los cursos desarrollados a lo largo de los periodos en que hemos dividido esta pequeña historia de la EMT, pero aquí podemos destacar por su particular significación la colaboración de Albert Boadella (Marzo de 1983), dentro del Seminario sobre el Teatro de Vanguardia que se organizó por aquel tiempo y en que se invitó nada menos que a Ariane Mnouchkine, fundadora del Theatre du Soleill, quien al final declinó su asistencia por razones de trabajo; la nueva estancia de Michael y Anna MacCallion, durante un largo periodo del Curso Escolar 86-87, impartiendo enseñanzas de Voz y Técnica Alexander, o la Conferencia que pronunció, sobre su propia obra y los rumbos del teatro europeo, el 18 de Marzo de 1988, el dramaturgo sueco Per Olov Enquist. En algún momento, coincidiendo con su paso por Zaragoza por razones profesionales nos visitaron también José Luis Gómez, Pepe Rubianes, José Monleón, Adolfo Marsillach, Marcel Marceau y Ferruccio Soleri. Mención especial puede hacerse de la visita que realizaron los actores del mítico Berliner Ensemble, entre los que figuraba una hermana de Bertold Brecht, y que utilizaron nuestras aulas para ensayar durante unas horas el espectáculo que iban a presentar en el Teatro Principal poco después.

El Claustro de Profesores sufrió modificaciones. La Plaza de Coordinador del Area de Cuerpo fué ganada mediante Concurso-Oposición por Miguel Garrido, y la de Profesor Coordinador del Area de Voz por Rafael Campos, que ya pertenecía al Claustro en calidad de Profesor Auxiliar. Del mismo modo, se incorporó también Marissa Noya, en calidad de Profesora de esta misma Area.

 La Escuela también fue incorporando poco a poco una copiosa colección de libros de temas teatrales (textos y Teoría) y una excelente Videoteca, integrada en su mayoría por los más interesantes espectáculos presentados por las compañías profesionales aragonesas y estrenados en Zaragoza, además de los propios Talleres de Tercer Curso. Y de manera paulatina se fué haciendo con un razonable equipamiento técnico, básicamente compuesto por proyectores de iluminación y aparatos de sonido, que permitieron dar las clases y preparar los talleres en unas condiciones bastante aceptables. Igualmente es destacable que, como estaba previsto desde el principio, la Escuela se fuera expandiendo por el edificio del antiguo Gobierno Militar, ocupando estancias del piso superior y acomodando las dependencias del piso inferior para Secretaría y Sala de Profesores.

 Al final del periodo que abordamos, el Consejo de Dirección se centró en la elaboración de un Reglamento de Funcionamiento Interno. Los trabajos comenzaron en la Navidad de 1988 y concluyeron en Junio del año siguiente. Fue un trabajo exhaustivo que tomó como punto de partida los Reglamentos de las escuelas de Madrid, Barcelona y Sevilla, junto con los de las escuelas de Danza y de Música de Zaragoza. En buena parte el Reglamento terminó pareciéndose a aquel primer borrador con que la EMT funcionó durante sus dos primeros años de existencia y que establecía democráticamente la participación de todos los estamentos de la vida escolar en la decisiones más importantes, reservando las de carácter pedagógico al Consejo de Dirección. En sus artículos se incluyeron aquellos aspectos que la experiencia de una década también aconsejaban: reciclaje del profesorado, apertura e intercambio con otras escuelas, presencia en la ciudad y un largo etcétera. Sin embargo, al contrario de lo que sucedió con aquel que al comienzo de los años ochenta sirvió para encauzar la práctica diaria de la escuela, sin llegar nunca a aprobarse por el Exmo. Ayuntamiento, éste sería aprobado oficialmente por acuerdo plenario de 30 de Julio de 1990, pero, por diferentes razones, nunca iba a entrar verdaderamente en funcionamiento.

  

3. LOS NUEVOS LOCALES

 (1990-1998).

 

3.1. Las nuevas necesidades.

 Desde hacía tiempo el Excmo. Ayuntamiento proyectaba instalar sus escuelas artísticas, junto a la sede del Ballet de Zaragoza, y alguna otra dependencia cultural, en un mismo lugar: el antiguo cuartel de Palafox, situado a escasos metros de la Hípica y a espaldas de la Ciudad Universitaria. El viejo edificio iba a sufrir una completa reforma para adaptarlo a los nuevos usos. Nuestro Director, Mariano Cariñena, asistió en primera línea a las discusiones sobre cómo había que plantearse las instalaciones de la EMT aconsejando en todo momento al arquitecto Alfonso Usón. La mayor parte de lo previsto se hizo realidad y a partir de Octubre de 1990 la Escuela contó con una infraestructura que le hizo ser, al menos por un tiempo, la mejor dotada del país.

 La EMT se instalaría en el ala derecha del edificio. Ocuparía los tres pisos del mismo, destinando el primero a dependencias administrativas, Sala de Profesores y Biblioteca. El segundo piso albergaría las aulas de Cuerpo, de Maquillaje y de Canto, la Sala de Videoteca, y los Vestuarios. Y en el tercero se situarían las cuatro magníficas aulas para Interpretación, Danza, etc. Todas estas instalaciones fueron convenientemente decoradas y equipadas con focos, aparatos de sonido, cortinaje, elementos de atrezzo, mamparas, etc. Por entonces la Escuela tenía como Concejala a Carmen Solano Carreras quien en ese momento trabajó a conciencia desde su parcela política para conseguir que el Ayuntamiento invirtiera una notable cantidad de dinero en un proyecto que, desgraciadamente, como suele ocurrir con demasiada frecuencia, se iba a quedar a medias.

 Curiosamente las flamantes nuevas instalaciones, al contrario de lo que ocurriera con las mucho más modestas de Casajiménez, no tuvieron inauguración oficial. La razón de ello habría que buscarla nuevamente en las tensiones políticas en el seno de la institución municipal. Se dijo que el entonces Ministro de Cultura, Javier Solana, iba a personarse para tal efecto, pero lo cierto es que, si vino a nuestra ciudad finalmente, sería por otras razones y con  otros cometidos. Profesores y alumnos nos quedamos como los lugareños que retrata Berlanga en su conocida película Bienvenido Mister Marshall. Una vez más problemas ajenos al trabajo y al espíritu de profesores y alumnos dieron al traste con lo que hubiera sido una impagable promoción pública. Nunca pudimos entender como el Ayuntamiento desperdició un buen momento para presentar ante los ciudadanos un proyecto cultural realmente sólido, que contaba con la unanimidad de los grupos municipales, que costó una fuerte suma de dinero a los contribuyentes, y que hubiera sido reconocido  en el resto del estado como modélico en cuanto a sus objetivos y su plasmación concreta.

 En otro orden de cosas hay que recordar también que en el proyecto inicial se contemplaba la construcción de una cafetería y una sala de usos internos para las cuatro escuelas, que, sin duda, hubiera supuesto la solución definitiva de los problemas que se plantean a la hora de mostrar trabajos en público. Parece ser que esta vez fueron razones de tipo presupuestario las que impidieron levantar un proyecto que hubiera completado el esfuerzo del propio Ayuntamiento de manera razonable y adecuada.

 

3. 2. Primera Muestra de Escuelas de la Administración Pública.

 Por todo esto, podríamos considerar de hecho como verdadera inauguración de los flamantes nuevos locales de la EMT la Primera Muestra de Escuelas de la Administración Local que se desarrolló en nuestra ciudad desde el seis hasta el nueve de Junio de 1990 y en la que participaron las Escuelas de Madrid (RESAD), Barcelona (Institut del Teatre) y Zaragoza, mostrando talleres de Tercer Curso, participando en Debates y Conferencias y posibilitando la convivencia de alumnos y profesores de las tres escuelas durante unas jornadas inolvidables para todos.

 El Director y el Consejo de Dirección, asumiendo la organización de estas jornadas, quisieron volver a retomar el impulso de conseguir oficializar sus enseñanzas en el nuevo marco legislativo de LOGSE.

 Abrió las Jornadas la actriz Nuria Espert que expuso algunos temas sobre la formación actoral a partir de su propia experiencia artística. Su intervención dio paso a un sustancioso debate entre los asistentes. A partir de ese momento se sucedieron los espectáculos en los escenarios del Teatro Principal y Teatro del Mercado. Comenzó la RESAD con El ensueño, de Strindberg, dirigido por Juan Pastor. El Institut del Teatre de Barcelona presentó dos montajes: Madame de Sade, de Yukio Mishima y dirección de Joan Ollé, y El Temps i els Conway, de Priestley y dirección de Jaume Melendres. La EMT, por su parte, presentó Gestos para nada, de José Sanchis Sinisterra y dirección de Francisco Ortega. Después de cada espectáculo, a la mañana siguiente, se suscitaba un debate apasionado y fructífero que tenía lugar en un salón del Palacio de los Condes de Sástago, cedido por la Diputación Provincial de Zaragoza a tal efecto, y en el que participaban cada mañana tanto los directores y los intérpretes de cada trabajo presentado como los espectadores de los mismos.

 La EMT volvía a ser pionera a la hora de reunir escuelas de teatro de todo el estado español cuyos objetivo comunes no eran otros que el de conseguir o el de afianzar para sus enseñanzas el rango de oficiales con las ventajas que eso significaba para el alumnado de todas ellas. La Muestra de Escuelas de Teatro, que después se organizaría en otras ciudades españolas, significaba el siguiente paso que todas juntas daban en esa dirección, considerando el primero aquellas antiguas reuniones de la SETTAL. Zaragoza estuvo siempre a la cabeza de ambos movimientos asociativos.

 El impulso de la Muestra para el conjunto de la vida escolar fue importante. En el mes de Julio de ese mismo año el Director y el Consejo de Dirección elevaron al Excmo. Ayuntamiento una propuesta presupuestaria que rondaba la cifra de doce millones de pesetas. En dicha propuesta, que recordaba aquel viejo Plan de Profesionalización presentado en 1983, se contemplaba la posibilidad de llevar a la práctica las viejas aspiraciones de la Escuela, resolviendo sus problemas, en el orden de estabilizar su actividad y darla a conocer mejor a los ciudadanos. Pero como sucediera en aquella ocasión, el Ayuntamiento no contestó nada concreto. El llamado «silencio administrativo» ha sido la frecuente y humillante respuesta que han recibido proyectos redactados con sensatez e ilusión y con el claro deseo de servir a los intereses culturales de la ciudad y del teatro aragonés.

 Entramos, por lo tanto, en una situación en la que iban a conseguirse mejoras parciales y en la que también habría retrocesos importantes. La sensación de conjunto fue que la actividad de la EMT seguía sin ser entendida ni valorada por la institución municipal y, en consecuencia, no gozaba de una cobertura política adecuada. La plasmación concreta de esta incomprensión fue que, también durante este periodo y como ya venía sucediendo en el anterior, la Escuela iba a navegar política y administrativamente a la deriva, dependiendo de diversos concejales a lo largo de estos años (primero Carmen Solano, más tarde Antonio Piazuelo y por último Juan Bolea), e inscribiéndose de maneras diversas en Areas de Cultura, Patronato de las Artes Escénicas, según el criterio personal de cada uno, sin realizar consulta alguna a la dirección de la Escuela o al conjunto del Profesorado a la hora de tomar estas decisiones. Al no estabilizarse su situación de una manera definitiva la EMT continuó yendo al vaivén de las tensiones políticas, estando en varias ocasiones al borde del naufragio, sólo avanzando tímidamente al calor de las escasas situaciones de bonanza.

 

         3.3. Los pilares de nuestra actividad.

 Sin embargo el trabajo en el interior de las aulas y la actividad continuó en todo momento. Como aspectos positivos de este periodo podríamos destacar el comienzo de los intercambios con la Escuela de Burdeos, la presencia de la Escuela en Muestras Nacionales y momentos puntuales, el nacimiento del Taller de Postgraduados, el afianzamiento del Plan de Estudios y la creación de la Asociación de Alumnos de la EMT. Desgraciadamente alguno de estos logros no tuvieron la prolongación temporal adecuada.

 A partir de 1991 los Ayuntamientos de Burdeos y de Zaragoza comenzaron una colaboración en varios frentes culturales. Uno de ellos se realizó precisamente a través del Conservatoire André Malraux y la EMT. Durante cuatro años estas escuelas intercambiaron experiencias y espectáculos. Alumnos franceses cursaron Tercero en nuestra ciudad, integrándose en las clases normales y en el reparto de los talleres, y postgraduados zaragozanos hicieron lo propio en la ciudad francesa. Esta experiencia, sin duda mejorable, representaba un estímulo para todos y terminó de una manera súbita e inesperada en junio de 1994. Hasta entonces la EMT había presentado en Burdeos En Casa ajena, de Ludmila Petruvskaia y dirección de Boris Rotenstein; Woyzeck, de George Büchner y dirección de Francisco Ortega; Pentesilea, de Heinrich Von Kleist, y dirección de Rafael Campos; y Los claros del bosque, de María Zambrano y dirección de Mariano Anós, junto con otros trabajos de Segundo Curso. Los alumnos de Burdeos presentaron, por su parte, tanto en el Teatro del Mercado, Teatro Principal y en las propias aulas de la EMT, diferentes talleres y escenas. En el momento en que se decidió interrumpir el intercambio el profesorado de ambas escuelas se estaba planteando la necesidad de profundizar aún más en la relación, proyectando fórmulas de intercambio más razonables y productivas.

 Durante este periodo la EMT siguió asistiendo a diversos foros nacionales e internacionales y participando en intercambios y colaboraciones con otras escuelas. El Taller Gestos para nada fué presentado en Barcelona en Junio de 1990. Un año después, dentro de la II Muestra de Escuelas de Teatro celebrada en Sevilla, se presentó En Casa ajena. En 1992 Woyzeck fue estrenado en Madrid y Barcelona. Y en 1993, dentro de la III Muestra, se presentó en Sitges (Barcelona) Camino de Wolokolamsk, de Heiner Müller y dirección de Mariano Anós. Del mismo modo la EMT fué invitada a participar en las celebraciones del Día de Zaragoza dentro de la Exposición Universal de Sevilla. En el lago de la Expo se estrenaron el día 1 de Octubre de 1992 las Acciones-Espectáculo sobre la vida y la obra de Francisco de Goya, Luis Buñuel y Poetas Aragoneses, con dirección de Francisco Ortega, en las que intervinieron más de veinte postgraduados y alumnos de Tercer Curso. Por último, en Enero de 1998, una delegación de la EMT, en calidad de representantes del Instituto Internacional del Teatro del Mediterráneo, ha visitado las Escuela ASTAHR, en Ramallah (Cisjordania), el Nissan Nativ Actig, de Jerusalen y el Yoram Loewenstein Studio, de Tel-Aviv.

 Con la finalidad de ir acomodándonos a la organización y al desarrollo del Plan de Estudios en cuatro cursos, tal y como preve la LOGSE, la EMT acometió en el Curso Escolar 1991-92 la creación del Taller de Postgraduados. Fué un proyecto que en su momento se vinculó de manera estrecha a los intercambios con la Escuela de Burdeos y que, por diferentes razones, no tuvo la continuidad deseada. Rafael Campos fué el encargado de dirigir un espectáculo cuyos actores iban a ser diferentes exalumnos pertenecientes a diversas promociones. El texto elegido fue Dimanche, del autor francés Michel Deutsch, con el que el profesor Campos ya ha había trabajado, como taller interno, un año antes. El espectáculo se presentó durante los días 21 y 22 de Marzo de 1992 en el Teatro Principal. Años más tarde, durante el Curso Escolar 1995-96, la EMT repitió la experiencia. En esta ocasión se eligió Los enamorados, de Carlo Goldoni, a propuesta del actor y director italiano Luigi Ottoni, viejo conocido de nuestra Escuela, quien se encargó de la puesta en escena. El espectáculo se presentó durante los días 11 y 12 de Junio de 1996 en nuestro primer teatro.

 Sin duda el principal logro conseguido durante los últimos años ha sido el afianzamiento del Plan de Estudios. La llegada a los nuevos locales, bien dotados técnicamente, espaciosos y confortables, significó una ayuda decisiva en esa realidad. Pero nuevamente fueron la entrega y el esfuerzo del profesorado, y la colaboración de un alumnado generoso y entusiasta, las causas más poderosas. Unos y otros han ido construyendo una comunidad pedagógica y un ambiente de trabajo que no se ha resentido de los innumerables problemas que la institución ha soportado, y de la incomprensión y escaso aliento exterior que su labor ha suscitado en muchos momentos.

 Como en los periodos anteriores las cifras hablan por sí solas. En estos ocho últimos años han sido veinticinco los talleres de Tercer Curso, de Postgraduados y los espectáculos puntuales que la EMT ha presentado en público y ha intercambiado con otras escuelas, o presentado en otras ciudades españolas y del extranjero. Cuando las circunstancias políticas fueron favorables la asignación presupuestaria para los mismos pudo conseguirse sin graves problemas, realzando el resultado con excelentes escenografías, cuidadas iluminaciones, y adecuado vestuario. Cuando fueron adversas, la imaginación y el reciclaje de materiales fueron siempre las soluciones a las que hubo que recurrir. La EMT nunca faltó por este tipo de cortapisas a las citas anuales con la ciudad y jamás incumplió un compromiso de programación.

 Del mismo modo, se trató de mantener la costumbre de contratar profesorado de otras latitudes. Este profesorado en ocasiones ha cubierto algunas bajas temporales de los titulares fijos de la Escuela, como consecuencia de la solicitud por parte de éste de permisos para realizar periodos de formación o reciclaje en otras escuelas nacionales e internacionales, para colaborar en algunas de ellas, o para dedicarse a la práctica profesional del teatro en diversas compañías. Pero muchas veces también ha venido invitado a nuestra ciudad porque en la EMT desde el principio de su existencia se creyó en la necesidad del intercambio de experiencias y en la apertura de nuestras puertas a otros profesionales destacados. Sólo los límites presupuestarios, o la capacidad de manejar con la suficiente autonomía el dinero asignado por el Ayuntamiento, han impedido que estas invitaciones hayan sido más numerosas y frecuentes. A pesar de estas circunstancias, durante este periodo, dieron cursos en la EMT profesionales tan relevantes como las actrices María Jesús Andany y Teresa Monsegur, el escenógrafo y constructor de máscaras José Peinado, los directores Boris Rotenstein o Luigi Ottoni, la maquilladora Ana Bruned, o el dramaturgo aragonés, exalumno de la escuela, Alfonso Plou. Nos visitaron también, para compartir algunos momentos durante su presencia en Zaragoza, los actores Joaquín Hinojosa, Antonio Valero, Tony y María Isbert, Alfonso del Real, y los componentes de las compañías teatrales La Cubana y Ur. También lo hizo el futbolista Miguel Pardeza.

 El Plan de Estudios se siguió desarrollando en tres cursos académicos, en gran medida porque para abordar una ampliación hubiera sido necesario la contratación de más profesorado o el aumento de horario para la parte del actual, que sólo goza de contrato a media jornada. Pero, tanto el Taller de Postgraduados, como la experiencia que se vivió en el Curso escolar 1990-91, en donde se impartió clase durante parte de la mañana y la tarde, fueron expresiones de que la Dirección y el profesorado son firmes partidarios de asumir una más ambiciosa programación pedagógica, que incluiría nuevas especialidades -dirección de actores, escenotecnia- como un incremento del horario lectivo. A lo largo de este periodo, pues, se mantuvieron las seis horas de clase diarias -de cuatro de la tarde a diez de la noche-, de Lunes a Viernes. La asistencia se ha considerado siempre como obligatoria, llevándose un estricto control de las faltas.

 En cuanto al capítulo de incorporaciones al Claustro de Profesores hay que reseñar durante este periodo las de María José Sarrate y más tarde las de Amparo Nogués, Anabel Hernández y José Javier Pedrosa, en el Area de Cuerpo, y la de Cristina Yáñez en el Area de Interpretación.

 Por último, es importante destacar, una vez más, que el alumnado en todo momento ha cumplido un papel fundamental en el desarrollo de la EMT, a veces tomando iniciativas importantes y en otros ha sabido hacer llegar de una manera ejemplar su crítica ante la Dirección. A pesar de que en este periodo es cuando más problemas ha tenido para expresar orgánicamente su opinión, al no estar dotada la Escuela de una reglamentación adecuada que facilite su representatividad en los órganos de gobierno, el alumnado ha suplido con imaginación y solidaridad esta carencia. Muestra de ello fué la creación de la Asociación de Alumnos de la Escuela Municipal de Teatro, legalizada en 1997, organizadora desde el primer momento de diversos actos que han venido contribuyendo de manera excelente a mantener la cohesión interna de la institución y el acercamiento de sus miembros y estamentos. En Marzo de 1997 apareció el primer número de su boletín informativo, La Butaca, en donde son frecuentes las colaboraciones de alumnos y profesores.

 

3. 4. Los problemas.

 La EMT durante este periodo ha funcionado sin una reglamentación interna. Paradójicamente, como ya hemos mencionado, en Julio de 1992 el Pleno del Ayuntamiento aprobó un Reglamento que, por diversas y variadas razones, no llegó a tener aplicación práctica. Ni que decir tiene que en muchos momentos la simple aplicación de una normativa escrita y conocida hubiera supuesto perder menos tiempo y menos energía tanto a la Dirección como al Claustro de Profesores. Por otro lado, esta ausencia ha sido la causante de innumerables problemas a la hora de atribuir responsabilidades concretas y de establecer unos cauces verdaderamente representativos de participación en la vida escolar. Dicho de otra manera, ha sido necesario inventarse día a día una normativa que nos sacara del atolladero en más de alguna ocasión.

 Ya hemos mencionado otro problema importante: la EMT ha pasado por las manos políticas de diversos concejales. Cuando éstos estuvieron verdaderamente interesados en la vida escolar, en conocer sus problemas y en agilizar las soluciones, todo fue bien. Cuando sus obligaciones políticas fueron tan amplias que la EMT no fue más que una dependencia perdida en el organigrama general de sus responsabilidades, todo, desde invitar a un profesor a impartir un seminario hasta adquirir una simple escoba, se convirtió en un problema de difícil solución. Hemos carecido, por tanto, de estabilidad y autonomía, requisitos necesarios para el correcto funcionamiento de una estructura de carácter pedagógico como la nuestra.

 Mencionaremos en último lugar el asunto más grave. No se ha solucionado de una manera justa y razonable la situación del profesorado. Los Profesores Coordinadores reclaman desde hace muchos años una equiparación parecida a la de los profesores de otras escuelas similares. Sus retribuciones son muy bajas y la Categoría laboral que el Ayuntamiento les asigna no están en consonancia con la dificultad y la alta especialización de las tareas pedagógicas que desempeñan. El llamado profesorado auxiliar que desde hace tantos años lucha por conseguir la contratación a jornada completa no ha obtenido nunca más que desaires, retrasos y dilaciones. Por si fuera poco, en los últimos meses se ha visto recrudecido el problema al haberles sido descontada de su nómina mensual un Complemento que hace unos años se les incluyó como fórmula para solucionar, en parte, la baja cuantía de sus emolumentos. El gobierno municipal actual, ejerciendo sin duda su derecho, no ha querido asumir el acuerdo tomado en su momento por otra mayoría política. La situación de estos compañeros es, por tanto, muy delicada.

 

3. 5. Oficializar nuestros estudios.

 Estamos convencidos de que si examinamos lo que ha sido nuestra trayectoria durante estos dieciocho años de funcionamiento, en donde hemos cumplido un servicio público del que se han beneficiado decenas de actores y actrices que ahora son los profesionales más destacados del teatro aragonés, y la valoramos a la luz de los problemas que hemos tenido que superar, a fuerza tantas veces de voluntarismo de ilusión y amor por nuestro trabajo, nuestra tarea adquiere ribetes de ejemplaridad. Por eso, porque queremos terminar definitivamente esta situación de permanente inestabilidad, de perpetua provisionalidad, afianzando los puestos de trabajo de nuestro profesorado, y porque queremos desarrollar más y mejor nuestra línea de trabajo, es por lo que estamos convencidos de que el siguiente paso no es otro que el de conseguir la oficialización de las enseñanzas aquí impartidas. En esa dirección hemos ido siempre. No queremos esperar más para que ese sueño se haga realidad.

 Estimamos que el momento en el que van a transferirse las competencias educativas a nuestra comunidad autónoma es el adecuado para conseguirlo.

 

Apendice 1:

Artículos, reseñas, críticas periodísticas.

 Alonso, Sara.

La Escuela de Teatro estrena «Woyzeck» en el Principal.

El Periódico de Aragón. Zaragoza, 12 de Junio 1992.

 

Andú, Fernando.

Un cuento triste.

Heraldo de Aragón. Zaragoza 15 de Junio 1992.

 

Anós, Mariano.

Teatro, resistencia.

«La calle de todos». Zaragoza, Noviembre 1994.

 

Arellano, Javier.

Muestras del teatro de todo el país.

El DIA. Zaragoza, 9 de Junio 1987.

 

Bruned, María José.

Escuela Municipal de Arte Dramático. Los actores de Zaragoza estrenan escuela.

Heraldo de Aragón. Zaragoza, 8 de Noviembre 1989.

 

Campos, Lola.

Francisco Ortega, Director de la Escuela Municipal de Teatro. «Los alumnos van a modificar la realidad del teatro de aquí».

El DIA. Zaragoza, 23 Diciembre 1982.

 

Cariñena, Mariano.

Sobre la Escuela Municipal de Teatro

«La calle de todos». Zaragoza, Noviembre 1994.

 

Cartagena, Rebeca.

«La reunión» y «Algo saldrá» se presentan en el Mercado. Interpretadas por los alumnos de la Escuela Municipal de Teatro.

Heraldo de Aragón. Zaragoza 13 de Febrero 1998.

 

Cartagena, Rebeca.

Interpretada por los alumnos de la Escuela Municipal de Teatro. «La ópera de 3 centavos», de Brecht, en el Principal.

Heraldo de Aragón. Zaragoza 10 de Junio de 1998.

 

D.M.

Estreno de «Gestos para nada».

El Dia. Zaragoza 8 de Junio 1987.

 

Don Juan y si estuvieras aquí…» Hoy se despide el montaje de la Escuela de Teatro.

Heraldo de Aragón. Zaragoza, 28 de Junio 1987.

 

El Jueves estrenan «Don Juan… y si estuvieras aquí en la Sala del Mercado. Los alumnos de la Escuela de Teatro vienen pegando fuerte.

El DIA. Zaragoza, 23 de Junio 1987.

 

Escuela Municipal de Teatro de Zaragoza.

Don Juan… y si estuvieras aquí, de Benito de Ramón. Dirección de Francisco Ortega.

Reseña del Anuario Teatral 1987. El Publico. Madrid 1988.

 

Escuela Municipal de Teatro de Zaragoza.

La Sed del Fuego, de Alfonso Plou. Dirección de José Ortega.

Reseña del Anuario Teatral 1989. El Público. Madrid 1990.

 

Exito del teatro zaragozano en Londres. Actuó el Taller de Interpretación de la Escuela.

Heraldo de Aragón. Zaragoza, 31 de Octubre 1987.

 

Finaliza el Encuentro de Escuelas de Teatro.

Heraldo de Aragón. Zaragoza, 10 de Junio 1987.

 

García, Juan Carlos.

«La Conferencia de los pájaros», una maravillosa matáfora de la Humanidad.

El DIA. Zaragoza, 1 de Abril 1985.

 

Gestos para nada», un ejercicio de actores para la Escuela de Teatro.

Diario 16. Zaragoza, 9 de Junio 1987.

 

Gordon, Juan A.

Jóvenes actores aragoneses, a escena. Los alumnos de la Escuela Municipal de Teatro de Zaragoza presentan «Madame de Sade» y «La gran Cenobia».

Heraldo de Aragón. Zaragoza 17 de Marzo de 1995.

 

Guillén, Enrique.

Escuela Municipal de Arte Dramático. Una reforma en el aire.

Andalán nº 285. Zaragoza, Septiembre 1980.

 

J.A.G.

Los nuevos actores de Aragón, a escena.

Heraldo de Aragón. Zaragoza 13 de Junio 1992.

 

J.A.G.

La Escuela Municipal de Teatro, a escena.

Heraldo de Aragón.Zaragoza, 12 de Junio de 1994.

 

La Escuela de Teatro presenta sus montajes en el Principal.

Heraldo de Aragón. Zaragoza, 12 de Junio 1996.

 

La Escuela Municipal de Teatro va a comenzar el curso sin problemas.

El DIA. Zaragoza, 13 de Septiembre 1984.

 

Lafuente, Javier.

Alumnos de la Escuela de Teatro actuarán en Londres. Zaragoza puede convertirse en pionera de los intercambios escénicos entre España y los paises europeos.

Heraldo de Aragón. Zaragoza, Mayo 1987.

 

Los alumnos de la Escuela de Teatro, a escena.

Heraldo de Aragón. Zaragoza, 9 de Junio 1987.

 

Llagostera, Luisa.

La Escuela Municipal de Arte Dramático.

Heraldo de Aragón. Zaragoza, 21 Noviembre 1984.

 

Martínez, Raimundo.

Un cuartel convertido en Escuela.

Hoja del Lunes. Zaragoza 29 de Marzo de 1982.

 

Martínez Alfonso, Carmen.

Los actores del futuro revisan el medio teatral. Zaragoza, anfitriona de la primera muestra de escuelas dramáticas de la Administración. Un ejercicio de interpretación firmado por José Sanchis.

Diario 16. Zaragoza, 6 de Junio 1987.

 

M.G.A.

«Gestos para nada» o el hecho teatral. La Escuela de Zaragoza presenta la obra de fin de curso.

Heraldo de Aragón. Zaragoza, 8 de Junio 1987.

 

Nuevo director de la Escuela Municipal de Teatro.

Heraldo de Aragón. Zaragoza, 23 Diciembre de 1982.

 

Ollero, Joaquín.

El niño que perdió la poesía del cielo.

El Periódico de Aragón. Zaragoza 15 de Junio 1992.

 

Ortega, Francisco.

Sobre el movimiento teatral en Zaragoza.

Andalán nº 220. Zaragoza, Junio 1979.

 

Ortega, Francisco.

Zaragoza: un horizonte de proyectos.

Pipirijaina nº 14. Madrid, Mayo 1980.

 

Ortega, Francisco.

Un momento crucial para la Escuela.

El DIA. Zaragoza, 26 de Junio 1983.

 

Ortega, Francisco.

Hacia un plan de acción teatral para Aragón.

El DIA. Zaragoza 25 de Septiembre 1983.

 

Ortega, Francisco.

Inventarse una Escuela de Teatro.

El DIA. Zaragoza, 5 de Marzo 1985.

 

Ortega, Francisco.

La Escuela Municipal de Teatro de Zaragoza.

Primer Acto, nº 262. Madrid 1996.

 

Para poner en marcha un plan de profesionalización. La Escuela Municipal de Teatro de Zaragoza espera que el Ayuntamiento triplique sus presupuestos.

Dossier realizado por El DIA. Zaragoza, 26 de Junio 1983.

 

Pérez Aguilar, Manuel.

La SETTAL cara al futuro.

Pipirijaina, Nº 25. Madrid 1983.

 

Puyó, Carmen.

La Escuela Municipal de Teatro en su nueva etapa. Esta considerada como la tercera mejor de España. Su presupuesto de este año podría ascender a diez millones de pesetas.

Heraldo de Aragón. Zaragoza, 30 de Enero de 1983.

 

Puyó, Carmen.

Con «El Mal de la juventud». El Taller de Interpretación se presentó ayer en el Principal.

Heraldo de Aragón. Zaragoza, 30 de Marzo 1983.

 

Puyó, Carmen.

Escuela Municipal de Teatro: la inauguración del curso se retrasa. La anómala situación de siete profesores impide el comienzo de las clases. Francisco Ortega, que ha presentado la dimisión en dos ocasiones, anuncia que abandonará la dirección del centro tan pronto como se solucionen los problemas del mismo.

Heraldo de Aragón. Zaragoza, 2 de Noviembre 1984.

 

Puyó, Carmen.

«La Conferencia de los pájaros», un espectáculo de los alumnos de III curso de la Escuela de Teatro. Será presentado el próximo lunes en el Principal.

Heraldo de Aragón. Zaragoza, 29 de Marzo 1985.

 

Puyó, Carmen.

«Don Juan… y si estuvieras aquí», actores zaragozanos en Londres. El Taller de la Escuela de Teatro estrenará mañana el montaje que proximamente presentará en Gran Bretaña.

Heraldo de Aragón. Zaragoza, 24 de Junio de 1987.

 

Puyó, Carmen.

Cita de escuelas de teatro en Zaragoza. Cuatro espectáculos y varios debates tendrán lugar desde hoy hasta el próximo domingo. Los alumnos aragoneses estrenarán el montaje «Gestos para nada», de Sanchis Sinisterra.

Heraldo de Aragón. Zaaragoza, 6 de Junio de 1990.

 

R.C.

Corazones con freno y marcha atrás en el Principal.

Heraldo de Aragón. Zaragoza, 3 de Junio de 1997.

 

Romero, Concha.

En un pueblo marrón.

El boletín del CIPAJ. Nº 102. Zaragoza, Marzo 1992.

 

Rubio, Jesús.

Una nueva nidada de pájaros.

El DIA. Zaragoza, 3 de Abril 1985.

 

Sancho, Fernando.

Exito del primer «Stage» teatral celebrado en Mora de Rubielos.

Heraldo de Aragón. Zaragoza,12 de Octubre 1980.

 

Sesenta jóvenes en la Escuela Municipal de Teatro que abre nueva matrícula el próximo Junio.

Dossier. El DIA. Zaragoza, 5 de Marzo 1985.

 

T.G.C.

El intercambio llega al Teatro Principal. Los centros de arte dramático de Burdeos y Zaragoza llevan a cabo durante este fin de semana una serie de experiencias conjuntas entre las que destaca la representación de «Así que pasen cinco años» y «Dimanche».

El DIA. Zaragoza, 20 de Marzo 1992.

 

T.G.C.

La sorpresa alucinante de «Woyzeck». Esta noche y mañana, los alumnos de la Escuela de Teatro de Zaragoza representan en el Principal una de las más importantes obras europeas.

El DIA. Zaragoza, 13 de Junio 1992.

 

Vitrac, en el Principal.

Heraldo de Aragón. Zaragoza, 14 de Junio 1996.

 

Woyzeck.

Sud Ouest. Bordeaux, 29 Mayo 1992.

 

«Woyzeck», puesta de largo para la escuela de Teatro.

ABC. Zaragoza 15 Junio 1992.

 

                                               Apendice 2

                                      Cursillos, estages, etc

 

1980

Septiembre.

Del 14 al 23. Stage Teatral en Mora de Rubielos (Teruel). Profesores: Luis Felipe Alegre, Albert Boadella, Magüi Mira, Francisco Ortega, Pawel Rouba, Fernando Roy, José Sanchis Sinisterra. Coordinación: Francisco Ortega.

 

 1981

 Marzo.

Días 24, 25 y 26. Clases de Teoría Teatral y Dramaturgia a cargo de José Sanchis Sinisterra.

 Abril.

Del 13 al 15. Cursillo de Voz y Método Alexander a cargo de Michael y Anna MacCallion.

 Mayo.

Clases de Historia del Teatro a cargo de Juan Antonio Hormigón.

 Julio.

Del 1 al 7. Cursillo de Perfeccionamiento Pedagógico teatral con los niños a cargo de Alfredo Mantovani.

 Agosto- Septiembre.

Del 30 hasta el día 10. Stage Teatral en Olot. Profesores: Manuel Lillo, Antonio Malonda, Magüi Mira.

 

1982

Diciembre.

Se presenta el taller de Interpretación de Tercer Curso. «El público», de Federico García Lorca. Dirección: Joan Ollé.

 

1983

Febrero.

Día 25. Conferencia sobre Antonin Artaud dentro del Ciclo «Teatro y Vanguardia», a cargo de José Luis Rodríguez.

Marzo.

Día 25. Conferencia sobre Els Joglars dentro del Ciclo «Teatro y Vanguardia» a cargo de Albert Boadella.

Días 29 y 30. Presentación en el Teatro Principal de Zaragoza del Taller de Tercer Curso. «El mal de la juventud», de Ferdinand Brukner. Dirección: Jordi Mesalles.

Cursillo de Construcción de Máscaras a cargo de Pepe Peinado.

Mayo.

Curso de Acrobacia a cargo de Ricard Sierra.

Junio.

Presentación del Taller de Tercer Curso. «Sobre la Comedia dell’Arte». Dirección: Luigi Ottoni.

La EMT se encarga de organizar y moderar los debates dentro del Festival Internacional de Teatro de Zaragoza.

 

Julio.

Stage en Panticosa sobre realización de Videos para teatro. Profesor: Carles Roig.

Diciembre.

Presentación del Taller de Tercer Curso. Sangre en el cuello del gato, de Rainer W. Fassbinder. Dirección: Pilar Laveaga.

Cursillo de Construcción de Marionetas.

 

1984

Abril.

Asisten alumnos de la EMT al Cursillo actoral que imparte Richard Cieslak en la Escuela de Teatro «Simón Abril», de Albacete.

 

1985

Abril.

Cursillo de Iluminación Teatral a cargo de Eric Teunnis.

 

1986

Marzo.

Taller e Interpretación de Tercer Curso. «Sueños de juventud», de David Edgard. Dirección de Luis Maluenda.

Cursillo de Maquillaje, a cargo de Natividad Casanova. Cursillo de Ritmo a cargo de Javier Armisén. Cursillo de Voz y Técnica Alexander a cargo de Michael y Anna MacCallion. Cursillo de Iluminación a cargo de Javier Anós.

 

1987

Marzo-Mayo.

Cursillo de Acrobacia a cargo de Pilar Serrat.

Mayo.

Del  al 16. Cursillo de Marionetas de Hilo a cargo de Julia Pérez Aguilar.

 

1988

Marzo.

Cursillo de Producción y Gestión Teatral a cargo de Manuel Pérez Aguilar.

Día 18: Conferencia del dramaturgo sueco Per Olov Enquist.

 

1989

Enero.

Día 18 hasta el 10 de Marzo. Cursillo de Acrobacia a cargo de Pilar Serrat.

Marzo.

Taller de Tercer Curso. «Las arrecogías del beaterio de Santa María Egipcíaca», de José Martín Recuerda. Dirección: Heine Mix Toro.

Junio.

Taller de Tercer Curso. «La Sed del fuego», de Alfonso Plou. Dirección: José Ortega López.

 

1990

Febrero-Marzo.

Cursillo de construcción de máscaras a cargo de Pepe Peinado.

 

Mayo-Junio.

Curso de Voz a cargo de María Jesús Andany.

 

Junio.

Del 6 al 9 la EMT organiza la Primera Muestra de Escuelas de la Administración Local. Día 6: Apertura a cargo de Nuria Espert. Intervenciones sucesivas de Joan Ollé, Jaume Melendres, Ricardo Doménech, Juan Pastor y Francisco Ortega, directores de los espectáculos presentados.

 

1991

Enero-Junio.

Clases de Boris Rotenstein.

Junio.

Taller de Tercer Curso. «En Casa ajena», de Ludmila Petrusvkaia. Dirección: Boris Rotenstein.

 

1996

Marzo-Junio.

Cursillo de Comedia dell’Arte impartido por Luigi Ottoni.

Junio.

Taller de Postgraduados. «Los enamorados», de Carlo Goldoni. Dirección: Luigi Ottoni.

 

1997

Noviembre-Diciembre.

Comienza la primera fase del Taller de Escritura Dramática a cargo de Alfonso Plou.

 

 

                                               Apendice 3

                                      Talleres de Tercer Curso.

 

         1. El Público, de Federico García Lorca. Dirección: Joan Ollé.

Intérpretes: Juan Ramón Benaque, Eusebio Gay, Miriam Ginés, Elena Gómez, Mariano Gracia, Antonio Majén, Alfonso Manjavacas, Jesús Sesma, Ana Tabuenca.

Presentado en los locales de la Escuela Municipal de Teatro en Diciembre de 1982.

 

         2. El mal de la juventud, de Ferdinad Bruckner. Dirección de Jordi Mesalles. Espacio escénico y Vestuario: Mariano Cariñena. Interpretes: Juan Ramón Benaque, Eusebio Gay, Gema Ginés, Miriam Ginés, Elena Gómez, Mariano Gracia, Antonio Magén, Alfonso Manjavacas, Jesús Sesma, Ana Tabuenca.

Presentado en el Teatro Principal los días 29 y 30 de Marzo de 1983.

 

         3. Sobre la Comedia dell’Arte, a partir de textos de Carlo Goldoni. Dirección: Luigi Ottoni. Traducción de Mariano Anós. Pinturas de Isidro Ferrrer.

Intérpretes: Juan Ramón Benaque, Eusebio Gay, Miriam Ginés, Elena Gómez, Mariano Gracia, Antonio Majén, Alfonso Manjavacas, Ana Tabuenca.

Presentado en el Teatro del Mercado en Junio de 1983.

 

         4. Sangre en el cuello del gato, de Rainer W. Fassbinder. Dirección: Pilar Laveaga.

Intérpretes: Monserrat Allentorn, Lydia Andaluz, Pilar Bagues, Maribel Chueca, Ana González, Carlos Martín, Gabriel Moreno, Carmen Navales, Pepe Peinado, Pedro Rebollo.

Presentado en el Teatro del Mercado en Diciembre de 1983.

 

         5. Tiranía y derrota del Rey Barrigota, de Mariano Cariñena. Espacio escénico y dirección: Mariano Cariñena. Vestuario: Marisol Albiac.

Intérpretes: Monserrat Allentor, Lydia Andaluz, Pilar Bagues, Maribel Chueca, Ana González, Balbino Lacosta, Carlos Martín, Gabriel Moreno, Carmen Navales, Pepe Peinado, Pedro Rebollo.

Presentado en el Teatro Principal el día 1 de Junio de 1984.

 

         6. La conferencia de los pájaros, de Farid Uddin Attar. Versión y direción: Francisco Ortega. Ayudante de direción: Lola Pina. Espacio escénico e iluminación: Eric Teuniss. Vestuario: Marisol Albiac. Iluminación: Pablo Royo. Percusión: Pedro Peralta.

Intérpretes: Fernando Abellán, Eva Balaguer, María José Calvo, Isidro Ferrer, Miguel Galbe, Angeles Garde, Nuria Herreros, Pilar Juberías, Balbino Lacosta, María López, Carmen Marín, Francisco de Miguel, Martina Pérez, Alfonso Plou, Flor Rincón, Enrique Velilla.

Presentado en el Teatro Principal el 1 y 2 de Abril de 1985.

 

         7. Bodas de sangre, de Federico García Lorca. Dirección: Mariano Anós. Espacio escénico: Mariano Anós. Iluminación: Javier Anós. Vestuario: Pilar Laveaga. Máscaras: José Peinado. Música: Javier Armisén

Intérpretes: Fernando Abellán, Eva Balaguer, María José Calvo, Isidro Ferrer, Miguel Galbe, Angeles Garde, Nuria Herreros, Pilar Juberías, Balbino Lacosta, María López, Carmen Marín, Francisco de Miguel, Martina Pérez, Alfonso Plou, Flor Rincón, Enrique Velilla.

Presentado en al Anfiteatro del Rincón de Goya el día 6 de Julio de 1985.

 

         8. Sueños de juventud, de David Edgard. Dirección: Luis Maluenda. Ayudante de dirección: María José Moreno. Espacio escénico: Mariano Cariñena. Iluminación: Pablo Royo. Vestuario: Marisol Albiac.

Interpretes: Angel de Blas, Clara García, Juan Carlos Giménez, Eva Gracia, Manuel Gutiérrez, Inmaculada Magallón, Pilar Molinero, Joaquín Murillo, Gloria Ollero, Laura Plano, Mariano Villagrasa.

Presentado en el Teatro del Mercado en Marzo de 1986.

 

         9. La Ronda, de Arthur Schniztler. Dirección: Mariano Cariñena. Espacio escénico: Mariano Cariñena. Vestuario: Marisol Albiac. Iluminación: Pablo Royo.

Interpretes: Angel de Blas, Clara García, Juan Carlos Giménez, Eva Gracia, Manuel Gutiérrez, Inmaculada Magallón, Pilar Molinero, Joaquín Murillo, Gloria Ollero, Laura Plano, Mariano Villagrasa.

Presentado en el Teatro del Mercado en Junio de 1986.

 

         10. La cárcel de Sevilla, de Miguel de Cervantes. Dirección: Mariano Cariñena.

Intérpretes: María Jesús Castrillo, Francisco Collado, José Luis Esteban, Soledad Fallola, Felicidad Galindo, Juan Carlos Gracia, Cristina de Inza, Rosa Lasierra, Silvia Mascaray, Ana Cristina Mateo, María Pérez, Jesús Pescador, Alicia Rabadán, José Luis Sanz, Fernando Soriano, Carmen Tierz.

Presentado en los locales de la EMT en Abril de 1987.

 

         11. Don Juan… y si estuvieras aquí, de Benito de Ramón. Dirección: Francisco Ortega. Ayudantes de dirección: María José Calvo, Marisa Nolla, Carlos Seral. Pintura: José Luis Cano. Iluminación: Gregorio Germes.

Intérpretes: María Jesús Castrillo, Francisco Collado, José Luis Esteban, Soledad Fallola, Felicidad Galindo, Juan Carlos Gracia, Cristina de Inza, Rosa Lasierra, Silvia Mascaray, Ana Cristina Mateo, María Pérez, Jesús Pescador, Alicia Rabadán, José Luis Sanz, Fernando Soriano, Carmen Tierz.

Presentado en el Teatro del Mercado durante los días 25 al 28 de Junio de 1987. Presentado en cinco localidades de la provincia de Zaragoza en Julio. Presentado en el teatro de la Weber Douglas Academy of Dramatic Art de Londres el día 28 de Octubre.

 

         12. Shakespeare Memory, de Benito de Ramón a partir de textos de William Shakespeare. Dirección: Francisco Ortega.

Intérpretes: Julia Carrasco, Pilar Conesa, Rosa Cuartero, Elena Garrido, Cristina González, José Manuel Melero, Luis Merchán, Amparo Nogués, Victoria Piazuelo. Colaboración de Arturo Pallás.

Presentado en los locales de la EMT en Febrero de 1988.

 

         13. Por los pueblos, de Peter Handke. Traducción de Eustaquio Barjau. Dirección: Mariano Anós. Ayudante de dirección: Luis Merchán. Espacio escénico: Mariano Anós. Realización escenográfica: Pepe Peinado. Vestuario: Pilar Laveaga. Iluminación: Javier Anós. Pantomima: Miguel Garrido.

Intérpretes: Julia Carrasco, Pilar Conesa, Rosa Cuartero, Elena Garrido, Cristina González, José Manuel Melero, Luis Merchán, Amparo Nogués, Victoria Piazuelo.

Presentado en el Teatro del Mercado en Junio de 1988. Posteriores representaciones en el Institut del Teatre de Barcelona y Escuela Navarra de Teatro.

 

         14. Las arrecogías del beaterio de Santa María Egipciaca, de José Martín Recuerda. Dirección: Heine Mix.

Intérpretes: María José Bendicho, Sagrario Cotaina, Cristina Járboles, Mariano Lasheras, Luisa Peralta, María Jesús Pérez, María José Sarrate, Clara Ullate.

Presentación en los locales de la EMT en Marzo de 1989.

 

         15. La sed del fuego, de Alfonso Plou. Dirección: José Ortega López.

Intérpretes: María José Bendicho, Sagrario Cotaina, Cristina Járboles, Mariano Lasheras, Luisa Peralta, María Jesús Pérez, María José Sarrate, Clara Ullate.

Presentación en el patio del Museo Provincial de Zaragoza los días 1 y 2 de Julio de 1989. Presentación previa en el Institut del Teatre de Barcelona.

 

         16. Maquina Hamlet, de Heiner Müller. Dirección: José Ortega López.

Intérpretes: Pilar Aliaga, Inmaculada Cáceres, Monserrat Carrillo, Alicia Enriquez, Nieves García, José Manuel Juárez, Carmen Jurado, Ana Marín, Asunción Trallero, Manuel Vela.

Presentación en Febrero de 1990 en la EMT.

 

         17. Gestos para nada, de José Sanchis Sinisterra. Dirección: Francisco Ortega. Ayudante de dirección: Marissa Nolla. Espacio escénico: Mariano Cariñena. Realización escenográfica: Pepe Peinado. Vestuario: Asunción Trallero. Iluminación: Chemma Laurentis y Eric Teunnis. Banda sonora: Paco Aguarod. Maquillaje: Ana Bruned. Diseños gráficos: Nieves García.

Intérpretes: Pilar Aliaga, Inmaculada Cáceres, Monserrat Carrillo, Alicia Enriquez, Nieves García, José Manuel Juárez, Carmen Jurado, Ana Marín, Asunción Trallero, Manuel Vela.

Presentación en el Teatro Principal de Zaragoza durante los días 8 y 9 de Junio de 1990 dentro de la Primera Muestras de Escuelas de la Administración Local. Posterior presentación en el Institut del Teatre de Barcelona.

 

         18. Dimanche, de Michel Deuztsch. Dirección: Rafael Campos.

Intérpretes: Jesús Arbués, María José Braviz, Pilar Gascón, Rosario Hernández, Alfonso Pablo, Miguel Pardo, Mercedes Sanz, Yolanda Serrano.

Presentación en los locales de la EMT en Febrero de 1991.

 

         19. En casa ajena, de Ludmila Petruvskaia. Dirección: Boris Rotenstein. Espacio escénico: Boris Rotenstein.

Intérpretes: Jesús Arbués, María José Braviz, Pilar Gascón, Rosario Hernández, Alfonso Pablo, Miguel Pardo, Mercedes Sanz, Yolanda Serrano.

Presentación en el Teatro Principal en Junio de 1991. Posterior presentación en Teruel y en Sevilla, dentro de la II Muestra de Escuelas de Teatro. Se presenta igualmente en Burdeos dentro de la colaboración entre la EMT y el Centro André Malraux.

 

         20. Florilegio, a partir de textos de Rubén Darío. Dirección: Mariano Anós.

Intérpretes: Carlos Alcolea, Gema Bernad, Jesús Bernal, Ana Casorrán, Nacho Embid, Tomás Ezquerra, Beatriz Gallizo, Adela Gotor, Mónica Gracia, Celia de Juan, Christian Lebon, Laura Paraiso, Blanca Resano, Jorge Sorrosal.

Presentación en los locales de la EMT en Febrero de 1992.

 

         21. Dimanche, de Michel Deutsch. Dirección: Rafael Campos. Ayudante de direción: Lidia Andaluz. Coreografía: Nieves García. Iluminación: Paco Sevilla. Escenografía: José Peinado. Maquillaje: Ana Bruned. Vestuario: Asun Trallero. Diseño gráfico: Nieves García.

Taller de Postgraduados de la EMT.

Intérpretes: Rosa Cuartero, Nieves García, Elena Garrido, Gema Ginés, José Manuel Juárez, Ana Marín, Antonio Merino, Yolanda Serrano.

Presentación en el Teatro Principal de Zaragoza en Febrero de 1992.

 

         22. Woyzeck, de George Büchner. Adaptación y dirección: Francisco Ortega. Ayudantes de dirección: Felix Martín y Miguel A. Ortiz. Espacio escénico, Atrezzo y Vestuario: Pepe Peinado. Iluminación: Paco Sevilla. Composición musical: Javier Armisén. Profesora de canto: Mercedes Gota. Banda sonora: Paco Aguarod. Acordeón: Nacho Embid. Diseño gráfico: Nieves García.

Intérpretes: Carlos Alcolea, Gema Bernad, Jesús Bernal, Ana Casorrán, Nacho Embid, Tomás Ezquerra, Beatriz Gallizo, Adela Gotor, Mónica Gracia, Celia de Juan, Christian Lebon, Laura Paraiso, Blanca Resano, Jorge Sorrosal.

Presentación en el Theatre de la Lune de Bourdeaux el 9 de Junio de 1992. Posterior presentación el Teatro Principal de Zaragoza, Casa de Cultura de Getafe (Madrid) y Teatre Alegría, de Tarrassa (Institut del Teatre de Barcelona).

 

         23. Acciones-Espectáculo sobre la vida y la obra de Francisco de Goya, Luis Buñuel y los poetas aragoneses. Dirección: Francisco Ortega. Ayudante de dirección: Joaquín Murillo. Elementos de Atrezzo y Vestuario: Mario Piombi. Colaboración técnica: Leon Zaldívar.

Intérpretes: Javier Aranda, José Ramón Bergua, Jesús Bernal, Monserrat Carrillo, Ana Casorrán, Susana Cilleruelo, Natalia Cubero, Carmen Esteban, Pilar Esteban, Adela Gotor, Juan Heli, Celia de Juan, Rosa Lasierra, Sascha Montenegro, Joaquín Murillo, Miguel A. Ortiz, Laura Paraiso, María Angeles Pueo, Azucena Roda, Rosa Saez, Fernando Soriano.

Presentación en la Exposición Universal de Sevilla, el 1 de Octubre de 1992, festividad del «Día de Zaragoza».

 

         24. Roberto Zucco, de Bernard Marie Koltès. Dirección: Francisco Ortega. Iluminación: Paco Sevilla.

Intérpretes: Yolanda Delgado, Silvia Gatón, Juan Heli, Ana Huguet, Pepe India, Esteban Oliver, Azucena Roda.

Presentación en los locales de la EMT los días 13 y 14 de Febrero de 1993.

 

         25. Camino de Wolokolamsk, de Heiner Müller. Versión de Jorge Reichman. Dirección: Mariano Anós. Iluminación: Paco Sevilla.

Intérpretes: Javier Aranda, Natalia Cubero, Pilar Esteban, Ruth Rauli, Ruth Sánchez, Laura Villafranca.

Presentado en el Teatro del Mercado en Febrero de 1993. Posterior presentación en Sitges (Barcelona) dentro de la III Mostra d’Escolas de Teatre, en el mes de Junio.

 

         26. Andrómaca, de Jean Racine. Traducción de Rosa Chacel. Dirección: Rafael Campos. Iluminación: Paco Sevilla.

Intérpretes: Menchu Esteban, Juan López, Sascha Montenegro, Maite Navales, Lucía Pardo, Rosa Saez, Nicolas Vayssié.

Presentado en el Teatro del Mercado en Febrero de 1993.

 

         27. Preparadise Sorry Now, de Rainer W. Fassbinder.  Dirección: Mariano Cariñena. Espacio escénico: Mariano Cariñena. Iluminación: Paco Sevilla.

Intérpretes: Javier Aranda, Natalia Cubero, Menchu Esteban, Juan López, Ana Lucía Pardo, Ruth Rauli, Azucena Roda, Ruth Sánchez, Nicolas Vayssié.

Presentación en el Teatro Principal el día 12 de Junio de 1993.

 

         28. El Clown. Sobre textos de Karl Valentin. Dirección: Miguel Garrido. Ayudante de dirección: María José Sarrate. Espacio escénico: Miguel Garrido. Pintura: Mariano Anós. Maquillaje: Mónica Gracia. Vestuario y Atrezzo: María José Sarrate.

Intérpretes: Yolanda Delgado, Pilar Esteban, Silvia Gatón, Ana Huguet, Pepe India, Juan Heli, Sascha Montenegro, Maite Navales, Esteban Oliver, Rosa Saez, Laura Villafranca.

Presentado en el Teatro del Mercado el día 13 de Junio de 1993.

 

         29. Pentesilea, de Heinrich Von Kleist. Dirección: Rafael Campos. Escenografía: Rafael Campos y Mariano Cariñena. Iluminación: Paco Sevilla. Preparación de Aikido: Anabel Hernández.

Intérpretes: Marisol Aznar, Bárbara Caso, Susana Cilleruelo, Francisco Fraguas, Ana Garcés, Raquel Lerín, Pedro Martínez, Alfonso Palomares, Ana Cristina Paris, Luis Rabanaque, Lilian Violade, Rosa Vivas.

Presentado en el Teatro Principal el día 13 de Junio de 1994. Posterior presentación en el Centro André Malraux de Bourdeaux.

 

         30. Claros del bosque, de María Zambrano. Adaptación y dirección: Mariano Anós. Espacio escénico: Mariano Anós. Vestuario: Pilar Laveaga. Iluminación: Javier Anós.

Intérpretes: Javier Aranda, Virginia Ardid, Olga Arnal, Yolanda Delgado, Silvia Gatón, Pepe India, Sacha Montenegro, Bárbara Pedrayes, Ruth Sánchez.

Presentación en el Teatro Principal el 14 de Junio de 1994. Posterior presentación en el Centro André Malraux de Bourdeaux.

 

         31. Madame de Sade, de Yukio Mishima. Dirección: Francisco Ortega. Ayudante de dirección: Miguel A. Ortiz. Maquillaje: Mariano Cariñena. Vestuario y Coreografía: Nieves García.

Intérpretes: Olga Arnal, Marisol Aznar, Bárbara Caso, Susana Cilleruelo, Ana Garcés, Bárbara Pedrayés, Liliana Violade, Rosa Vivas.

Presentación en el Teatro Principal del 16 al 18 de Marzo de 1995.

 

         32. La Gran Cenobia, de Pedro Calderón de la Barca. Dirección: Mariano Anós. Ayudante de dirección: Javier Aranda. Vestuario: Pilar Laveaga. Iluminación: Javier Anós. Pantomima: Amparo Nogués.

Intérpretes: Francisco Fraguas, Raquel Lerín, Pedro Martínez, Alfonso Palomares, Ana Cristina París, Luis Rabanaque, Ruth Raulí.

Presentación en el Teatro Principal del 17 al 19 de Marzo de 1995.

 

         33. Proxémicas, de Rafael Campos. Vestuario, espacio escénico y dirección: Rafael Campos. Iluminación; Paco Sevilla.

Intérpretes: Nestor Arnás, Marisol Aznar, Susana Cilleruelo, Pablo Lagartos, Ruth Raulí, Lilián Violade, Rosa Vivas.

Presentación en el Teatro Principal en día 9 de Junio de 1995.

 

         34. Amores, prejuicios e intereses. Recortes erótico-ideológicos de Bernard Shaw. Dirección: Mariano Cariñena. Iluminación: Paco Sevilla. Espacio escénico: Mariano Cariñena. Vestuario: Marisol Albiac.

Intérpretes: Virginia Ardid, Olga Arnal, Raquel Lerín, Pedro Martínez, Ana Cristina París, Bárbara Pedrayés, Raúl Sanz.

Presentado en el Teatro Principal el día 10 de Junio de 1995.

 

         35. Farsa y licencia de la reina castiza, de Ramón del Valle-Inclán. Dirección: Mariano Anós. Vestuario: Pilar Laveaga. Iluminación: Javier Anós.

Intérpretes: Ana José Bóveda, Monica Callejo, Bárbara Caso, Francisco Fraguas, Esther Franco, Ana Garcés, Ana García, Ana Ordóñez, Luis Orna, Alfonso Palomares, Marisa Pereta, Xabi Rodríguez.

Presentación en el Teatro Principal el día 11 de Junio de 1995.

 

         36. Hiroshima, mon amour, de Marguerite Yourcenar. Dirección: Mariano Anós. Ayudante de dirección: Enrique Saludas.

Intérpretes: Néstor Arnas, Ana José Bóveda, Mónica Callejo, Esther Franco, Ana García, Pablo Lagartos, Ana Ordóñez, Luis Orna, Marisa Pereta, Xabier Rodríguez, Raúl Sanz.

Presentado en los locales de la EMT en Marzo de 1996.

 

         37. Los enamorados, de Carlo Goldoni. Traducción: Mariano Anós. Dirección: Luigi Ottoni. Escenografía: Fabrizio Mariani. Vestuario: Diana Bartolini. Máscaras: Pier Angelo Ottusi. Iluminación: Paco Sevilla.

Taller de Postgraduados de la EMT.

Intérpretes: Mariano Anós, Javier Aranda, Virginia Ardid, Francisco Fraguas, Ana Garcés, Luis Merchán, Miguel Pardo, Lucía Pardo, Pedro Rebollo, Cristina Yáñez.

Presentado en el Teatro Principal los días 11 y 12 de Junio de 1996.

 

         38. Víctor o los niños al poder, de Roger Vitrac. Adaptación y Dirección: Francisco Ortega. Traducción castellana de Marissa Nolla y Francisco Ortega. Asistente a la dirección: Enrique Saludas. Ayudante de dirección: Marissa Nolla. Espacio escénico: Mariano Cariñena. Diseño de Vestuario: Nieves García. Iluminación: Paco Sevilla. Adiestramiento corporal: Amparo Nogués.

Intérpretes: Nestor Arnas, Ana José Bóveda, Mónica Callejo, Esther Franco, Ana García, Pablo Lagartos, Ana Ordóñez, Luis Orna, Marisa Pereta, Xabier Rodríguez, Raul Sanz.

Presentado en el Teatro Principal los días 13 y 14 de Junio de 1996.

 

         39. Eleutheria, de Samuel Beckett. Adaptación y dirección: Rafael Campos. Vestuario: Marga Germán. Escenografía: Mariano Cariñena. Iluminación: Paco Sevilla.

Intérpretes: Nerea Barrios, Richard Berenguel, Pablo Blanco, Susana Fernández, Blanca Ferrero, Pilar de la Fuente, Laura Gómez Lacueva, Juan Carlos Guillén, Concha Guiu, David Gutiérrez, Ana Lapetra, Rosa Martínez.

Presentado en el Teatro Principal los días 25 y 26 de Marzo de 1997.

 

         40. Cuatro corazones con freno y marcha atrás, de Enrique Jardiel Poncela. Dirección: Mariano Cariñena. Ayudantes de dirección: Cristina París y Blanca Ferrero. Iluminación: Paco Sevilla. Escenografía: Mariano Cariñena. Peluquería y Maquillaje: José Carlos Marín.

Intérpretes: Richard Berenguel, Pablo Blanco, Susana Fernández, Blanca Ferrero, Pilar de la Fuente, Javier Gerique, Laura Gómez Lacueva, Juan Carlos Guillén, Concha Guiu, David Gutiérrez, Ana Lapetra, Rosa Martínez, Jorge Sorrosal.

Presentado en el Teatro Principal el día 3 de Junio de 1997.

 

         41. La reunión, de Mariano Cariñena. Dirección: Mariano Cariñena.

Intérpretes: Javier Bruna, Javier Carrascosa, Daniel Durán, María Ferrer, Paco Formento, Silvia García de Pe, Lucía Grafal, Arancha Martín, Susana Miranda, Beatriz Ortez, Ana María Pavía, Marian Perea, Amanda Recacha.

Presentación en el Teatro del Mercado desde el 13 al 15 de Febrero de 1998.

 

         42. Algo saldrá. Dirección: Mariano Anós.

Intérpretes: Javier Bruna, Javier Carrascosa, Daniel Durán, María Ferrer, Paco Formento, Silvia García de Pe, Lucía Grafal, Arancha Martín, Susana Miranda, Beatriz Ortez, Ana María Pavía, Marian Perea, Amanda Recacha.

Presentación en el Teatro del Mercado desde el 13 al 15 de Febrero de 1998.

 

         43. La opera de 3 centavos, de Bertolt Brecht. Dirección: Rafael Campos. Música: Kurt Weill. Pianista: Javier Laboreo. Coreografía: Cristina Yañez. Escenografía: Rafael Campos. Vestuario: Taller de Tercer Curso.

Intérpretes: Javier Bruna, Javier Carrascosa, Daniel Durán, María Ferrer, Paco Formento, Silvia García de Pe, Lucía Grafal, Arancha Martín, Susana Miranda, Beatriz Ortez, Ana María Pavía, Marian Perea, Amanda Recacha.

Presentación en el Teatro Principal desde el 10 al 12 de Junio de 1998.

 

         44. Los Beatles contra los Rolling Stones, de Jordi Mesalles y Miquel Casamayor. Dirección: Francisco Ortega. Espacio escénico: Mariano Cariñena. Iluminación: Paco Sevilla. Vestuario: Nieves García y Taller de Tercer Curso. Ayudante de dirección: María Ferrer. Banda sonora grabada en el Laboratorio de Sonido del Excmo. Ayuntamiento de Zaragoza. Colaboración musical de la Escuela de Música. Canción compuesta por Tomás Ezquerra.

Intérpretes: Francisco Cañibano, Lupe Cartie, Eva Lampreave, Paola Lerma, Iban Naval, Rafael Sánchez,

 

         46. Lope de Aguirre, traidor, de José Sanchis Sinisterra. Dirección: Cristina Yañez. Vestuario: Lola Ontañón. Peluquería y maquillage: José Carlos Maín. Iluminación: Carlos Seral y Stephane Seral.

Intérpretes: Ana Agudo, Blanca Belenguer, Ainhoa García, Silvia Grimal, Eva Martínez, María Pilar Nieto, Lucía Pradas.

Presentación en el Teatro Principal los días 15 y 16 de Febrero de 2000.

Peter Brook habla de Joaquín Hinojosa

mayo 20, 2009

Hinojosa 1

(Esto es un bromazo en toda regla. Mi amigo Joaquín Hinojosa me contó un día que había conocido a Peter Brook y qué éste le había propuesto trabajar con él. Al siguiente le telefoneé para decirle que en el libro de Brook «Hilos del tiempo» le mencionaba, lo cual le llenó de sorpresa y de satisfacción. Le leí por teléfono esta referencia que, en realidad, había escrito yo… y se quedó estupefacto)

Uno, al cabo de los años, comete la inmodestia de creer que conoce el mundo exterior e interior de los actores, y que, por tanto, puede prever sus reacciones. Especialmente cuando les ofreces trabajo.

Yo acababa de abrir en Paris el Centro Internacional y la crítica, tanto de Aviñón como la más exigente y sofisticada de la capital habían ensalzado, de una manera que ahora me parece exagerada, nuestra Conferencia de los Pajaros. A través de un amigo común conocí, casi por casualidad, a un joven actor que me deslumbró como pocas veces me había ocurrido hasta entonces.

En realidad fue él quien quiso conocerme. Después de unas frases elogiosas para mi trabajo y para el recién estrenado proyecto del Bouffes du Nord me pidió permiso para hacerme, lo que él llamaba, una crítica. Naturalmente se lo dí, y él con una cierta timidez, propia de su edad, pero de una manera firme, vino a decirme que en el espectáculo que acababa de contemplar notaba la ausencia de algún actor español o sudamericano. Yo le dije que mi compañía estaba abierta a todo tipo de actores y de culturas, y que, tenía razón. Pero también le aseguré que ese problema tenía fácil remedio. “¿Cuál?”, me contestó con una mirada y un gesto en el que pude apreciar cierto matiz de complicidad burlesca. “Pues que usted, mañana mismo se incorpore a ella”.

Toda la noche estuve pensando que ese joven actor desconocido, del que rápidamente recabé referencias, podría ser el anhelado protagonista del Machabarata que llevábamos preparando desde hacía meses. Se lo dije a mi esposa que me contestó con cierto escepticismo:”Ya verás como no viene. Preferirá trabajar con Francisco Ortega, ya lo verás”. Y así fue en efecto. Aquel actor no volvió a aparecer y siempre creeré que con él desapareció para nosotros una nueva manera de encarar nuestro trabajo. El Machbarata hubiera sido otro con Joaquín Hinojosa, que así se llamaba nuestro hombre, si hubiera ingresado en nuestro grupo de trabajo.

A veces, una bola de plata atraviesa el escenario…

mayo 19, 2009

macbeth_1

El teatro me ha hecho y me ha deshecho. Me ha dado todo lo que tengo y me ha quitado tal vez muchas otras opciones en la vida. Siguiendo sus rastros he viajado por buena parte del mundo, ya sea en calidad de espectador, de artista o de promotor. Incluso ha habido veces que el teatro ha puesto en peligro real mi vida, o me ha hecho vivir situaciones increíbles, privilegiadas, excepcionales.

En Jerusalem fui entregado como si fuera un paquete por actores palestinos a actores judíos. En Argelia estuve tres días protegido por cuatro guardaespaldas, ellos más asustados que yo, porque mi cabeza había sido expresamente solicitada por los integristas. En Bulgaria coordiné un extraño congreso de directores de escena que estaban dispuestos a matarse entre sí y a quienes yo apenas conocía. En Transilvania hablé sobre la obra de Lorca y vi un espectáculo maravilloso en su homenaje. En Eslovenia vi el mejor Shakespeare de mi vida. En Sarajevo compartí emociones desbordadas con Susan Somtang, en el Kamerni Teatar 55, el lugar donde el teatro y la dignidad sobrevivieron a los misiles serbios. En París conocí a Peter Brook. En Aviñón le di un plantón a Ariane Mnouchkine, pero me estremecí de placer viendo a Pina Bausch. En Berlín sostuve entre mis manos algunos libros de la biblioteca de Brecht. En Nueva York lloré viendo a Dustin Hoffman interpretar “El mercader de Venecia” y sentí un escalofrío escuchando la voz profunda e inigualable de Kathleen Turner en una obra de Cocteau…

Muchas veces he pensado cuál es la razón de fondo por la que finalmente me he dedicado a este menester. Siempre suelen preguntarme sobre antecedentes familiares y todo eso. La verdad es que, con alguna excepción colateral, esos antecedentes no existen propiamente, aunque en el ámbito de mi infancia, mi abuela materna, con su imaginación desbordante y su inmensa capacidad lúdica, ofició de excepcional embajadora en un arte que ella misma desconocía.

Suelo responder que me he dedicado al teatro como una especie de venganza personal. Es una manera radical de decir que mis compañeros de colegio tenían organizado un pequeño grupo teatral en el que jamás me dejaron participar. A su vez, esta actividad escénica les permitía a ellos frecuentar a las chicas del colegio vecino, con lo que la defensa del monopolio, por su parte, y la irresistible tentación, por la mía, se multiplicaban de manera recíproca y en proporción geométrica.
Así las cosas, las razones habría que buscarlas en otros ámbitos.
Por ejemplo, en el intelectual. El teatro es un lugar de privilegio artístico en la medida que hace coincidir en su interior varias corrientes artísticas diferentes. No es la suma de todas ellas, sino el encuentro organizado al servicio de un propósito único, estéticamente coherente. Palabra, música, danza, gesto, e incluso pintura y escultura, en grandes o pequeñas dosis deben cruzarse al servicio de una idea teatral, conformando un acto de comunicación inevitablemente social e interactivo. Ese poder de síntesis me parece fascinante.

Pero hay razones también de carácter sensorial. Nada ha conseguido emocionarme más que una buena interpretación sobre un escenario, sea éste el modesto y destartalado de un barrio rural, o el extraordinariamente rico de un teatro en el corazón de Broadway. No es ajeno a esa capacidad la característica de “arte colectivo” que el teatro tiene. Hasta en un espectáculo hecho por un solo actor y consumido por un solo espectador han colaborado muchas otras personas y a muchas otras personas va a afectar, aunque no hayan ido a verlo.

Peter Stein, director alemán de enorme talento, fértil experiencia y gran cultura, decía, refiriéndose al acto de comunicación teatral, que “hay veces que una bola de plata atraviesa el escenario. A veces tarda años en pasar, y se produce en unos segundos de un espectáculo. Otras veces, las menos, es un espectáculo completo. Pero las veces que esa bola atraviesa el escenario, nuestro placer es tan intenso que justifica la espera de semanas, meses y años”.

Esa bola de plata a la que alude Stein es la justificación de mi dedicación a las artes escénicas. La he visto pasar suficientes veces como para esperarla con anhelo, como para recorrer teatros, ciudades y países en su búsqueda. El desencanto, todo hay que decirlo, suele ser frecuente, y sin embargo, como sé el placer que me produce su majestuoso paso, sigo esperando con auténtica expectación e interés. Las decepciones son muchas, pero el placer las borra todavía por completo.

Es curioso que lleve escritos en este blog unos setenta artículos y que, sin embargo, apenas le haya dedicado al teatro dos o tres escritos. Es el momento de abrir una nueva sección dedicada a él, y a referir las mejores sensaciones que he sentido en la penumbra de una sala, cuando la presencia de una bola de plata me ha dejado sin apenas respiración, cuando me he sentido reconfortado con la humanidad y sus mejores anhelos, cuando me he sentido algo más que un pobre insecto, y unos actores han conseguido convencerme de que todos podemos ser un poco mejores.

Orán (Argelia): Jornadas sobre la vida y la obra de Allolula Abdelkader

mayo 19, 2009
Con Raja, la viuda de Alloula Abdelkader

Con Raja, la viuda de Alloula Abdelkader

No sé porqué tengo que desembarazarme para escribir este artículo de lo que ha presidido mi vida fundamentalmente estos días que he pasado en Argelia con motivo de las jornadas conmemorativas del asesinato de Alloula Abdelkader: una emoción intensa. He decidido no hacerlo, no para adquirir a través de mis propias líneas un protagonismo que en nada merezco, sino porque si prescindo de esa emoción, si me limito a reflejar los hechos en sí, a resumir el contenido de las numerosas intervenciones de los especialistas en la obra de este gran escritor teatral, asesinado por el terrorismo integrista el 10 de Marzo de 1994 ante la puerta de su propia casa, falsifico esta crónica de raíz.

La emoción ha presidido muchos de los viajes que he realizado representando a lo largo de estos dos años al Instituto Internacional del Teatro del Mediterráneo (IITM), pero una emoción relacionada con lo mejor y más verdadero del teatro y de sus gentes. Aquella sensación que sentí en Sarajevo cuando entre en el Kamerni Teatar 55 el último día de mi estancia, ese lugar minúsculo en donde la resistencia vital ante el asedio y la ignominia se hacía carne a través de las palabras de Shakespeare, o de Beckett: emoción, profunda emoción, cuando Joseph Aoun, aquel pequeño gran hombre, hermano de la actriz palestina Iman Aoun, me contaba en Jerusalem, como quien cuenta mil veces la misma historia, que aquella polvareda que veíamos a lo lejos desde la terraza de su casa, seguramente sería, un día más, la protesta de unas gentes convertida en pedregada, en intifada… Emoción ahora, cuando me despido en el aeropuerto de Oran de este joven que durante cuatro días ha estado protegiendo discretamente mi vida, adelantándose o retrasándose por las calles, mirando a la derecha y a la izquierda, con ojos escrutadores e inteligentes, que revelaban, no sólo su celo profesional, sino también su deseo, en ningún momento expresado verbalmente, de que dentro de poco, en su propio país, ningún extranjero esté amenazado de muerte por el mero hecho de serlo, por el mero hecho de asistir al homenaje de un hombre admirable y un escritor fuera de serie al que probablemente él todavía no ha leído.

Pero una tarde me escapé y él no se dio cuenta. Utilicé el mismo truco que en Zaragoza inventamos mis amigos de la Universidad de entonces y yo, cuando teníamos la sospecha, falsa la mayoría de las veces, de que la policía franquista nos perseguía. Y me largué. Burlé su acogedora protección y lo dejé sentado en el vestíbulo del hotel creyendo que yo estaba descansando una hora en mi habitación.

Le mentí y no me arrepiento. Me fui a pasear un rato sin su amable y eficaz protección y tampoco se percató de mi regreso. En ese rato me fui a ver la casa donde Albert Camus escribió la Peste, y a conocer esas calles que parecen una mezcla, tamizada por la suciedad y los desperfectos en el piso, de Cádiz y Paris; esa extraña mezcla de arquitecturas y culturas colonizadoras, que no han podido sepultar, sin embargo, el latido profundo de la realmente propia. Y me sentí un poco Allolula Abdelkader, observando situaciones absurdas, conversaciones a voz en grito en las plazas, carreras precipitadas, mujeres comprando en infinidad de puestos ambulantes, todos ellos ilegales, según me informó después mi amigo el policía. Hasta me tomé un café oscuro, oscurísimo, en un bar lleno de hombres también oscurísimos, que fumaban y hablaban sin parar, y entendí mejor  entonces el caudal humanista que encierra su teatro -estuve acordándome los cuatro días de César Vallejo y Federico, del que, por cierto, Alloula quería montar La casa de Bernarda Alba-, los personajes sacados de esta esquina y de esta plaza, ese recorrido  admirable que empieza en la crónica y acaba siempre en el tenue humor y en la poesía. Dos jóvenes se despiden besándose tímidamente en un portal. Me viene a la memoria la anécdota en la que se cuenta la despedida de Alloula a un amigo suyo: «Quedamos aquí, dentro de un año, a las diez».

Con personas del mundo teatral argelino

Con personas del mundo teatral argelino

Traté de reflejar esas sensaciones en mi intervención: «Allolula Abdelkader representa como pocos el espíritu del Instituto al que yo represento. Porque escribe un teatro que refleja la tensión y la complejidad de la sociedad argelina, sin maquillajes ni subterfugios. Porque sus personajes son, como quería Federico García Lorca:  huesos y carne en el cuerpo, pero poesía por dentro. Porque sus procedimientos dramatúrgicos están extraídos fielmente de una tradición propia, del teatro en la calle, en la plaza, hecho sin esa sofisticación burguesa, ilusionista y alienante, que preside gran parte del teatro de consumo occidental y que ustedes han empezado a conocer a juzgar por lo que emite su propia televisión. Pero, porque al mismo tiempo que es fiel a todo esto, escribe en parámetros universales, proyectando una ideología que alienta una renovación en el espectador. Porque es un extraordinario dramaturgo brechtiano».

Cuando me bajé del estrado, su viuda Raja me dió las gracias emocionada también. ¡Qué mujer! El día anterior ella había abierto las Jornadas haciendo públicas unas notas escritas por su marido y que él mismo nunca pudo leer. Tras ella, Omar Fetmouche, director teatral y representante del IITM en Argelia, expresó sus inteligentes opiniones acerca del estatuto del texto, en sí mismo, en el teatro de Alloula, y sobre la dimensión de la palabra como elemento protéico. Habló de Brecht y de su influencia, utilizando imágenes extraidas de diferentes piezas de su amigo. En estos mismos términos abundó Ghaouti Azri poco después. Y otras personalidades, tales como el periodista y escritor teatral Ahmed Cheniki, o el director teatral francés Jean Yves Lazennec, analizaron diferentes aspectos de sus textos  y de su inmensa fuerza escénica, demostrada tantas veces en su propio país, y no hace mucho en la edición del Festival de Aviñón de 1995.

Antes de que nadie hablara de su teatro, todos los asistentes a las Jornadas estuvimos honrando la memoria del escritor ante su propia tumba. El cementerio de Oran es inmenso y, al ser viernes, y, por tanto, día de fiesta, estaba lleno de gente que cambiaba afanosamente flores y limpiaba  sepulturas. Al lado de la suya, la de Sirat Boumediene, actor, amigo y colaborador infatigable, al que yo le dediqué el mejor de mis silencios y los demás su sentida oración.

Pero faltaba lo fundamental. La Fundación Alloula pretende mantener viva la imagen del escritor y productiva su obra y su enseñanza. Para ello ha elaborado un ambicioso plan de trabajo para el que esperan conseguir los apoyos nacionales e internacionales que sin duda merece. Entre otras muchas actividades han reconstruido la compañía que durante un periodo largo de tiempo, concretamente desde la muerte de su director, había interrumpido su actividad. El broche del encuentro lo puso la representación de una de las escenas más emblemáticas de su obra Los generosos (Primer Acto, Nº 266), la del cocinero Akli y el portero Menuar, en donde se nos cuenta esa hermosa donación que hace el primero de su propio esqueleto, y que nos sirve, como decía al principio de estas líneas, para entender a las claras la dimensión humanística de su teatro y de su pensamiento.

Era la primera vez en mucho tiempo que sus amigos no veían esta escena y un escalofrío invadió el patio del teatro Nacional de Oran desde el comienzo. Las lágrimas de todos, en especial las de su hermana Amina, con quien tanto hablé y a quien tan presente tengo en mi memoria ahora mismo, y el abrazo del público con los actores sobre el escenario, empezaron a ser los últimos recuerdos de un país en donde mi seguridad personal parece que corría algún peligro. Pero todavía tengo otro.

Miré hacia atrás. Allí, camuflado en su butaca, estaba mi guardaespaldas, también llorando. Tal vez era la primera vez que veía una escena de la obra teatral de Alloula Adelkader, el mejor autor teatral de su país. Me siento feliz de haber sido yo, involuntariamente, quien se lo presentara.

El ruido de la lluvia

mayo 19, 2009

Nos llega a la redacción de “Escenarios de España” el texto de un joven autor al que le conocíamos escritos, opiniones e incluso alguna incursión en el mundo del corto cinematográfico: Juan Pablo Ortiz de Zárate. “Oriente sin remedio” es, según confesión propia, algo que empezó siendo un guión cinematográfico, y ha acabado en obra teatral.

Adelantemos que la obra, como su propio autor, es, al mismo tiempo, sencilla y compleja. Sencillez, al menos aparente, en cuanto a su estructuración: diálogos que se van sucediendo entre personas a las que el azar ha juntado en una especie de “huis clos”, algunos de los cuales probablemente no volverán a verse jamás. Complejidad, en cuanto a su vocación de profundidad en la introspección de estos personajes y situaciones.

Suele ocurrir que los artistas procedentes del mundo cinematográfico no terminan de desembarazarse de los códigos propios del llamado séptimo arte, que suelen conocer a la perfección, tanto como creadores como consumidores del género. Cuando, por el contrario, bucean en el terreno de la dramaturgia parece como que olvidan que el primer plano en el teatro, afortunada o desafortunadamente, no existe. Al no existir, obligan frecuentemente al lector (espectador) a un sobreesfuerzo de comprensión que, algunas veces produce una innecesaria fatiga. Chejov era y es el maestro indiscutible en sugerir ese “primer plano” no existente en el teatro: vemos, o, mejor dicho, nos imaginamos sin demasiada dificultad, la cara de Tío Vania (y, por extensión, su alma) a partir de lo que el emblemático personaje dice o calla, y en función de lo que los demás personajes dicen o callan de él; Lluisa Cunillé es ahora mismo en Barcelona toda una referencia en esa dirección.

“Oriente sin remedio” es, tal vez por esta razón, una obra irregular. Contiene escenas de un notable pulso dramático y otras en donde esa saludable tensión se desvanece. Entre las primeras está la prometedora conversación inicial entre Ana y Ramiro al principio, que presagia un desarrollo que posteriormente no se cumple por completo. Porque junto a ésta, hay otras excesivamente discursivas, en donde los personajes hablan y hablan en un intento desesperado de “expresarse” y expresar su verdad (a los treinta segundos de conocerse ya se están haciendo confesiones personales), entrando en el peligroso terreno del “trascendentalismo”.

Porque planea por la pieza incontinencia verbal excesiva que nos impide escuchar el sonido de la lluvia, fruto de esa imperiosa necesidad de comunicación que la mayoría de los personajes tienen y que las circunstancias exteriores supuestamente favorecen: la tormenta, el refugio de montaña, la progresiva llegada de nuevos personajes.

El trazado de algunos personajes es acertado. El de otros, excesivamente esquemático. Llegan, hablan y desaparecen.

Con todo, la obra apunta dos niveles interesantes pero que no acaban tampoco de desarrollarse de manera adecuada. Hay un erotismo subliminal en algunas relaciones, que, a veces, se hace explícito, incluso demasiado, pero que no termina de componer un mundo propio conectado con el supuestamente real. Es un apunte, una erupción, algo que está ahí y que desgraciadamente no germina. Hay también una cierta disposición a lo simbólico, concretado en la construcción de ciertas escenas mudas, que parecen desgajadas también de ese plano de la realidad en donde se instala la mayor parte de la acción.

En mi opinión, la obra adolece de “almendra”. Es decir, de conflicto. Los personajes se suceden en un continuum, pero no hay un nexo dramático entre ellos, excepción hecha de la casualidad de su encuentro en unas circunstancias que hacen necesario su permanencia. En “Tres hermanas”, el ya citado Chejov deja hablar a sus personajes profundamente influidos por un incendio que sucede a escasos metros de donde ellos se encuentran. Esas llamas son fruto de la casualidad de ese día, pero el autor ruso viene a decir que, sin alterar sus propias naturalezas de una manera sustancial, sin embargo, los personajes no hablarían del mismo modo sin el calor que proviene de ese fuego. Lo sustancial está mediatizado por lo contingente, como ocurre en la vida misma. En “Oriente sin remedio” la tormenta podía haber sido esa circunstancia irrepetible, incluso, si se me permite la expresión, un personaje más al que deberíamos escuchar también. Pero no pasa de ser un ruido de fondo, un mero nexo técnico entre escenas, irrelevante desde el punto de vista teatral.

Algo más que la casualidad o el malentendido de haberse encontrado en una casa hospitalaria debería arrastrarlos en ese momento a tomar decisiones, a discutir, a defender sus verdades, oponiéndose a las de los demás, rompiendo un cierto monolotismo que en el fondo preside casi todo y que sólo se resquebraja entre ellos, aparentemente, en algunas opiniones discordantes y en ciertos matices diferenciadores que con demasiada benevolencia se perdonan unos a otros. Alguien decía que la tolerancia es enemiga del teatro. Brook, por su parte, habla de que entre dos personajes hay tres verdades: la de cada uno y “la verdad”. Y esto debe ser cierto tanto en un teatro de ideas, como es el caso de “Oriente sin remedio”, o cualquier otro.

La sensación final es la de que, cuando la obra acaba, el teatro debería empezar. Cuando se presentan los boxeadores, y aquí están bastante bien presentados, deben empezar las bofetadas.